El desarrollo de un plástico biodegradable que desaparece en agua salada en una hora revolucionaria la lucha contra la contaminación marina.

El desarrollo de un plástico biodegradable que desaparece en agua salada en una hora revolucionaria la lucha contra la contaminación marina. Reuters

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Plástico que se deshace en el agua: así es la revolución que podría salvar los océanos

El equipo científico del Centro RIKEN para la Ciencia de la Materia Emergente y la Universidad de Tokio ha desarrollado un material innovador.

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Andrea Gómez
Publicada

En un laboratorio de Wako, cerca de Tokio, investigadores japoneses han logrado un breakthrough que podría revolucionar para siempre la industria del plástico y la lucha contra la contaminación oceánica.

El equipo científico del Centro RIKEN para la Ciencia de la Materia Emergente y la Universidad de Tokio ha desarrollado un material innovador que se descompone completamente en agua salada en cuestión de horas, sin dejar residuos tóxicos.

La demostración de este revolucionario plástico tuvo lugar en las instalaciones de investigación japonesas, donde el equipo mostró cómo un pequeño fragmento del material desaparecía por completo tras ser agitado en un recipiente con agua salada durante aproximadamente una hora.

Esta velocidad de descomposición contrasta dramáticamente con los plásticos convencionales, que persisten durante décadas en el entorno marino.

Una reacción química

El plástico degradable desarrollado por el equipo japonés representa un salto cuántico respecto a los materiales biodegradables existentes.

Mientras que otros plásticos requieren meses o incluso años para degradarse, este material se desintegra en agua de mar en apenas unas horas.

La clave de este avance radica en su composición específica y en la reacción química que se produce al entrar en contacto con la sal marina.

Takuzo Aida, líder del proyecto, asegura que este material combina resistencia con una rápida descomposición en contacto con la sal.

Takuzo Aida, líder del proyecto, asegura que este material combina resistencia con una rápida descomposición en contacto con la sal. Reuters

Takuzo Aida, líder del proyecto e investigador principal del Centro RIKEN, explicó que el material mantiene una resistencia comparable a la de los plásticos derivados del petróleo.

Sin embargo, al exponerse al agua salada, el plástico se descompone completamente en sus ingredientes originales.

Esta característica única permite que el material funcione como un plástico convencional en condiciones normales, pero se degrada rápidamente cuando entra en contacto con el ambiente marino.

Cuestión de sostenibilidad

La seguridad ambiental del material ha sido una prioridad fundamental para el equipo investigador. Aida aseguró que el plástico presenta características ambientalmente favorables excepcionales: no es tóxico, no es inflamable y, crucialmente, no emite dióxido de carbono durante su proceso de descomposición.

Estas propiedades lo convierten en una alternativa verdaderamente sostenible a los plásticos tradicionales. El desarrollo de métodos de recubrimiento representa una línea prioritaria de investigación actual.

El material puede emplearse como un plástico convencional si se recubre adecuadamente, y el equipo científico está enfocado en perfeccionar estos métodos de recubrimiento para mantener la funcionalidad sin comprometer la capacidad de degradación rápida en ambientes salinos.

El desarrollo de este plástico biodegradable responde no solo a una necesidad tecnológica, sino también a un profundo compromiso ético con las generaciones futuras.

Takuzo Aida expresó esta motivación con palabras contundentes: "Los niños no pueden elegir el planeta en el que vivirán. Es nuestro deber como científicos garantizar que les dejemos el mejor entorno posible".

Esta filosofía refleja una comprensión profunda de la responsabilidad intergeneracional que enfrentan los científicos contemporáneos. El equipo ha reconocido que su trabajo trasciende los límites del laboratorio para convertirse en una contribución directa al bienestar de las futuras generaciones.

El nuevo plástico logra degradarse en agua salada sin liberar dióxido de carbono ni sustancias tóxicas, garantizando seguridad ambiental.

El nuevo plástico logra degradarse en agua salada sin liberar dióxido de carbono ni sustancias tóxicas, garantizando seguridad ambiental. Reuters

Este desarrollo surge en un momento crítico para la salud planetaria. La contaminación marina por plásticos se ha convertido en una crisis global, con consecuencias devastadoras para la vida silvestre y los ecosistemas marinos.

Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, se prevé que la contaminación plástica se triplique para 2040. Esta proyección alarmante supondría la incorporación de entre 23 y 37 millones de toneladas métricas de desechos plásticos a los océanos cada año.

Las dimensiones de esta crisis ambiental hacen que innovaciones como el plástico biodegradable japonés sean no solo deseables, sino absolutamente necesarias para la supervivencia de los ecosistemas marinos.

El descubrimiento ha generado considerable interés, especialmente entre empresas del sector del embalaje. No obstante, el equipo de investigación ha sido claro en sus prioridades actuales.

Por el momento, no existen planes detallados para la comercialización del producto, ya que la prioridad sigue siendo perfeccionar el material y garantizar su viabilidad en diferentes contextos de uso.

Investigación continua

Actualmente, el equipo de investigación del Centro RIKEN y la Universidad de Tokio continúa trabajando intensivamente en la optimización del material.

Una de las líneas prioritarias es el desarrollo de métodos de recubrimiento que permitan utilizar el plástico en aplicaciones convencionales sin perder su capacidad de degradación rápida en ambientes salinos.

Esta versatilidad podría ser clave para la eventual implementación comercial y adopción masiva del material. El perfeccionamiento de estos métodos de recubrimiento representa un desafío técnico crucial que determinará el éxito comercial del producto.

La innovación japonesa ofrece una esperanza tangible en la lucha contra la contaminación oceánica, al tiempo que plantea nuevos retos y oportunidades para la ciencia y la industria.

El trabajo del equipo liderado por Takuzo Aida se perfila como un referente en el desarrollo de materiales sostenibles, con el potencial de contribuir de manera decisiva a la protección de los océanos y la vida silvestre.

Este avance representa un paso significativo en la búsqueda de soluciones sostenibles para la gestión de residuos, ofreciendo una alternativa prometedora que podría revolucionar la industria del plástico y contribuir sustancialmente a la preservación del medio ambiente marino.