El océano, espejo de nuestro planeta y fuente de vida, enfrenta una crisis sin precedentes que ya está afectando a comunidades en todo el mundo. Los océanos están siendo azotados por el aumento de las temperaturas del agua, la acidificación, y la sobreexplotación de los recursos pesqueros.

Estos cambios no son amenazas futuras, sino una realidad que ya está alterando los ecosistemas marinos, con consecuencias para la biodiversidad y la seguridad alimentaria global. 

Según el informe Crisis a toda costa 2024 de Greenpreace, los océanos están siendo sometidos a un proceso de transformación acelerada, con el blanqueamiento de los corales, la migración de especies hacia aguas más frías, y el agotamiento de las poblaciones de peces, lo que está alterando las cadenas alimentarias y amenazando a comunidades que dependen del mar para su sustento.

A su vez, la sobreexplotación pesquera pone en riesgo la seguridad alimentaria de millones de personas, especialmente aquellas comunidades que dependen directamente del mar para su sustento.

Según datos de la FAO (la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el 31% de las poblaciones pesqueras mundiales ya se encuentran sobreexplotadas.

En el corazón de esta crisis se encuentran las empresas de alimentación, cuya actividad puede impactar directamente en la salud de los océanos. Desde la selección de la materia prima hasta los procesos de producción y distribución, cada decisión tiene un efecto dominó en el ecosistema.

Las prácticas insostenibles o la generación de residuos contaminantes son solo algunos de los desafíos que enfrenta el sector. Sin embargo, estas mismas empresas tienen el potencial de convertirse en agentes de cambio, liderando la transición hacia modelos de producción y consumo más responsables.

Al priorizar la sostenibilidad en sus operaciones, las empresas de alimentación no solo contribuyen a la salud de los océanos, sino que también fortalecen su reputación, atraen a consumidores conscientes y aseguran la viabilidad a largo plazo de sus negocios.

En Grupo Consorcio asumimos este compromiso con total seriedad. Inspirados por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 6 (Agua limpia y saneamiento) y 14 (Vida submarina), somos conscientes del impacto de nuestra actividad y del poder que tenemos para liderar el cambio.

Nuestra apuesta por la pesca responsable, la trazabilidad de las capturas y la mejora continua nos ha llevado a convertirnos en Empresa BTM Certificada, un reconocimiento a nuestra labor en sostenibilidad ambiental, social y de gobernanza.

Para asegurar el cumplimiento de la normativa y las mejores prácticas, hemos actualizado en 2024 nuestra Política de Aprovisionamiento de Pesca Sostenible, que recoge los principios de sostenibilidad marina por los que apostamos.

No nos conformamos con minimizar nuestro impacto; trabajamos activamente para generar un cambio positivo en toda la industria.

La sostenibilidad no debe verse como una carga, sino como una oportunidad para innovar y fortalecer el sector. El futuro de los océanos depende de las decisiones que tomemos hoy.

Como actores clave en la industria, tenemos la responsabilidad de impulsar un modelo más sostenible y responsable. Pero no podemos hacerlo solos.

La colaboración entre empresas, gobiernos, organizaciones no gubernamentales y consumidores es esencial para garantizar que la sostenibilidad sea la norma y no la excepción. Solo a través de un esfuerzo conjunto podremos asegurar un futuro próspero, justo y resiliente para nuestros océanos y las generaciones venideras.

*** Jesús Gómez es CEO de Grupo Consorcio.