Nos encontramos en plena transformación digital en una sociedad en la que conviven tres generaciones: nativos tecnológicos, inmigrantes digitales y analógicos.

La gran diferencia cultural generacional tecnológica existente entre estas generaciones ha propiciado el surgimiento de brechas conceptuales tecnológicas, siendo más palpables entre las generaciones más alejadas: los nativos y los analógicos.

En ocasiones este distanciamiento es voluntario. Sin embargo, en otras muchas la compleja comprensión del fenómeno tecnológico y su terminología puede crear una barrera de entendimiento intergeneracional.

Los avances en solidaridad, empatía y entendimiento de los obstáculos que la generación analógica puede encontrarse han propiciado la elaboración de planes de capacitación digital.

Estos han permitido la adopción de medidas, el establecimiento de planes y la regulación en la que se promueve un espacio de equidad digital entre las tres generaciones.

La capacitación de la población en las nuevas tecnologías, la oferta de programas tecnológicos y la extensión geográfica de estas políticas sociales son cruciales para lograr mayor accesibilidad digital.

En el informe de la España Digital 2025, el diagnóstico actual indica que "el porcentaje de personas sin competencias digitales básicas en la Unión Europea es del 42% y en España del 43%".

Pero ¿cómo se puede animar a aquellas personas analógicas a adentrarse en el mundo digital y a aprovechar las facilidades que la tecnología les ofrece? El acompañamiento es la clave. 

La transición de lo analógico a lo digital para las generaciones analógicas puede resultar un camino largo en el que la elaboración y el seguimiento de rutas estratégicas accesibles y entendibles propiciará su agilización.

Las recomendaciones de las actuaciones a realizar han de contemplar los resultados de la monitorización de las prácticas que se realizan y la velocidad de estos avances. También deben tener en cuenta la inclusión de sistemas de seguimientos compartidos y transparentes que conciencien a la sociedad de los avances de la generación analógica permitirá la involucración y unión de las personas, fomentando su participación en estos medios.

Y, por supuesto, estas actuaciones deben ir en consonancia con el compromiso de la Comisión Europea con una transformación digital protegida, segura y sostenible que sitúe a las personas en el centro por medio de la inclusión y la solidaridad permitirá la aproximación a una equidad social.

La necesidad de propiciar este principio no sólo puede realizarse con la predisposición social, también es preciso dotar de infraestructuras aquellos lugares en los que la tecnología tiene más complicaciones de acceso.

La importancia de un entorno colaborativo en este ámbito es imprescindible, puesto que abordarlo en solitario no permitirá un avance lo suficientemente rápido para evitar retrocesos, que pueden incrementarse con el tiempo por la gran rapidez con la que avanzan los desarrollos tecnológicos y las innovaciones.

No es menester no mencionar las diferencias de accesibilidad y socioeconómicas entre las tres generaciones, hecho relevante para el acceso a las nuevas tecnologías e, incluso, al desarrollo empático hacia las personas nativas de la época analógica.

Las brechas entre la edad, la comprensión tecnológica, el poder adquisitivo y el acceso a las nuevas tecnologías con aspectos claves ante los que hay que plantear respuestas que permitan una estabilidad social.

Pero, volvamos nuevamente a la pregunta: ¿qué puede incentivar a la generación analógica la conexión con la transición digital y qué repercusiones tendrá en los ODS?

La conexión tecnológica entre los seres humanos y la utilización de ésta en su beneficio, ubicando a la persona en el centro, permitirá el cumplimiento de otros ODS. Por ejemplo, el uso de dispositivos digitales les permitirá conectar con los profesionales de la salud y los servicios de urgencias que precisen, dotándoles de autonomía geográfica, tecnológica y comunicativa.

El uso de aplicaciones les permitirá conectar con otras personas de cualquier parte del mundo, permitiendo crear conexiones humanas y sociales que les acompañen en su aprendizaje y en su vida cotidiana.

La instalación de dispositivos en aguas, energías, ambiente y en los medios susceptibles de su aplicabilidad, les conectará con el entorno en el que residen, haciendo posible el beneficio de las comunidades sostenibles y la reducción de posibles desigualdades de accesibilidad.

El trabajo colaborativo en sociedad y la construcción de diálogos constructivos permitirán el cumplimiento de los objetivos ODS y la cohesión social. El progreso digital desigual entre las tres generaciones permitirá la comprensión entre ellas y el aprovechamiento de un potencial que, de otra manera, sería inviable.

El Instituto Nacional de Estadística publicó para el año 2023 que el 66,2% de los españoles poseen habilidades digitales básicas o avanzadas.

A seis años vista, la continuación del desarrollo de proyectos hasta alcanzar el plazo establecido de adopción de la Agenda 2030 será esencial. Por esto, como resumen, la colaboración y la solidaridad entre la población permitirá reducir la brecha digital intergeneracional entre estas tres generaciones en una sociedad cada vez más tecnológica, haciendo más accesibles las relaciones sociales y personales en un mundo cada vez más digitalizado.

*** Laura González Fernández es especialista informática en Legal Leadership Development Program.