Una de las investigadoras de AINIA analiza las magdalenas de algarroba que han desarrollado.

Una de las investigadoras de AINIA analiza las magdalenas de algarroba que han desarrollado.

Historias

Menos agua, más proteínas: este es el revolucionario proyecto español que cambiará la alimentación a base de bichos

AIRPROT, del centro tecnológico AINIA, apuesta por fuentes alternativas como insectos o legumbres para dar cabida a la demanda mundial de comida. 

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En un mundo donde la demanda de alimentos crece de forma imparable y la sostenibilidad ya no es una opción, sino una necesidad, la industria alimentaria se enfrenta a uno de sus mayores desafíos: reducir su impacto ambiental sin comprometer la calidad nutricional. Smoothies proteicos y magdalenas ricas en fibra son el resultado de este nuevo reto alimenticio.

AIRPROT surge como una solución innovadora que promete transformar la forma en que obtenemos proteínas. Este proyecto revolucionario apuesta por fuentes alternativas como insectos, legumbres y subproductos agrícolas, empleando un proceso que minimiza el consumo de agua y energía.

En el marco de este proyecto, el centro tecnológico español especializado en innovación para la industria alimentaria, AINIA, ha desarrollado nuevos ingredientes alternativos y sostenibles. Y lo ha hecho a partir de una tecnología clave: la clasificación por aire.

Esta técnica ofrece soluciones reales a los desafíos del sector y promueve una alimentación más saludable y respetuosa con el medio ambiente.

Más allá de su impacto ambiental positivo, esta nueva generación de proteínas abre la puerta a un modelo de economía circular. Los residuos agrícolas encuentran una segunda vida y los alimentos del futuro se diseñan con criterios de sostenibilidad desde su origen.

Proteínas diferentes

Todo empezó explorando el potencial de materias primas como el altramuz, la algarroba, la leguminosa y los cereales. Estas fuentes, cultivadas mayoritariamente en la región mediterránea, destacan por su bajo impacto ambiental y alto valor nutricional.

A través de la clasificación por aire, se separan y concentran fracciones proteicas sin necesidad de disolventes químicos ni procesos contaminantes. Posteriormente, estos ingredientes, mediante la aplicación de diferentes procesos, se han transformado en comidas preparadas.

La clasificación por aire de estas materias ha permitido obtener nuevos ingredientes que han podido ser validados mediante su incorporación en productos. El resultado final han sido smoothies proteicos elaborados con arroz y okara, un subproducto de la producción de bebidas de soja, y o magdalenas de algarroba.

Esta tecnología representa un avance significativo para la obtención de nuevos ingredientes, pues combina innovación tecnológica y sostenibilidad. Además, la capacidad de revalorizar subproductos agroindustriales y aprovechar la circularidad de los materiales contribuye a una mayor eficiencia en la cadena alimentaria.

Desafíos y avances en 'tech'

El proyecto AIRPROT surge de la necesidad de desarrollar nuevas soluciones para la obtención de ingredientes que permitan reducir la dependencia de fuentes tradicionales y optimizar los recursos agroalimentarios. Sin embargo, los desafíos han sido múltiples.

Uno de los principales retos ha sido optimizar la clasificación por aire para lograr una alta concentración de proteínas sin afectar su funcionalidad ni calidad nutricional.

"Cada materia prima presenta características fisicoquímicas distintas, por lo que ha sido necesario ajustar los parámetros de clasificación para obtener fracciones proteicas de alto valor añadido", explica Mariana Valverde Belda, responsable de la línea Industrias Alimentarias en AINIA.

Además, ha sido fundamental garantizar que las proteínas obtenidas cumplan con requisitos nutricionales y que su funcionalidad tecnológica sea adecuada para su aplicación en distintos alimentos.

"Hemos aplicado diferentes estrategias físicas, químicas y biológicas para mejorar las propiedades tecnológicas de estos ingredientes de cara al desarrollo de productos alimentarios más innovadores y sostenibles", indica Valverde Belda.

La comida del futuro

El proyecto no solo contribuye a la diversificación de fuentes de proteína, sino que también reduce sus emisiones de CO₂ y minimiza su huella hídrica. A diferencia de los métodos convencionales de extracción de proteínas, que requieren grandes cantidades de agua y productos químicos, la clasificación por aire es un proceso en seco. Se elimina así la necesidad de solventes, lo que reduce su impacto ambiental.

"El futuro de la alimentación sostenible estará marcado por la diversificación de fuentes de proteínas, combinando opciones tradicionales con alternativas de menor impacto ambiental", señala Valverde Belda.

Las proteínas alternativas, como las obtenidas a través de AIRPROT, jugarán un papel clave en este escenario, ya que permiten reducir la dependencia de fuentes animales y optimizar el uso de recursos naturales.

"En los próximos años, veremos un aumento en la demanda de proteínas sostenibles, impulsado por el crecimiento de la población, el cambio en las preferencias de los consumidores y la necesidad de mitigar el impacto ambiental de la producción de alimentos", concluye.

Y tecnologías como la clasificación por aire jugarán un papel clave en este cambio, garantizando una producción más eficiente y ecológica que responda a las necesidades de un mundo en constante transformación.