El doctor Javier Romero-Otero, durante una intervención de cáncer de próstata.

El doctor Javier Romero-Otero, durante una intervención de cáncer de próstata. Cedida

Referentes Día Mundial del Cáncer de Próstata

Javier Romero-Otero, el gurú de la urología: "Los hombres deben acudir a consulta a partir de los 45, incluso sin síntomas"

El director de ROC Clinic charla con ENCLAVE ODS sobre el cáncer de próstata y la importancia de las visitas al urólogo a partir de determinada edad.

Más información: Salud urológica a los 30, 40 y 50 años: esto es lo que debe tener en cuenta, según los expertos

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Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), cada año en España se diagnostican más de 32.000 nuevos casos de cáncer de próstata, lo que hace de este tumor el de mayor prevalencia en los hombres, por encima del de pulmón o colon.

Sin embargo, como explica a ENCLAVE ODS Javier Romero-Otero, director de ROC Clinic y del departamento de Urología de HM Hospitales, se trata de una enfermedad que "muchas veces sigue silenciada o minimizada".

Por eso, asegura el médico, es fundamental trasladar a la sociedad un mensaje claro: "La prevención salva vidas". Y es que, asegura, "hoy en día contamos con herramientas diagnósticas muy precisas y con tratamientos cada vez menos invasivos gracias a la tecnología, como la cirugía robótica".

Pero, claro, la innovación médica solo es "útil", dice, "si llegamos a tiempo". De ahí que en el Día Mundial del Cáncer de Próstata quiera lanzar un mensaje "simple, pero urgente": "Los hombres deben asumir como hábito acudir al urólogo a partir de los 45 años, incluso sin síntomas".

Sin duda, detectar el cáncer de próstata en sus fases iniciales es vital, ya que permite "abordarlo con éxito y conservar tanto la salud como la calidad de vida".

Pues, explica el médico, este "diagnóstico no solo afecta físicamente a los pacientes, sino que también tiene un fuerte impacto emocional, psicológico y sexual".

Ansiedad, inseguridad y aislamiento

El doctor Romero-Otero asegura que "muchos hombres viven el diagnóstico con un alto nivel de ansiedad, miedo e incertidumbre". "Se enfrentan a un problema de salud, que inevitablemente puede generar un importante estrés y preocupación".

Y continúa: "En el plano sexual, las consecuencias del tratamiento pueden ser especialmente delicadas. Algunas terapias, como la cirugía o la radioterapia, pueden afectar a la función eréctil, y eso impacta directamente en la autoestima y en la percepción de la masculinidad".

Esto se debe, matiza, a que "para muchos, la función sexual está íntimamente ligada a su identidad, y los cambios en este ámbito pueden generar sentimientos de inseguridad".

Asimismo, desde el punto de vista emocional, Romero-Otero indica que en consulta observa "sentimientos de aislamiento". Esto se da, especialmente, en los casos en los que "no se sienten comprendidos por su entorno o no tienen espacios donde compartir su experiencia".

Por eso, afirma que "la comunicación con la pareja, con sus familiares más directos y el apoyo psicológico son fundamentales en esta etapa".

Pues, insiste, "adaptarse a los cambios que implica la patología y el tratamiento supone un gran estrés emocional".

De ahí que, para él, la clave del éxito esté en un tratamiento integral que se centre en "preservar la calidad de vida del paciente", mediante "terapias individualizadas, mínimamente invasivas, incluyendo otras opciones de recuperación".

En esto, el apoyo psicológico es fundamental, dice el médico, tanto para el paciente como para su familia. "El entorno más cercano, suele desempeñar un papel clave en el acompañamiento emocional, en la toma de decisiones médicas y en el seguimiento del tratamiento".

Factores de riesgo

El doctor Romero-Otero explica que los principales factores de riesgo para desarrollar cáncer de próstata son tres:

  • la edad
  • los antecedentes familiares
  • los factores dietéticos

Y lo desarrolla: "A partir de los 50 años el riesgo aumenta significativamente, pero si existe historia familiar es aún mayor". Además, puntualiza, "ciertas variantes genéticas heredadas pueden incrementar aún más esa probabilidad".

Pero hay otros factores que también se deben tener en cuenta, como "la obesidad, el sedentarismo o la dieta rica en grasas animales, que pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad".

Por ello, el especialista aconseja que los hombres sin antecedentes familiares se realicen revisiones anuales a partir de los 50 años.

Para quienes han vivido la enfermedad en la familia o caen dentro de los factores de riesgo genético, su recomendación es acudir al urólogo anualmente a partir de los 45.

Innovación en la detección

Necesidad de orinar con frecuencia, dificultad para iniciar o detener el flujo urinario, dolor o escozor, sensación de vaciado incompleto de la vejiga… la sintomatología del cáncer de próstata es variada, y también puede mostrar, en casos avanzados, sangre en la orina o el semen.

De ahí la relevancia de la detección precoz. "Las pruebas principales para una revisión incluyen el análisis del antígeno prostático específico (PSA) y la exploración física, que permiten detectar alteraciones incluso en ausencia de síntomas", indica Romero-Otero.

El urólogo Javier Romero-Otero.

El urólogo Javier Romero-Otero. Cedida

Una vez que hay sospechas por parte del urólogo, la tecnología actual es la gran aliada del especialista. "Hoy en día contamos con importantes avances que permiten identificar zonas sospechosas del cáncer que antes no podían detectarse", indica el médico.

Y añade: "Herramientas como la resonancia magnética multiparamétrica de próstata y la biopsia por fusión de imágenes hacen posible obtener muestras específicas de esas áreas, lo que se traduce en un diagnóstico mucho más preciso y dirigido".

Robots contra el cáncer

Asimismo, indica Romero-Otero, la investigación médica ha precipitado avances en el tratamiento de esta enfermedad, con "alternativas menos invasivas, más eficaces y con menor impacto en la calidad de vida del paciente".

Y pone como ejemplo tratamientos innovadores como la terapia focal, que "permite tratar exclusivamente el área afectada por el tumor, preservando al máximo la función del órgano y reduciendo los efectos secundarios".

Pero también destaca tecnologías como la HIFU Focal One (Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad), un procedimiento que, explica, "mediante energía térmica, elimina el tumor sin necesidad de incisiones".

Se trata, dice, del "primer robot Focal One para tratar el cáncer de próstata con nula afección de la funcionalidad".

El doctor añade que "en tumores con mayor agresividad, los tratamientos suelen incluir la prostatectomía radical a través de cirugía, que consiste en la extracción total de la glándula prostática", que puede realizarse con cirugía robótica.

Este tipo de intervención, explica, "permite realizar incisiones más pequeñas, reducir el sangrado intraoperatorio y acortar el tiempo de recuperación, al mismo tiempo que mejora la preservación de funciones clave como la continencia urinaria y la función sexual".

Además, apunta, "gracias al control y articulación de los instrumentos quirúrgicos robóticos, se consigue una mayor precisión en zonas anatómicamente complejas, como es el caso de la glándula prostática".