La inteligencia artificial es cada vez más omnipresente e influye en todos los aspectos de nuestra vida.

La inteligencia artificial es cada vez más omnipresente e influye en todos los aspectos de nuestra vida. SmileStudioAP Istock

Historias

La IA se pone al servicio de la salud: gemelos digitales para "identificar patrones y anomalías" que el médico no ve

En el marco del Samsung Innovation Campus Summit: 'AI for a Better World', un grupo de expertos ha debatido sobre las implicaciones de la IA.

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"La inteligencia artificial es cada vez más omnipresente e influye en todos los aspectos de nuestra vida, desde la forma en que nos comunicamos hasta cómo desarrollamos nuevos medicamentos, desde la educación hasta cómo nos desplazamos a nuestro destino".

Así arranca la publicación de Behzad Mehrbakhsh en AI for a better world: Projects of the IA Samsung Innovation Campus at Universitat Politècnica de València (2024).

En ella, junto a César Ferri, Miguel Ángel Ruiz e Ignacio Gil, pone de relieve el papel de la tecnología en nuestras vidas y cómo logra hacer de la cotidianidad algo más sencillo.

En los últimos años, la población se ha hartado de escuchar el término inteligencia artificial. Y es que su labor está más presente que nunca en la sociedad moderna.

En concreto, explica Mehrbakhsh, esta palabra hace referencia a "una rama de la informática que se centra en la creación de sistemas capaces de realizar tareas asociadas a la inteligencia humana".

Estas funciones incluyen el aprendizaje, el razonamiento, la resolución de problemas, la percepción y la comprensión del lenguaje.

Sus funciones se centran en "imitar las funciones cognitivas humanas o actuar de forma humana utilizando algoritmos, datos y capacidad computacional".

Y así, continúa el técnico superior de investigación de la Universidad Politécnica de Valencia, es capaz de procesar información, tomar decisiones, autocorregirse y mejorar con el tiempo a través de la experiencia.

Su historia se remonta a mediados del siglo XX cuando, tras el desarrollo de los primeros ordenadores, comenzó el arranque de la conocida inteligencia artificial. Aunque no fue hasta 1956 cuando este término se empleó por primera vez.

Ocurrió durante la Conferencia de Dartmouth celebrada en Hanover (Estados Unidos) y fue John McCarthy el responsable. Entonces, el campo de la IA se creyó prometedor, lo que atrajo financiación.

Sin embargo, pese a los primeros avances, los resultados no resultaron a la altura de las altas expectativas y la decepción se extendió.

Entre 1987 y 1993, los avances en potencia computacional, algoritmos y disponibilidad de datos reavivaron de nuevo el interés por esta rama.

Siguió evolucionando y, en 2018, Google presentó un modelo de lenguaje basado en transformadores llamado BERT. Y así, continuó desarrollándose hasta convertirse en lo que hoy todos conocen.

La terminología

Inteligencia artificial. Existía antes de que se inventaran los aprendizajes automático y profundo. Se trata de un campo que tiene por objetivo crear sistemas que puedan aprender y comportarse como los seres humanos.

Aprendizaje automático. Es un subconjunto de la IA que emplea técnicas estadísticas para aprender a partir de datos sin intervención humana. En lugar de estar codificados explícitamente, los sistemas de ML aprenden encontrando patrones a partir de los datos.

Aprendizaje profundo. Es un subconjunto del aprendizaje automático y, por lo tanto, de la IA. Utiliza redes neuronales multicapa (profundas) para modelar patrones complejos en los datos, lo que permite a estos modelos imitar la compleja toma de decisiones del cerebro humano.

Desde el comienzo de su historia, la inteligencia artificial ha tenido un objetivo claro: impactar en positivo en la vida cotidiana.

Sin embargo, dice Mehrbakhsh, todavía "no hemos construido un agente de IA potente, una máquina capaz de realizar todas las tareas complejas que pueden hacer los seres humanos a un nivel igual o superior que estos.

Pese a las existentes limitaciones, en los últimos años esta rama de la informática ha experimentado avances a pasos agigantados. Actualmente, es capaz de procesar y generar imágenes, reconocer voces, procesar el lenguaje natural y ejecutar la conducción autónoma.

En la salud

En el campo sanitario, Pepe Zamorano, catedrático de Medicina en la UAH y jefe de cardiología del Hospital Ramón y Cajal, tiene claro que "la IA viene a ayudar, no a sustituir". Y es que, según su percepción, "va a impactar en las decisiones médicas" para poder revertir alguna de otra estadística negativa.

En el presente, expone Mehrbakhsh en su publicación, las herramientas de inteligencia artificial "son capaces de analizar grandes cantidades de datos para identificar patrones, anomalías y tendencias que los seres humanos podrían pasar por alto".

Y precisamente eso es a lo que se refiere Zamorano cuando menciona esa 'ayuda' que puede ofrecer la tecnología.

"El médico puede no haber dormido esa noche, estar atravesando problemas... y el paciente confía. ¿Por qué no lo hacemos en esa IA que ayuda a la vulnerabilidad humana?", plantea el catedrático. "Vamos a impactar a mejor en la vida de quienes lo necesitan, eso es indudable".

Estos sistemas facilitan la detección precoz de algunas enfermedades mortales, como el cáncer, lo que es crucial para un tratamiento eficaz, así como para aumentar las expectativas de éxito.

De hecho, Mehrbakhsh cuenta que las aplicaciones de salud basadas en inteligencia artificial "pueden detectar irregularidades en nuestros parámetros, lo que nos lleva a consultar al médico a tiempo y puede prevenir afecciones graves".

Incluso, menciona Zamorano, durante la covid-19 los expertos utilizaron esta herramienta para, a partir de la tos, clasificar al paciente.

Por eso, el catedrático está convencido de que "la sanidad que tenemos hoy no va a tener nada que ver con la que tendremos mañana, porque la IA nos va a cambiar el pronóstico y nos va a ayudar a ser mejores médicos y pacientes".

Pepe Zamorano, catedrático de Medicina en la UAH y jefe de cardiología del Hospital Ramón y Cajal.

Pepe Zamorano, catedrático de Medicina en la UAH y jefe de cardiología del Hospital Ramón y Cajal. Cedida

"Va a modificar todo el intervencionismo y la información. Haremos un gran salto al utilizar gemelos digitales, en lugar de simuladores, para corregir errores. Todavía no lo estamos haciendo, pero lo estamos deseando", continuaba el jefe de cardiología del Hospital Ramón y Cajal durante su intervención en el Samsung Innovation Campus Summit: 'AI for a Better World'.

En las emergencias

Ante los desastres naturales, la inteligencia artificial cobra un papel fundamental. Y aunque Pedro Torres, director de marketing de ESRI (Environmental Systems Research Institute), bromea con que "cada vez sabe menos de IA", tiene claro que "nos ayuda a ser más productivos y a tomar mejores decisiones en menos tiempo en el momento y el lugar adecuado".

Fue precisamente esto lo que ocurrió durante la dana que asoló la Comunidad Valenciana el pasado 29 de noviembre.

"En Paiporta —explica Torres—, lo primero que pasó fue que las calles se llenaron de coches y una de las iniciativas fue ir allí utilizando imágenes de drones para hacer un mapeo rápido de dónde tenían que actuar".

De este modo, "la IA permitió conocer dónde era necesario emplear los recursos rápidamente". Similar es el escenario que acontece en los incendios. En estas situaciones, estos sistemas "muestran el territorio a tiempo real, combinándolo con datos como la meteorología y conociendo cómo va a funcionar el fuego", continúa el portavoz de ESRI.

Al mismo tiempo, añade Torres, gracias a la inteligencia artificial, "por primera vez en la historia tenemos la posibilidad de crear gemelos digitales del territorio y eso nos permite hacer cosas totalmente transformadoras y disruptivas".

En el caso del turismo, por ejemplo, se está creando una plataforma para poder optimizar la experiencia de los turistas. Sin embargo, para que este desarrollo siga evolucionando en positivo, es necesario confiar en estas herramientas. De lo contrario, dice Torres, "es imposible que prospere".

"Ninguno somos más fuertes que todos juntos y para poder tomar decisiones basadas en el territorio tenemos que combinar informaciones de distintos ámbitos", apunta Torres.

Y eso solo es posible a través de la IA. "Es el momento de la colaboración y la generosidad porque solo así lograremos hacer proyectos que merezcan la pena", sentencia.

En el hogar

Y como para la inteligencia artificial no hay aspecto que se le resista, y también se ha introducido en los hogares. Lo ha hecho a través de dispositivos que aportan comodidad y conveniencia, pero que también mejoran el nivel de seguridad de las viviendas y garantizan la eficiencia.

Algunos ejemplos son los frigoríficos que pueden sugerir recetas basadas en los ingredientes disponibles, lavadoras que identifican el tipo de prendas u hornos que ajustan la temperatura y el tiempo de cocción.

También existen termostatos que minimizan el consumo de energía o sistemas de iluminación inteligente que se encienden y apagan automáticamente en función de la disponibilidad de luz natural y la presencia de personas en casa.

Aunque el verdadero valor de la IA surge cuando se trata de facilitar la rutina de los grupos vulnerables. Algo en lo que Julián Andújar, director gerente de la Fundación Tecnologías Sociales (TECSOS) es todo un experto.

En su caso, aplican la tecnología de forma innovadora para que las personas con dificultades puedan vivir en su hogar el mayor tiempo posible sin depender de ayuda externa o sin la necesidad de recurrir a residencias o centros de día.

Julián Andújar, director gerente de la Fundación Tecnologías Sociales (TECSOS).

Julián Andújar, director gerente de la Fundación Tecnologías Sociales (TECSOS). Cedida

La clave de estos sistemas radica en que, hasta la fecha, explica Andújar, "teníamos que hacer el esfuerzo para aprender a manejar los dispositivos, pero ahora la IA es la que se adapta a nosotros, es la que me tiene que responder". Y eso, dice, "ofrece muchas posibilidades para quienes tienen dificultades con la tecnología".

De hecho, pese a que los grupos de mayor edad en ocasiones se sienten distanciados de estas moderneces, fueron los que mostraron mayor percepción de utilidad.

Algo que, además, apunta Andújar, se tradujo en "un aumento de autoconfianza y una nueva forma de conectar con la sociedad, así como el sentirse capaces".

Y es que, como sentenció Andújar en su intervención final durante el Samsung Innovation Campus Summit: 'AI for a Better World', "la IA debemos aplicarla, pero siempre para empoderar a las personas. Es algo tan revolucionario que tenemos que emplearlo para reducir esa desigualdad, no para incrementarla".