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Infraestructuras resilientes y sostenibles: la respuesta del Grupo ACS ante los episodios de lluvias extremas

El tanque de tormentas de Arroyofresno es la instalación más grande de Europa dedicada a evitar el desbordamiento de un río y contribuir a la regulación de las aguas de lluvia que llegan a las depuradoras

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A pesar de que nos aproximamos al verano y ya dejamos atrás la época de lluvias, lo cierto es que la primera mitad del año ha sido especialmente húmeda. Sin ir más lejos, el mes de marzo de 2025 ha quedado marcado en los registros metereológicos como el más lluvioso en la historia reciente de Madrid. En algunas estaciones de medición se superaron los 235 litros por metro cuadrado, batiendo con creces el récord anterior y, sobre todo, generando un escenario de lluvias intensas que obligó a las autoridades a activar planes de emergencia ante el riesgo de desbordamiento del río Manzanares.

El caudal de río madrileño se llegó a multiplicar por 15. Sin embargo, esta situación tan atípica no trajo consigo incidencias graves gracias, en parte, a la existencia de infraestructuras diseñadas para hacer frente a estas crecidas de agua: los estanques -o tanques- de tormentas. Madrid dispone de una treintena de instalaciones de este tipo, si bien una destaca por encima del resto: se trata de la de Arroyofresno.

Y es que más allá de su útil papel durante las lluvias recientes, esta infraestructura esencial para la resiliencia de la capital española es icónica por varios motivos. El principal o, al menos que resulta más obvio, es su tamaño: se trata del tanque de tormentas más grande de Europa y uno de los más amplios del mundo, dado que tiene una superficie equivalente a cinco campos de fútbol, una capacidad de 400.000 metros cúbicos y una profundidad similar a la de un edificio de seis plantas. Aunque alcanzar tales dimensiones tienen una justificación -dar servicio de manera efectiva a las necesidades de saneamiento de buena parte de la ciudad-, su construcción fue todo un reto para Dragados, empresa del grupo ACS, dado que no existían precedentes de obras de saneamiento similares y se tuvo que llevar a cabo una intensa labor de I+D previa para hacerla posible.

Además, el estanque de tormentas de Arroyofresno representa un modelo único de integración en el entorno, ya que esta obra de ingeniería está ‘camuflada’ por el campo de golf del Club de Campo Villa de Madrid, que se ubica sobre la misma. Es decir, una mirada rápida a la zona apenas deja intuir la presencia de esta magna construcción que recoge las aguas pluviales de varios distritos del norte de la ciudad —Fuencarral-El Pardo, Tetuán, Chamartín y Moncloa— a través de un colector de tres kilómetros de longitud y 6,7 metros de diámetro.

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La construcción de este túnel constituyó una de las fases más críticas del proyecto. Su ejecución cruzaba por debajo de varios puntos de extrema complejidad, ciudad-, su construcción fue todo un reto para Dragados, empresa del grupo ACS, dado que como el propio río, la M-30 o la autovía A-6, entre otros. En estas ubicaciones, Dragados también llevó a cabo diferentes actuaciones para asegurar las infraestructuras. Todo ello, en un tiempo récord: en apenas cinco meses se concluyó esta importante parte del proyecto.

Además del depósito y de este colector, el tercer elemento clave en el conjunto de Arroyofresno fue la obra de derivación. Implicó el desvío de dos galerías de mantenimiento previas. Es otro de los hitos constructivos a nivel nacional e internacional que alcanza esta obra. Además, se llevó a cabo sin la necesidad de interrumpir el servicio, lo que redunda en su vocación de estar al servicio del ciudadano de manera discreta, pero efectiva.

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Una doble e importante función

Pero más allá de sus asombrosas cifras, el estanque de tormentas de Arroyofresno es una infraestructura cuya utilidad va encaminada a un doble objetivo: erigirse en un sistema de seguridad para evitar el desbordamiento del río -algo difícil en Madrid dado el escaso caudal del Manzanares- y, sobre todo, contribuir al saneamiento urbano. Esta otra capacidad sí es casi continua mediante la regulación de las aguas negras que se recogen antes de llegar a las estaciones depuradoras, así como la de ser un primer filtro para buena parte de la contaminación que arrastran las primeras lluvias que ‘lavan’ las calles, los tejados u otras superficies y que, de otra manera, podrían acabar en el río.

La infraestructura se divide en dos zonas. La primera es la más activa, ya que es la que se suele utilizar siempre que hay lluvias en Madrid. La otra, considerada más de respaldo, entra en la ecuación en momentos puntuales en los que sea necesario ampliar la capacidad, como sucedió el pasado mes de marzo. En cualquier caso, tanto en una como en otra, los protocolos son similares: una vez finalizado el episodio de lluvias, el agua se bombea progresivamente a las depuradoras, donde se trata antes de su devolución controlada al río ya en condiciones adecuadas.

Es un proceso que puede durar entre uno y tres días, y tras el cual se acometen las tareas de limpieza dentro del propio tanque. Preparar la instalación para otros usos es también otro momento importante, ya que se hace uso de un sistema de olas generado por piscinas internas para arrastrar los residuos captados y dejar todo listo para el siguiente episodio de lluvias.

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Una construcción eficiente y sostenible

Aunque la instalación sea invisible a simple vista, la magnitud de su puesta en marcha y su construcción supuso un desafío constructivo y logístico para Dragados que solo ha sido posible gracias a las soluciones técnicas de primer nivel que se han aplicado en su construcción. Para ello se ejecutaron cerca de 30.000 metros cuadrados de muros-pantalla, 267 pilotes de gran diámetro y se colocaron tres grandes losas de hormigón armado.

Además, la ejecución de la obra también se planificó minuciosamente para responder ante otros dos factores igualmente importantes: no afectar a ninguna de las infraestructuras cercanas, por un lado, y mantener un enfoque sostenible en todas las fases del proyecto, por otro.

Esto es muy relevante porque a lo icónico de la obra se le une el entorno sensible donde está ubicada; su propia función, encaminada a impactar beneficiosamente en el medio ambiente y en la propia ciudad; y el hecho de que buena parte de la tierra extraída durante la construcción se aprovechó para otras obras públicas en la región.

Tiene una capacidad de 400.000 m3 y una profundidad de un edificio de 6 plantas

Su colector es un túnel de 3 km. de longitud y 6,7 m de diámetro

El estanque de tormentas de Arroyofresno da servicio a 4 distritos de la capital

Se ejecutaron 30.000 m2 de muros-pantalla y 267 pilotes de gran tamaño