En la mañana de este martes, la actualidad de la crisis de pellets en el noroeste de España ha dado un giro de 180 grados. Galicia y Asturias, las dos comunidades más afectadas por los vertidos, han dado un paso al frente y han decretado el nivel 2 de alerta en sus planes territoriales para facilitar la retirada de estos plásticos que invaden los arenales de ambas regiones.

Asturias ha sido la primera en tomar esta decisión, tal como confirmó alrededor de las 10.30 horas su consejero de Fomento, Cooperación Local y Prevención de Incendios, Alejandro Calvo, elevando la situación de emergencia en dos niveles con el objetivo de poder reclamar más medios y apoyo al Ejecutivo a través del Ministerio de Transición Ecológica.

La medida llega después de que ayer el Principado confirmase la llegada a las costas asturianas de pellets procedentes del buque Toconao. A principios de diciembre, este perdió seis contenedores —uno de ellos lleno de más de 26 toneladas de estos microplásticos y otros cinco cargados con papel de film y neumáticos— en aguas portuguesas, a 80 kilómetros de la costa de Viana do Castelo. 

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Según el comunicado del Principado, con el aumento del nivel de alerta se ampliarán los medios humanos y técnicos para abordar con "rapidez y eficacia" la limpieza de los restos en las playas y rías, ante la amenaza de que estas pequeñas bolas de 5 milímetros de diámetro sigan dispersándose por el medio natural y se introduzcan en la cadena trófica.

La Xunta se suma

En un principio, esta acción desmarcaba a la región de las medidas tomadas por su comunidad vecina, Galicia, la mayor perjudicada por la crisis de pellets. Sin embargo, hace una hora, el presidente autonómico, Alfonso Rueda, ha confirmado que la Xunta también elevará el plan territorial de contingencia por contaminación marina accidental al nivel 2. 

Según informa EFE, Rueda ha asegurado que "si es el requisito que nos están pidiendo" para que el Gobierno colabore en la limpieza de estos residuos plásticos, "no tenemos ningún problema en hacerlo". Hasta esta mañana, la Xunta se había mostrado reticente a intensificar las medidas y había llegado a asegurar que las también denominadas lágrimas de sirena no eran "tóxicas" ni suponían un peligro para la región.

Sin embargo, a mediodía de este martes la Xunta ha reculado, en medio de las insistencias de numerosos grupos ecologistas y del Gobierno central, y ha subido un escalón del nivel 1 al 2 en su plan territorial (CAMGAL) para hacer frente a la crisis de pellets que desde hace días amenaza a las comunidades del Cantábrico y que preocupa especialmente en la gallega.

En este sentido, este lunes EL ESPAÑOL dio a conocer la cifra confirmada por la Delegación del Gobierno de pellets que se han vertido cerca de las costas de Galicia: 26.250 kilos. 

¿Quién tiene las competencias?

En España, la actuación ante los vertidos queda regulada en el Sistema Nacional de Respuesta ante la contaminación marina, aprobado por el Real Decreto 1695/2012. En este se establecen medidas de prevención y un protocolo de actuación escalonado que está condicionado por la magnitud y peligrosidad del suceso de contaminación, la superficie y vulnerabilidad de las áreas potencialmente afectadas y los medios necesarios.

A la hora de activar los planes correspondientes se tienen en cuenta estos tres apartados. Además, el Sistema establece tres tipos de situaciones posibles. La 0 es la que se ve cuando tiene lugar un episodio de contaminación marina de pequeña magnitud y peligrosidad. Se da cuando el suceso está ocurriendo dentro del ámbito de aplicación de un plan interior marítimo o un plan local, o cuando la contaminación afecta exclusivamente y de forma limitada al frente costero de una entidad local.

Donde se encontraba Galicia hasta hace apenas unas horas es un escalón por encima, en la situación 1. Este nivel se activa una vez que los medios de la situación anterior resultan insuficientes y/o la contaminación se produce fuera del ámbito de aplicación de los planes interiores. También si, por circunstancias de vulnerabilidad de la zona afectada o amenazada, aun pudiendo aplicarse la situación 0, las autoridades consideran necesario activar los planes del nivel 1.

La última circunstancia bajo la que se puede establecer la situación 1 es aquella en la que la contaminación está afectando o puede afectar al tramo de costa correspondiente a varios municipios limítrofes. En este caso, además de aplicarse el plan interior marítimo, también lo hará el plan territorial de la comunidad autónoma.

Lo que implica el nivel 2

La situación 2, en la que ya se encuentran Galicia y Asturias, se aplica cuando no basta con recurrir a los medios del anterior nivel y/o la zona afectada es especialmente vulnerable. Dar o no este salto en la gestión de los vertidos es una decisión que corresponde a las propias autonomías.

El aumento del nivel de alerta es clave ante la emergencia ambiental que supone la crisis de los pellets. En concreto, este movimiento hará que ambas comunidades puedan ampliar su sistema de retirada e ir más allá de los medios municipales. La activación de la fase 2 del PLACAMPA asturiano y el CAMGAL en el caso gallego permite la incorporación de medios del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a este dispositivo.

Esto implica que, a partir de hoy, el Principado y la Xunta podrán recibir recursos procedentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico  destinados a ampliar los dispositivos de detección y limpieza en los arenales del noroeste peninsular. La coordinación se realizará a través del Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI), donde están representadas las distintas administraciones implicadas.

Por encima de este escenario hay un cuarto nivel planteado en el Sistema Nacional de Respuesta, la situación 3, que se activa cuando la contaminación afecta a la costa de varias comunidades autónomas y a la de varios Estados limítrofes, y cuando el suceso puede poner en peligro la seguridad de personas y bienes. Está reservado, por tanto, para situaciones de especial interés nacional. 

Al margen de la gestión del Principado y de la Xunta gallega, el resto de comunidades del norte peninsular también permanecen alerta ante la crisis de los pellets. El Gobierno vasco ha optado por la cautela, y, aunque no espera que los residuos lleguen hasta las costas regionales, ha activado un plan de emergencia marina y tratará de recogerlos en alta mar para minimizar el volumen de plásticos que llegan al litoral vasco.

Por su parte, Cantabria permanece en situación de prealerta después de que esta mañana el consejero de Medio Ambiente, Roberto Media, confirmase la aparición de "poca cantidad" de pellets en dos playas de la región, la de Prellezo, en Val de San Vicente; y la de Portio, en Piélagos.