El tanque de tormentas de Arroyofresno, en Madrid, es el más grande del mundo.

El tanque de tormentas de Arroyofresno, en Madrid, es el más grande del mundo. Pablo Danubio

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Dentro del tanque de tormentas más grande del mundo: 400.000 m³ de capacidad que "protegen al Manzanares"

Se encuentra bajo el suelo de Arroyofresno, en la ciudad de Madrid, y construye un entramado que va "más allá de la prevención de inundaciones". 

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A nuestra llegada, seguimos la hoja de ruta que dejó escrita El Profesor en La Casa de Papel. Esperamos ver el famoso cartel que versa 'estanque de tormentas, prohibido el paso'. Sin embargo, la puerta se abre ante nosotros. 

Ya en el interior, tampoco encontramos su centro de operaciones, usado también como guarida para esperar paciente ante el gran golpe. Tampoco hay rastro del oro extraído del Banco de España a espaldas de la policía, ni de su fundición para formar nuevos lingotes. 

Lo que sí que hay es una faraónica estructura que, lejos de ser en realidad un plató improvisado para la posiblemente más famosa serie nacional, constituye los cimientos del tanque –que no estanque– de tormentas más grande del mundo

Así lo certifican sus 400.000 metros cúbicos de capacidad –ocho veces el estanque del retiro–, construidos bajo los pies de quienes juegan a golf, criquet o pádel en las inmensas instalaciones del Club de Campo Villa de Madrid, de los que conducen por la A-6 o la M-30 e, incluso, de los que pasean por el río Manzanares.

Desconocido para la mayoría, a 22 metros de profundidad, se encuentra el equivalente a un edificio de seis plantas, preparado para acoger ingentes cantidades de agua residual, que llegan a alcanzar una altura de hasta nueve metros, pero que tan sólo quedan allí alojadas durante unas horas. 

Tal y como su nombre indica, se trata de un espacio diseñado para albergar el agua de grandes tormentas, como las que acaecieron en nuestro país el pasado marzo y que hicieron que este llegara a su máximo, algo que sólo ha ocurrido en 13 ocasiones. Pero su función "va más allá de la prevención de inundaciones".

La altura alcanza en el tanque una altura de nueve metros.

La altura alcanza en el tanque una altura de nueve metros. Pablo Danubio

Tal y como explica desde su interior a ENCLAVE ODS Manuel Rodríguez Quesada, subdirector de conservación de infraestructuras de Canal Isabel II –entidad que lo gestiona–, se trata "de la sala de espera antes de que el agua llegue a la depuradora, haciendo de filtro de suciedad y ayudando también a la red de saneamiento municipal a evitar un colapso".

Pero aún hay más. Este tanque se ha constituido, según lo describe Rodríguez, como "el protector" del río Manzanares, ya que, sin su existencia, "toda la basura arrastrada por el agua acabaría directamente allí, haciendo de este afluente del Jarama un entorno completamente contaminado". 

La salud del Manzanares

Pero, ¿cómo funciona exactamente un tanque de tormentas? A pesar del gran entramado de la instalación –construida en 2008 por el Ayuntamiento de Madrid–, la explicación es más sencilla de lo que parece. 

"Cuando llueve mucho, el agua se cuela a raudales por las alcantarillas, pero debido a su enorme volumen, no puede ser depurada inmediatamente. Por este motivo, estas aguas se alojan en el tanque hasta que deja de llover", precisa Rodríguez.

El periodo de espera suele durar entre ocho y 12 horas, hasta que las depuradoras estén "más despejadas".

Es entonces cuando esta agua es conducida a través de unas enormes tuberías hacia una u otra depuradora, en función "de la demanda que tenga cada una", a través de un "proceso automatizado" que se supervisa a través de un panel de control. 

Esto no sólo contribuye a un apoyo de la red de saneamiento, así como a la prevención de posibles inundaciones, sino que su función radica también en ser "barrera ambiental".

Manuel Rodríguez Quesada muestra a ENCLAVE ODS el panel de control del tanque.

Manuel Rodríguez Quesada muestra a ENCLAVE ODS el panel de control del tanque. Pablo Danubio

"Al final, las primeras aguas que se recogen tras una lluvia intensa son las más sucias y las más contaminadas. Aquí llega de todo, desde toallitas hasta botellas de plástico y zapatos. Si no hiciéramos esta función de aliviadero, todo eso iría al río. En cambio, nosotros nos ocupamos de llevarlo al vertedero", apunta Rodríguez. 

Pero, ¿qué pasa cuando el tanque ya no puede asumir más nivel de agua? Anexo a él, un enorme túnel que recuerda a los levantados en las estaciones de metro, se ocupa de ese excedente.

Lo llaman "colector", cuenta con tres kilómetros de longitud y un diámetro de siete metros, y se activa a través de una compuerta que se abre cuando el tanque cierra las suyas. Aun así, ha habido ocasiones en las que "no ha sido suficiente".

El colector, un túnel de tres kilómetros de longitud que guarda el agua que el tanque no puede asumir cuando se llena.

El colector, un túnel de tres kilómetros de longitud que guarda el agua que el tanque no puede asumir cuando se llena. Pablo Danubio

"En lluvias como las que tuvieron lugar el pasado marzo, este colector llegó a llenarse. Ya no hay más capacidad que esa, así que, inevitablemente, ese exceso sí acabó en el Manzanares. Pero esa agua no consta de altos índices de contaminación y, además, tenemos la obligación por normativa de limpiar aquello que ensuciamos", explica. 

De hecho, están en proceso de agilizar y "modernizar" ese procedimiento a través de drones e inteligencia artificial. "Queremos rastrear las zonas que se vean más afectadas por ese vertido a través de la tecnología y así, poder incidir en las áreas que más lo necesiten", indica el subdirector de conservación de infraestructuras de Canal Isabel II. 

Una estructura sostenible

¿Y qué pasa con el tanque cuando no hay lluvias? Salvo labores de mantenimiento, su actividad cesa. Es en estos periodos cuando se procede a su limpieza. Las excavadoras se encargan de retirar toda la basura acumulada, y el agua hace el resto.

Pero no se usa agua limpia, "¡eso sería un desperdicio!", exclama Rodríguez. Por ello, una de las cavidades del tanque tiene como objeto retener un porcentaje de agua residual que, posteriormente, es el que se utiliza para su limpieza

Y para no malgastar recursos, todo está pensado. El tanque tiene la altura de un edificio de seis plantas y la capacidad equivalente a ocho estanques del Retiro, por lo que limpiarlo entero cada vez que lloviera "un poquito" sería un completo derroche

Excavadoras haciendo tareas de limpieza en el tanque.

Excavadoras haciendo tareas de limpieza en el tanque. Pablo Danubio

Por ello, la infraestructura cuenta con varios "niveles". "Se van llenando progresivamente a medida que entra el agua, que va subiendo de altura en altura, de manera que si llueve poco y la cantidad que llega al tanque es mínima, se limpiará únicamente el primer nivel", concluye Rodríguez. 

De este modo, este tanque no sólo se compromete a ser barrera del vertido de basura al río, ni una mera estructura que prevenga inundaciones, sino que se constituye como todo un entramado sostenible que está, sin que la mayoría lo sepa, varios metros por debajo de la M-30.