
Una mujer indígena habla con niños de una escuela durante una excursión en Brasil. iStock
'Ngüinen chuen pi'pishk we'ntreleska': así es el proyecto educativo que lleva la cultura indígena a los institutos
El programa CONVIVE de la Universidad Carlos III busca acercar diferentes realidades a los alumnos e invitarles a una reflexión personal.
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La actual polarización se debe al desconocimiento de la realidad de otras culturas. Encerrados en la normalidad del día a día, no se atiende a los otros, más allá de los documentales de Netflix o las escapadas de fin de semana. Ngüinen chuen pi'pishk we'ntreleska (en náhuatl, lengua nativa prehispánica de América), o los idiomas unen a los pueblos, es una forma de dar un paso hacia contextos desconocidos y aprender sobre derechos humanos, solidaridad y la cultura de la paz.
La Cátedra de Sostenibilidad, Inclusión Social, Diversidad y Derechos Humanos de la Universidad Carlos III (UC3M) impulsa el programa educativo Mundo CONVIVE bajo esta idea. Este plan está enfocado al respeto por la diversidad cultural y dirigido a alumnado de ESO y bachillerato.
Daniel Oliva, director de la cátedra, explica que con esta iniciativa se introduce en el aula "la cultura de paz, la mirada solidaria, de democracia, tolerancia y pluralismo". Para él, todo esto es una forma de combatir los discursos de odio. "Estamos preocupados por el ambiente de extremos, la desafección democrática entre los chavales, el poder de las redes sociales y la desinformación. De ahí es de donde sale este programa".

El año pasado, con la colaboración de la Fundación CVE, ofrecieron la visión de dos líderes indígenas. Liliana Pechene, de Colombia, y Ángel Sulub, de México, a 11 centros educativos. Compartieron sus experiencias con 3.000 alumnos, hablaron de su forma de entender la vida, el desarrollo y las relaciones entre personas.
Pechene, lideresa social del pueblo misak, explica que por su parte intentaron transmitir los conocimientos vivos y la dignificación de los pueblos nativos: "Así mismo es de nuestro interés que los estudiantes tengan a nuestros pueblos como comunidades contemporáneas y dejen de vernos como culturas arcaicas, anacrónicas o folclóricas".

Liliana Peleche, lideresa indígena del pueblo misak. Cedida
La esencia de la cooperación es que todas las partes implicadas operan con un objetivo común; el beneficio no es bidireccional sino multidireccional. La lideresa colombiana también pudo llevarse algo de vuelta.
La historia está llena de incorrecciones difuminadas en el continente americano sobre las hazañas de Cortés o Pizarro. Sin embargo, explica: "Aprendí el valor de sus culturas antiguas de España contadas con dignidad y dulzura por los jóvenes".
Para ella, "nuestros mundos se conforman de límites mentales que nos encierran y nos cuesta aceptar a otras existencias, otras verdades y otros pensamientos", de ahí las ventajas de los intercambios culturales.
Además de la visita de Pechene y Sulub, el programa continuó con clases de profesores de la universidad tanto de forma presencial como online.
Guardianes de la tierra
En los foros internacionales del clima, los indígenas a menudo tienen un papel ambiguo. A la vez que se les atribuye las técnicas ancestrales que cuidan de la tierra y de los que sobre ella habitan, se les niega representación real en las grandes negociaciones. Aunque luego se les reconoce el buen hacer y buenas prácticas al trabajar en sintonía con el planeta.
Eso es lo que quisieron transmitir cuando visitaron las escuelas. En palabras de la lideresa Peleche: "Todos podemos cooperar para cambiar estereotipos mediáticos y sociales. Esta es una tarea común".
A pesar de todo, según ella, los índices de exclusión siguen siendo violentos para sus tribus. Reclama la cooperación internacional, como este proyecto con jóvenes, que es el único apoyo que tienen las comunidades. Es una forma de compartir la historia, culturas y tradiciones entre dos realidades.

Ángel Sulub durante su charla en uno de los institutos. Cedida
Para Oliva, que ha tenido una larga relación con poblaciones indígenas, la importancia que tienen estos pueblos se ve en sus conocimientos, tradiciones y cultura para afrontar los grandes retos de la humanidad. Entre ellos, por ejemplo, el cambio climático, el desarrollo sostenible o la resolución de conflictos.
Víctimas de terrorismo
Desde la cátedra aseveran: "Queremos que los alumnos y los ciudadanos del mañana sean conscientes de la trascendencia de sus opiniones y acciones. Su forma de ser y estar en este mundo ayudará, o debilitará, una mejor convivencia".
Aunque también han visitado clases con alumnos de edades más tempranas, el principal grupo de interés son los estudiantes de secundaria. Es en esa etapa en la que empiezan a forjar ideas propias y a configurar una identidad social. También es cuando se accede a las plataformas digitales, se es influenciable y se producen las radicalizaciones.
Este año, UC3M ha abierto otra vertiente del proyecto, en colaboración con Fundación Víctimas del Terrorismo, para recordar una realidad que hasta hace muy poco estaba muy presente España. Empezaron en Extremadura y luego se replicará en Andalucía. Con este proyecto, quieren buscar un punto en común que no cree discordia y se encuentren espacios de entendimiento, sin que se olvide nunca la historia reciente de este país.