Tiburón de arrecife.

Tiburón de arrecife. cdascher Istock

Historias

La reproducción de los tiburones en Canarias, en peligro: así afecta la subida de temperaturas del océano

Las hembras de angelote evitan las zonas de apareamiento ante temperaturas extremas, generando una peligrosa desincronización con los machos.

Más información: Por qué tantos tiburones se acercan a las costas de España: la teoría que apunta al cambio climático

Mariana Goya
Publicada

Un desajuste térmico podría estar empujando al tiburón ángel (Squatina squatina) al borde de la extinción. Las hembras de esta especie, catalogada como 'en peligro crítico' por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), están abandonando sus rutinas de apareamiento en las aguas que rodean las islas Canarias, uno de sus últimos bastiones.

La razón no es otra que el aumento sostenido de las temperaturas oceánicas. O, por lo menos, esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo internacional de científicos marinos, liderado por la Universidad de Lancaster y el Proyecto Tiburón Ángel: Islas Canarias, que ha documentado por primera vez cómo el calentamiento del océano está alterando los patrones reproductivos de estos tiburones.

El hallazgo, publicado en Global Change Biology, revela que, durante la temporada de apareamiento de 2022, las hembras evitaron las zonas reproductivas habituales, priorizando mantenerse dentro de un umbral térmico seguro, mientras los machos regresaban como de costumbre.

La investigación se basó en el seguimiento acústico de más de 100 ejemplares de angelote entre 2018 y 2023 en la Reserva Marina de La Graciosa, en el archipiélago canario. Esta zona protegida, frente a la costa de Lanzarote, es la más grande de España y un refugio clave para esta especie de tiburón de fondo.

Durante ese periodo, los científicos constataron un aumento progresivo de la temperatura superficial del mar, especialmente acusado en 2022. Ese año, las aguas superaron los 23,8 °C y se mantuvieron por encima de los 22,5 °C durante casi tres veces más días que en años anteriores. Esas cifras marcan un posible límite térmico para las hembras, según los investigadores.

Extinción al límite

"La temporada de apareamiento coincide con el final del otoño, cuando tradicionalmente el agua se enfría. Pero en 2022, las temperaturas no bajaron hasta diciembre, un mes más tarde que lo habitual. Las hembras simplemente no acudieron", explica David Jacoby, profesor de Zoología en la Universidad de Lancaster y autor principal del estudio.

Un tiburón ángel marcado con un rastreador acústico como parte de este estudio.

Un tiburón ángel marcado con un rastreador acústico como parte de este estudio. Michael J. Sealey

"Estamos viendo que estas olas de calor marinas actúan como incendios forestales bajo el agua, alterando ecosistemas y comportamientos a un ritmo alarmante".

Aunque los machos mantuvieron su comportamiento reproductivo habitual, llegando en noviembre, las hembras permanecieron ausentes. Esta desincronización, advierten los expertos, podría tener graves consecuencias para la viabilidad de la especie.

"Si ambos no coinciden en tiempo y espacio, no hay apareamiento. Y sin apareamiento, no hay futuro", afirma Lucy Mead, investigadora del Instituto de Zoología de ZSL y coautora del trabajo.

Diferencia de sexos

El angelote es un depredador ectotérmico, lo que significa que su temperatura corporal depende directamente de la del agua. Pero las hembras parecen más sensibles al calor.

Según los investigadores, esto se debe probablemente a su biología reproductiva. Es decir, las féminas tienen mayores demandas energéticas y necesitan mantener una regulación metabólica más estricta.

"El hecho de que el cambio climático esté provocando diferencias en los tiempos de llegada de machos y hembras a los sitios de reproducción es especialmente preocupante para una especie ya al borde de la desaparición", sostiene Mead.

Un bastión "crítico"

Las islas Canarias constituyen el límite sur de la distribución del angelote y albergan una de las últimas poblaciones activas de esta especie en Europa.

"Los datos muestran que las temperaturas en aumento están reduciendo cada vez más el periodo en el que las hembras pueden estar presentes sin riesgo fisiológico", señala Eva Meyers, codirectora del Proyecto Tiburón Ángel e investigadora del Instituto Leibniz para el Análisis del Cambio de la Biodiversidad.

Según Meyers, este fenómeno tiene implicaciones urgentes para la conservación, pues "las islas Canarias son un bastión crítico".

Y lo explica: "Si estas aguas se vuelven inhóspitas para las hembras, las posibilidades de recuperación de la especie se reducen drásticamente. Este estudio demuestra que los efectos del cambio climático en el océano son reales, presentes y visibles en el comportamiento de especies amenazadas".

El proyecto, que contó con el apoyo de instituciones como Shark Conservation Fund, Save Our Seas Foundation, WWF Holanda y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, plantea también la necesidad de fortalecer la monitorización a largo plazo de hábitats clave y desarrollar planes de gestión adaptados a los nuevos escenarios climáticos.

"Comprender cómo las alteraciones físico-químicas del océano afectan a los depredadores costeros es esencial para preservar el equilibrio de los ecosistemas marinos", concluye David Jiménez Alvarado, investigador del Instituto EcoAQUA y codirector del proyecto.

Y es que, señala, "muchas de estas especies ya están amenazadas a escala global. Su función ecológica está en riesgo y, con ella, la salud del océano que compartimos".