Los mares y océanos son una de las principales fuentes de vida del planeta: regulan el clima, generan oxígeno, y proporcionan alimento a millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, también son uno de los ecosistemas más amenazados por la contaminación, el cambio climático y la sobreexplotación.
En este escenario, el sector pesquero no puede ni quiere ser un espectador. Tiene, por el contrario, el compromiso —y la responsabilidad— de formar parte activa de la solución.
Por ello, desde Pesca España trabajamos para que la actividad pesquera sea cada vez más respetuosa con el medio marino, más eficiente y más sostenible. Esto implica avanzar en buenas prácticas, modernización tecnológica, innovación y colaboración, sin perder de vista la necesidad de garantizar alimentos de calidad con la menor huella ambiental posible.
En un contexto global marcado por el cambio climático y la creciente demanda de proteínas saludables, la pesca sostenible representa una respuesta clave a muchos de los grandes retos que enfrentamos como sociedad.
Una de las formas más visibles en las que la pesca española contribuye al cuidado del entorno es la retirada de residuos marinos durante las faenas de pesca.
Muchas embarcaciones, especialmente de arrastre, recuperan a diario plásticos y otros residuos que encuentran en el mar y los llevan a puerto para su tratamiento adecuado, en colaboración con entidades especializadas.
Este esfuerzo, muchas veces silencioso e invisibilizado, es un ejemplo real de economía circular aplicada al mar, y evidencia que el sector está dispuesto a ir más allá de su papel productivo para convertirse también en agente activo de regeneración ambiental.
Pero la sostenibilidad va más allá de la gestión de residuos. Significa también pescar mejor: usar artes más selectivas, reducir las capturas no deseadas, proteger la biodiversidad y cuidar los hábitats marinos.
Con ese objetivo, elaboramos la Guía de Buenas Prácticas para evitar y reducir capturas no deseadas, una herramienta desarrollada junto a nuestros asociados que recoge recomendaciones técnicas y operativas adaptadas a cada modalidad de pesca.
Esta guía forma parte de un compromiso más amplio por fomentar el aprendizaje continuo, la formación profesional y la aplicación práctica de conocimientos científicos en el día a día de las flotas.
Por otro lado, estamos apostando por una transformación tecnológica de la flota que reduzca el impacto ambiental. El uso de puertas voladoras, sistemas de planificación con inteligencia artificial o el diseño de rutas más eficientes están logrando disminuir el consumo de combustible y, por tanto, las emisiones.
Gracias a estas innovaciones, el sector pesquero español ha reducido en un 50% sus emisiones de gases de efecto invernadero desde 1990, situándose entre los más bajos del sector marítimo a nivel global.
Todo ello es posible porque existe un compromiso firme de la industria pesquera con la sostenibilidad, no como obligación impuesta, sino como convicción propia. Una pesca que representa cerca del 1% del PIB español, genera empleo y suministra una fuente de proteína saludable, tiene también el deber de ser parte del cambio hacia un modelo económico más justo, resiliente y alineado con los retos ambientales.
Asimismo, en Pesca España entendemos que avanzar hacia una pesca más sostenible requiere alianzas y compromisos sólidos. Por ello, desde 2023 formamos parte del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, una iniciativa que refuerza nuestra voluntad de promover prácticas responsables, contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y sumar esfuerzos con otros actores para impulsar un desarrollo económico más justo y equilibrado.
Este tipo de compromisos encuentran también un reflejo a nivel europeo. Iniciativas como el Pacto por los Océanos, promovido recientemente por la Comisión Europea, representan una oportunidad clave para consolidar un modelo de pesca que sea, al mismo tiempo, competitivo y respetuoso con los ecosistemas marinos.
En esa misma línea, valoramos de forma muy positiva propuestas estratégicas como la Visión 2040 para la pesca, que plantea un sector preparado para los desafíos medioambientales y sociales del futuro: un sector más responsable, digitalizado y adaptado a un entorno cambiante, capaz de mantener su papel como motor económico y pilar de la seguridad alimentaria.
No obstante, para que estas transformaciones sean reales y eficaces, es esencial que vayan acompañadas de recursos adecuados y de un enfoque que tenga en cuenta las particularidades de cada región marítima.
Apostar por la sostenibilidad no debe traducirse en restricciones homogéneas y desproporcionadas, sino en políticas bien diseñadas, que reconozcan los avances del sector, fomenten la inversión y aseguren una transición justa, viable y eficaz.
Porque proteger los océanos es un desafío colectivo que exige responsabilidad compartida, cooperación constante y decisiones informadas. Solo mediante el trabajo conjunto y el compromiso con la innovación, el conocimiento científico y el respeto al entorno, podremos garantizar la conservación de los recursos marinos y el bienestar de las comunidades que dependen de ellos.
En definitiva, desde Pesca España creemos que la sostenibilidad no es una meta lejana, sino una forma de trabajar cada día. Una forma de hacer las cosas combinando tradición e innovación, eficiencia y conciencia ambiental. Porque un sector pesquero fuerte, responsable y comprometido es esencial para asegurar un futuro próspero, equilibrado y verdaderamente sostenible de nuestros mares y océanos.
*** Antonio Nieto es gerente de Pesca España.