Mabel Lozano posa para EL ESPAÑOL.

Mabel Lozano posa para EL ESPAÑOL. Esteban Palazuelos

Referentes Día Mundial contra el Cáncer de Mama

Mabel Lozano recuerda que "el lenguaje importa" en el cáncer: "Nadie llama superviviente a quien ha superado un infarto"

La cineasta colabora con la AECC en un cortometraje que pone sobre la mesa los avances científicos oncológicos en España.

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Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), este año 2025, en nuestro país, se diagnosticarán hasta 296.103 nuevos casos de cáncer. Esto es, se están realizando aproximadamente 811 nuevos diagnósticos al día (o casi 34 por hora).​

Los más diagnosticados son el de colon y recto (44.573 casos), seguido del de mama (37.682). Este último, dicen los expertos, es uno de los que más cercena la vida de las mujeres. 

El cribado y tratamiento temprano son clave en la supervivencia de cualquier tipo de cáncer, especialmente en el de mama. Y esta, sin investigación, no sería posible.

Como explica la cineasta Mabel Lozano, con motivo de la presentación de un cortometraje que ha realizado junto a Ausonia y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC): "No es solo ciencia, es esperanza materializada en cada laboratorio, en cada ensayo clínico, en cada avance que nos acerca a ese 70% de supervivencia" que se han puesto como objetivo los investigadores españoles.

Lozano explica que sin el apoyo de la AECC y sin los ensayos clínicos y tratamientos salidos de laboratorios españoles, ella no habría conseguido el alta el pasado julio.

La directora, que fue paciente oncológica hasta entonces, indica a ENCLAVE ODS que es "muy importante" llamar a "las cosas por su nombre". Y matiza: "Al pan, pan y al cáncer, cáncer".

Por eso, repite, "hay que verbalizar" la enfermedad y decir, alto y claro, "tengo cáncer de mama o soy una paciente oncológica".

Porque, insiste, el "lenguaje importa". Y usar las palabras adecuadas es vital para "romper el tabú o el estigma" que hay en torno a una enfermedad que será cada vez más común en sociedades longevas.

Pregunta: ¿Cómo debemos acercarnos, entonces, a la enfermedad?

Respuesta: Hablando con propiedad. No soy una guerrera, ni una luchadora, ni necesariamente tengo que ser valiente. Tengo miedo porque un cáncer es una palabra que asusta.

Pero lo más importante es que se le ponga nombre a la enfermedad para sacarla del gueto, del tabú, del estigma. Pero también hay que normalizarla, es decir, de la misma manera que decimos 'tengo una gastroenteritis', pues se dice 'tengo un cáncer'. 

A partir de ese momento, de ese primer diagnóstico y reconocimiento de la enfermedad, Lozano asegura que toca "subirse a una bici de alta montaña para recorrer todas las etapas que tienen que ver con un proceso de cáncer".

En todo ese proceso, indica Lozano, los términos belicistas no hacen más que dificultar ese tour de force que supone el tratamiento de esta enfermedad. 

P.: ¿Por qué cree que nos hemos empeñado tanto en rodear el cáncer de todo este lenguaje bélico?

R.: Porque siempre se ha envuelto esta enfermedad de un lenguaje bélico que es un horror, porque entonces, ¿qué pasa, que las mujeres que mueren es que no han luchado? Cuando hablamos de cáncer de mama metastásico, ¿las pacientes no han luchado? Claro que lo han hecho. Pero esto no es una guerra, no es una batalla, es una enfermedad. Y no soy una guerrera. Soy una paciente oncológica.

P.: Pero usted ya no lo es; sería una superviviente, ¿no?

R.: Yo ya no lo soy. A mí me dieron el alta el día 30 de julio. Y cuando una persona tiene un infarto, no se dice que es una superviviente, tampoco si tiene una gastroenteritis. No soy una superviviente de nada. Ya no tengo ese cáncer. Me he curado. Me han dado el alta. Se acabó. En este escenario, ya no quiero que nadie me perpetúe.

Para romper con las dinámicas nocivas en torno al cáncer, especialmente el de mama, Lozano recomienda "hablar con total normalidad" sobre la enfermedad.

Y, sobre todo, apoyar a las pacientes, teniendo en cuenta sus necesidades y ofreciendo una mano amiga, lejos de las frases manidas y molestas como "venga, valiente. O 'tú puedes, guerrera'". Eso, zanja la cineasta, debería desaparecer de una vez por todas de nuestro vocabulario.