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    Susana, el presente y el futuro de Tanzania

    En la foto, Suzana, una niña de 9 años, se prepara para ir a la escuela en Tanzania. Esta imagen representa no solo el presente de África sino también su futuro. En Tanzania, un país donde la agricultura es el pilar de la economía y emplea al 70% de la población en ocho millones de hogares, principalmente en áreas rurales, el 27% de la población vive por debajo del umbral de pobreza y el 8% en extrema pobreza.

    A pesar de estos desafíos, hay signos de progreso y esperanza. Según el Índice Global del Hambre 2023, los niveles de hambre en Tanzania son graves, pero han mejorado en los últimos 20 años. Sin embargo, el 20% de las familias no puede permitirse suficientes alimentos y el 59% no tiene acceso a una dieta nutritiva.

    Casi el 30% de los niños y niñas de Tanzania están desnutridos y el 3,3% sufre de desnutrición aguda. Esto provoca que muchos menores no puedan ir a la escuela. Y Acción contra el Hambre juega un papel crucial en la solución de estos problemas.

    En 2023, sus intervenciones en agua, saneamiento e higiene lograron mejoras significativas en la higiene escolar en el distrito de Mpwapwa. Construyeron mejores instalaciones sanitarias y capacitaron a estudiantes y profesores en la fabricación de compresas, habilidades que ahora se transmiten a otros niños.

    Además, en las regiones de Singida y Dodoma se educó a la población sobre nutrición saludable, se evaluó la desnutrición infantil y se proporcionó educación y asesoramiento en nutrición y salud. Y en las unidades de alimentación terapéutica de Iramba y Mpwapwa, más de 200 niños y niñas con desnutrición aguda grave fueron tratados con éxito. 

    La historia de Suzana simboliza la resistencia y el potencial de África. Con el apoyo adecuado y la implementación de programas sostenibles, el futuro de Tanzania y de África en general puede ser de crecimiento, salud y prosperidad para todos sus niños y niñas. 

    Tob Madden
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    Paloupouguini y la peluquería de Burkina Faso que funciona

    Cuando estudiaba en Uagadugú, la capital de Burkina Faso, Paloupouguini iba y venía regularmente a su pueblo natal para ayudar a sus padres agricultores a criar el ganado durante las vacaciones. Pero la violencia les obligó a huir y dejó a su familia sin medios de subsistencia y sin medios para financiar la educación de su hijo.

    Él abandonó la escuela y se trasladó a la ciudad de Fada N'Gourma, donde conoció a los equipos de Acción contra el Hambre. "Me dieron dinero durante tres meses para poder comprar comida. Cuando ese programa terminó me dijeron ‘ahora te vamos a ayudar a emprender’", explica. Y añade: “Me dieron 75.000 francos CFA, invertí el dinero que tenía en montar una peluquería. Compré mi equipo y ahora trabajo aquí. Puedo decir que las cosas van bien. Hay algunos clientes y, a pesar de la situación, podemos salir adelante".

    En la ciudad de Fada N'Gourma, las personas desplazadas a causa del conflicto se encuentran sin recursos de un día para otro, y se enfrentan a flagrantes dificultades para alimentarse y cubrir sus necesidades básicas. En respuesta a esta crisis humanitaria, Acción contra el Hambre, a través del Proyecto de ayuda alimentaria de emergencia y apoyo a los medios de subsistencia, está contribuyendo a mejorar la situación alimentaria de los hogares proporcionándoles apoyo para cubrir sus necesidades inmediatas tras su desplazamiento forzoso y aumentar sus recursos económicos.

    Para ayudar a las personas vulnerables a ser autosuficientes y reducir su dependencia de la ayuda humanitaria, Acción contra el Hambre apoya a las familias desplazadas en el desarrollo de actividades generadoras de ingresos, un paso esencial para promover una seguridad alimentaria sostenible. Estas actividades contribuyen a mejorar las condiciones de vida y la situación económica de las familias, así como a reforzar la economía local.

    Amado Cisse
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    Maryam Abouacar, 'la mamá de los niños' de Níger

    Jugar con los niños y niñas no es un trabajo, le decían a la doctora Maryan Aboucar sus colegas del hospital de Mayahi (Níger). Ella les explicaba que el juego forma parte del tratamiento, pero no les acababa de convencer. Esta falta de comprensión, sumado al hecho de ver morir a menores cada día a causa de la desnutrición, es lo que casi le hace tirar la toalla

    Recién salida del máster de Psicología Infantil, Maryam notaba cómo su ánimo decrecía a pasos agigantados hasta que un día un niño, al que había dado por perdido, le dijo con los ojos muy abiertos: “Mamá, quiero leche”. Estas tres palabras surtieron un gran efecto en la psicóloga: “Vi en su mirada las ganas de vivir y entendí que la lucha no termina hasta el último segundo”, explica aún emocionada al recordar la historia.

    El pequeño salió del peligro y ella también, que desde entonces carga orgullosa con el sobrenombre de 'la mamá de los niños'. Sigue desarrollando su labor tratando miles de casos de desnutrición aguda al año en el centro de rehabilitación de Mayahi, apoyado por Acción contra el Hambre.

    Esta región de Níger es una de las más azotadas por la inseguridad alimentaria. Los resultados de una encuesta nutricional realizada en 2022 revelaron que la desnutrición aguda se situaba en el 12,2%, con un 2,4% de menores que sufrían desnutrición aguda grave, prevalencia que sitúa al país por encima de la tasa de alerta de la OMS para la desnutrición y que constituye un riesgo permanente para la supervivencia de los niños y niñas, así como para su desarrollo físico y cognitivo.

    Las causas se derivan de la pobreza, los conflictos, la degradación del medio ambiente, y las crisis climáticas que afectan directamente a la agricultura, de la que subsiste el 90% de la población. Solo el pasado año, Acción contra el Hambre en Níger proporcionó asistencia alimentaria a 41.391 personas; 55.790 niños y niñas menores de 5 años recibieron suplementos nutricionales en forma de harina enriquecida; 23.975 víctimas de catástrofes recibieron asistencia en forma de kits de alimentos (arroz, aceite) y 133.116 víctimas de catástrofes recibieron kits con artículos de aseo, saneamiento, higiene y otros artículos esenciales no alimentarios. 

    Lys Arango
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    Adji y su día que comienza con un té con el que planifica su trabajo de seguimiento pediátrico en Senegal

    Seis de la mañana. El sol se levanta sobre la sabana. Adji toma pequeños sorbos de té en su cocina mientras piensa en su plan del día. Treinta grados de temperatura. Adji es agente de salud comunitaria en la región de Matam, al noreste de Senegal, cerca de la frontera con Mauritania.

    Hacer el seguimiento pediátrico general de los niños y niñas de la zona es una de sus tareas principales. Medirlos, pesarlos, verificar el carné de vacunas y hablar con sus madres son parte de su día a día. Adji conoce a casi todos los niños, niñas y a sus madres por sus nombres. Conoce tan bien esta comunidad porque, además de recibir a estos pequeños pacientes en el centro de salud, también los visita en sus domicilios, sobre todo a aquellos en proceso de recuperación por la desnutrición aguda que sufren.

    Sus visitas a la comunidad son muy esperadas y su trabajo es muy apreciado. Adji sabe que con la aplicación SAM Photo Diagnosis instalada en su smartphone su trabajo en la comunidad será definitivamente mucho más fácil. Esta app, desarrollada por Acción contra el Hambre, es una forma de diagnosticar la desnutrición aguda grave (SAM, por sus siglas en inglés) con una aplicación móvil.

    Su importancia reside en que el diagnóstico es fundamental para poder acceder al tratamiento y, aunque estos tienen una tasa de curación superior al 90%, se estima que el 75% de los niños con SAM que requieren tratamiento no pueden acceder a él. La aplicación está basada en la comparación del cuerpo del menor que podría estar desnutrido con la del menor sano para determinar si sufre desnutrición y necesita ser tratado con alimentos terapéuticos listos para su uso.

    La aplicación permite un diagnóstico fácil, rápido y fiable de la desnutrición infantil en cualquier lugar. SAM Photo hace mucho más sencillo el trabajo de personal de enfermería y agentes de salud comunitaria que, con su dedicación y desplazamientos hasta las aldeas, facilitan el acceso a cuidados de salud en comunidades remotas. La desnutrición aguda grave afecta a 45 millones de niños y niñas menores de cinco años en todo el mundo, de ahí el gran avance que SAM Photo supone para quienes trabajan para identificarla y tratarla.

    Carmen Abd Ali
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    Michael es clave para su comunidad en Sudán el Sur por su conocimiento de agua, saneamiento e higiene

    En Sudán del Sur, unos 9 millones de personas, entre refugiadas y retornadas de Sudán, tienen necesidades humanitarias críticas en 2024. En la región aislada de Maruwo, el equipo de emergencia de Acción contra el Hambre ha estado operando durante un año.

    La labor de Michael, un miembro del equipo y especialista en agua, saneamiento e higiene, ha sido crucial para la comunidad. Porque en el condado de Pibor, Sudán del Sur, la hambruna amenaza a la población. Maruwo alberga a unas 17.000 personas desplazadas. Diariamente, recorre Maruwo impartiendo formación sobre higiene y saneamiento, asegurando que la población tenga acceso al agua limpia del pozo.

    Su dedicación es vital en un lugar donde la comunidad nunca antes había tenido acceso a servicios sanitarios básicos. Michael y su equipo enfrentan desafíos constantes, desde la amenaza de serpientes venenosas hasta la malaria, pero su compromiso nunca decae.

    Una noche, el equipo fue alertado de una emergencia médica: Asus Alami, una joven de 23 años estaba en estado crítico tras desmayarse durante el parto. Michael, junto a sus compañeros Noel y Patrick, estabilizaron a Asus y lograron alimentar a su bebé prematuro. Este acto refleja la misión del equipo de emergencia: proporcionar ayuda esencial en las condiciones más difíciles.

    Peter Caton
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    Sophie, la salvadora de los pequeños con desnutrición aguda severa en Mauritania

    Sophie es una de las muchas e increíbles trabajadoras sanitarias del CRENI, que se desarrolló como parte del Programa de Asistencia Nutricional de Acción contra el Hambre. Este programa tiene como objetivo reducir la mortalidad y la morbilidad debidas a la desnutrición aguda en niños y niñas menores de 5 años en la Wilaya de Guidimakha, en Mauritania.

    Gracias al duro trabajo y a la dedicación de profesionales sanitarios como Sophie, los niños y niñas de Mauritania reciben tratamientos y cuidados que salvan vidas. Y es que este país se ha enfrentado a importantes retos en 2023, con la malnutrición alcanzando niveles críticos y más del 8% de la población experimentando inseguridad alimentaria.

    El saneamiento seguía siendo una preocupación en todo el país, lo que agravaba los problemas de salud y nutrición. Las necesidades humanitarias en las regiones más meridionales y orientales aumentaron constantemente debido a crisis medioambientales, sanitarias, humanas y relacionadas con la seguridad.

    En los últimos meses de 2023, más de 50.000 personas refugiadas de Malí llegaron a la región de Hodh ech Chargui, enfrentándose a graves necesidades humanitarias y poniendo a prueba el acceso local a servicios y recursos esenciales. Acción contra el Hambre sigue ejecutando programas nacionales de gestión de la desnutrición para más de 6.100 niños y niñas desnutridos menores de 59 meses, proyectos que permiten que profesionales como Sophie puedan desempeñar su trabajo y sigan salvando vidas cada día.

    Carmen Abd Ali
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    Mama Safiyo Muhumed Farah y su huerto: un faro de esperanza en Somalia

    En el campo de personas desplazadas de Da' y Danyar, ubicado en el distrito de Kahda, en Somalia, Mama Safiyo Muhumed Farah comienza su día temprano cuidando su pequeño huerto dentro de su parcela. Este distrito alberga a unas 650.000 familias desplazadas por conflictos, sequías e inundaciones, lo que supone un entorno difícil para quienes luchan por cubrir sus necesidades básicas.

    A pesar de estas adversidades, el huerto de Mama Safiyo se ha convertido en un faro de esperanza y una fuente de alimento para su familia. Hace cinco meses, Mama Safia se unió a un programa de nutrición dirigido por Acción contra el Hambre en el Centro de Salud de Garasbaley.

    Allí, aprendió prácticas alimenticias óptimas para sus hijos y asistió a grupos de apoyo de horticultura con el objetivo de cultivar verduras nutritivas en la comunidad, a través del Proyecto de Asistencia Humanitaria y Fomento de la Resiliencia en Somalia. Mama Safia creó su propio huerto en un espacio de tres metros junto a su casa.

    Desde entonces, ha cosechado su huerto por primera vez, y la nutrición de sus hijos ha mejorado notablemente. "El aspecto de mis hijos ha mejorado. Este pequeño espacio me ha dado mucho, y antes no sabía nada de esto", afirma.

    En los últimos meses, 100 personas (25 de ellas en Kahda), la mayoría mujeres, han recibido formación y herramientas para cultivar huertos en sus casas. Los huertos domésticos no solo proporcionan una fuente sostenible de productos frescos, sino que también aumentan la resiliencia de la comunidad en tiempos de crisis.

    Ahmed Issack
Acción contra el Hambre