Dos científicos arrojan pintura sobre la fachada del Ministerio de Educación.

Dos científicos arrojan pintura sobre la fachada del Ministerio de Educación. Scientist Rebellion

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Del laboratorio a las calles: científicos de toda España inician una rebelión porque “nadie escucha sus avisos”

Los gobiernos y la sociedad hacen oídos sordos ante sus advertencias y ellos confiesan estar frustrados, porque “no hay tiempo” para seguir maquillando lo que es ya una emergencia.

5 abril, 2022 17:25

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La inacción climática y los oídos sordos de la sociedad están llevando al límite a científicos de todo el mundo. “¿Qué sentido tiene seguir documentando la crisis climática al milímetro si nadie responde a nuestros avisos?”, se preguntan. Por este motivo, han decidido ir un paso más allá y tomar las calles en un acto de protesta por la inacción climática.

“Ya no podemos quedarnos en nuestros laboratorios con nuestros datos”, asegura Fernando Valladares, científico del CSIC. Él es una de las caras del colectivo Scientist Rebellion en España, un movimiento que pretende promover la acción climática a todos los niveles para hacer frente al cambio climático.

Es el segundo día de una huelga que comenzó el 4 de abril y llegará a su fin el día 9, pero será mañana cuando tomarán las calles con fuerza. Cientos de científicos de varias ciudades de España y en más de 25 países preparan “la mayor revolución científica de la historia”. Realizarán actos de desobediencia civil, acompañados de asambleas ciudadanas que sumen a toda la sociedad a un diálogo que gobiernos y lobbies se niegan a afrontar.

En rueda de prensa, científicos como Valladares, pero también otros como Agnès Delage, catedrática en Ciencias Sociales (AMU/CNRS), o Marta Rivera, una de las expertas que ha participado en varios informes del IPCC (Grupo de Expertos sobre Cambio Climático), confiesan estar frustrados, porque ya nadie ve la “alerta roja”.

Rivera insiste en que está “cansada” de repetir prácticamente lo mismo durante 12 años. “Existe la necesidad de dar un giro al sistema socioeconómico”, apunta, y comenta estar preparada para “pasar a la acción”.

La última parte del sexto informe de la ONU –publicada en el día de ayer– tampoco les ha dejado indiferentes y aseguran estar sorprendidos por un texto que adopta “un lenguaje maquillado”, que diluye la emergencia climática que se está produciendo.

Elena González, astrofísica y otra de las caras del movimiento Scientist Rebellion, asegura que “el Acuerdo de París ha fracasado” y “vamos a superar la temperatura global que acordamos no exceder”

Una cuestión que también desliza la última entrega del informe del IPCC, cuando pide acciones inmediatas y traslada que en el 2025, como tarde, se debería alcanzar el pico de emisiones de gases para después descender drásticamente. Sin embargo, el documento reconoce que incluso en este escenario, se contempla la posibilidad de exceder el límite de temperatura media global de 1,5ºC “temporalmente”.

Entonces, ¿qué ha fallado? Valladares cuenta hay cuestiones vitales que se han omitido en el resumen del texto. Un extracto de 60 páginas que, como comenta el experto, es lo que acaba llegando a la sociedad. Entre ellas, se desdibuja el abandono de la energía nuclear, la reducción en la producción y la demanda de energía o el fin de los combustibles fósiles antes de 2030. Todas, a su juicio, pinceladas que se han desdibujado.

¿El expediente de la vergüenza?

Los científicos que se han sumado a la iniciativa de Scientist Rebellion no son los únicos que han criticado el que consideran el último informe capaz de elevar el nivel de alerta lo suficiente como para tomar medidas que puedan paliar los peores efectos del cambio climático en un futuro próximo.

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, tildaba ayer el texto de “expediente de vergüenza” y advertía que el mundo se dirigía “por la vía rápida hacia el desastre climático”. Según declaraciones recogidas por Europa Press, “este informe es una letanía de promesas climáticas incumplidas (...) y vacías que nos ponen firmemente en el camino hacia un mundo invivible".

"Esto no es ficción ni exageración, es lo que la ciencia nos dice que resultará de nuestras actuales políticas energéticas", alertó Guterres. A su juicio, de seguir con las "mentiras" por parte de líderes políticos y empresariales, alcanzaremos más del doble del límite de 1,5ºC acordado en París.

Una inacción que encuentra su sustento en que gobiernos y empresas siguen emitiendo gases contaminantes, debido a sus intereses y las inversiones que hacen en combustibles fósiles. Una cuestión que se abordó en la última cumbre del clima y que, sin embargo, aún sigue diluyéndose. 

"Este informe es una letanía de promesas climáticas incumplidas (...) y vacías que nos ponen firmemente en el camino hacia un mundo invivible", asegura Guterres

Para Guterres, la COP 26 de Glasgow dio lugar a un "optimismo ingenuo" pero con el "principal problema ignorado", la "enorme y creciente brecha de emisiones". Una cuestión que David Vieites, investigador del CSIC, ya aventuraba en una entrevista en EL ESPAÑOL: “Esta cumbre va a fracasar, como todas las anteriores”.

A lo que se refería el también director de Cambio Global es que, cumbre tras cumbre, se han abordado compromisos políticos a corto plazo en materia de medioambiente. Una savoir faire que deja a la deriva la intención real de cambiar el actual modelo de consumo basado en fuentes como los combustibles fósiles o la energía nuclear, por otro renovable.

El 6º informe del IPCC, una vez completo, verá la luz en septiembre de 2022. La comunidad científica espera que este documento constate la situación de emergencia actual y traslade que las decisiones que tomen las sociedades ahora determinarán si nuestra especie prospera o simplemente sobrevive a medida que avanza el siglo XXI.

El riesgo de no cumplir el límite de calentamiento global de 1,5ºC para 2030, el aumento incesante de las emisiones gases de efecto invernadero en la última década y la situación de peligro real para casi la mitad de la población mundial convierten las proclamas de los científicos en un “ahora o nunca” difícil de ignorar. Sobre todo, cuando hay pruebas más que suficientes de que el mundo se encamina, más pronto que tarde, hacia un escenario de inseguridad social y económica.