Cuando se tienen en cuenta principios de sostenibilidad social y ambiental en el proceso de desarrollo de nuevos productos y servicios, aumenta su valor para las personas y el medio ambiente y permite a las compañías mejorar su posicionamiento de mercado, su competitividad, y aumentar el orgullo de sus profesionales.  

Esta es la conclusión a la que hemos llegado después de más de un año de trabajo con Telefónica para el desarrollo e implantación de una metodología que les ha permitido incorporar criterios relacionados con la ética y la sostenibilidad ambiental a su cartera de soluciones y servicios.

Con el permiso de Telefónica, hemos querido poner a disposición pública nuestra experiencia conjunta y recientemente hemos publicado el informe Evaluación sostenible de productos y servicios, con el que esperamos que cualquier organización que quiera emprender un camino similar encuentre una referencia en la cual apoyarse. 

Tal y como puso de manifiesto la comunicación del Acuerdo Verde Europeo, la digitalización y la innovación es una palanca clave para conseguir un modelo de crecimiento económico más sostenible. No ha sido la primera vez que se ha hablado del vínculo entre innovación y sostenibilidad. El noveno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se refiere a 'Industria, innovación e infraestructuras', e incluye metas relacionadas con la contribución de la innovación a desarrollar tecnologías limpias y que mejoren el uso de recursos. 

En 2022, se cumplieron 50 años desde que el Club de Roma publicara The Limits to Growth, considerado como uno de los documentos precursores del debate en torno al desarrollo sostenible, y cuyas conclusiones están hoy más vigentes que nunca. Las recomendaciones del texto sobre cómo transformar el modelo de crecimiento económico y social se centran fundamentalmente en cuatro ámbitos: la regulación, los mercados, el comportamiento y cultura de las personas, y la innovación. 

La innovación, por tanto, se configura como una palanca clave para la sostenibilidad. Permite a las personas y a las organizaciones adaptarse a entornos cambiantes. Cuando se hace con propósito, lleva a mejorar el valor social y ambiental de los productos, o incluso a crear mercados nuevos vinculados a las nuevas necesidades provocadas por los desafíos del desarrollo sostenible. Aplicada a los procesos de las organizaciones, puede contribuir a mejorar la eficiencia y a hacer un uso más racional de los recursos. 

Todo esto en beneficio tanto de las personas y del medio ambiente, como de las propias organizaciones. Es posible desarrollar planes de negocios que contemplen aspectos, no solo de retorno financiero para las empresas, sino también de retorno social y ambiental. Esto es lo que permitirá conciliar el interés societario con el social y llevar a las organizaciones a maximizar el beneficio que obtienen de aplicar principios de sostenibilidad a la innovación, en términos de posicionamiento en el mercado y ventajas competitivas. 

Aunque en muchos casos exista resistencia al cambio, especialmente en los casos en los que innovar pueda exigir realizar determinadas inversiones financieras, debidamente planificado, incorporar principios de sostenibilidad a los productos y servicios tiene retorno para las empresas

Paradójicamente, a pesar de los vínculos claros entre innovación y sostenibilidad, en estos momentos no existen demasiados marcos metodológicos que permitan a las compañías integrar en sus procesos de innovación principios de responsabilidad o sostenibilidad. Esto es lo que nos ha llevado a querer compartir nuestra experiencia.

En nuestro caso, nos apoyamos en el marco Portfolio Sustainability Assessment (PSA) del World Business Council for Sustainable Development (WBCSD) que sirvió de referencia tanto para el desarrollo del proyecto como para la elaboración del informe. Sobre eso, hemos incorporado nuestras propias lecciones aprendidas para producir un documento que pudiera ser de utilidad práctica para otras empresas y que describe las fases metodológicas que las organizaciones deben seguir para integrar de forma efectiva la sostenibilidad en los procesos de innovación.

El resultado en el caso de Telefónica ha sido la creación de una metodología de innovación vanguardista y diferencial en el mercado español.

Pero, aunque Telefónica haya sido una de las primeras grandes compañías, estamos convencidos de que no será la última. Incluso en los casos —confiamos que pocos— en los que las empresas no quieran hacerlo por convicción o vocación de contribuir a solucionar los desafíos de las comunidades en las que operan, lo terminarán haciendo por obligación. 

Cuando analizamos las tendencias regulatorias de nuestro entorno más inmediato (España y la UE), observamos como la legislación cada vez lleva a las compañías a asumir mayor responsabilidad por los efectos de sus productos y servicios. Desde la Taxonomía de la UE, hasta la responsabilidad ampliada del productor, pasando por los futuros requisitos de debida diligencia, entre otros muchos instrumentos regulatorios presentes y emergentes, todo lleva a que las compañías deban incorporar en su actividad y productos criterios de sostenibilidad.  

Confiamos que nuestra experiencia pueda servir de inspiración y guía para todas las organizaciones que quieran innovar en sus productos y servicios y contribuir a la transformación sostenible de nuestra sociedad. 

***Alberto Muelas, director de Negocio Sostenible en Kreab Worldwide.