La 'Puerta del Cielo' de China

La 'Puerta del Cielo' de China iStock

Historias

Así es la 'Puerta del Cielo' de China: una maravilla natural de 131 metros de altura y más de un milenio de antigüedad

El arco es considerado como un elemento sagrado ya que, según la leyenda, es el lugar donde los dioses se encuentran con el mundo mortal.

23 agosto, 2023 20:41

Tianmen (天门), se traduce literalmente como "puerta del cielo", aunque no hace falta consultar el traductor para adivinarlo una vez te adentras en la famosa montaña china bautizada con ese nombre. Las panorámicas que desde ahí se pueden encontrar, en las que los acantilados se difuminan con el cielo, son dignas de hacer que cualquier ateo se cuestione sus creencias.

[La playa de los Diamantes: así es el peculiar paraíso de hielo único en todo el mundo]

Este monte se encuentra en la provincia de Hunan y recibe su nombre por el maravilloso arco que encontramos en lo alto. Su estructura es única, y no solo por albergar el título al arco natural más alto del mundo —131 metros, sino también porque su formación ha sido documentada a lo largo de la historia.

Escritos del periodo de los Tres Reinos de China (222 d. C.-280 d. C.) explican que la apertura se formó a raíz de un evento cataclísmico que llevó a la parte trasera de la cueva a derrumbarse en el año 263 d. C., dando origen a la famosa 'Puerta del Cielo'. Con el desprendimiento, el nombre de la cima cambió de Songliang Shan ('Montaña de los dos regalos') a Tianmen Shan.

Sin embargo, algunos defienden que la creación de la cueva es un misterio, lo que ayuda a mantener el estatus de Tianmen como montaña sagrada. Para ellos y otros muchos creyentes existe la posibilidad de visitar el templo enfrentado al arco, construido en el año 870 d. C. para el culto.

Teleférico y pasarelas de altura

El teleférico que te transporta a la cima de esta montaña se conoce como el más largo del mundo, ya que recorre 7 kilómetros en cuestión de 30 minutos. El recorrido tiene comienzo en la ciudad de Zhangjiajie y desde el vagón se puede ser testigo de unas vistas de ensueño, protagonizadas por picos de montaña, suntuosas curvas y valles abismales.

Además del funicular, entre las atracciones turísticas principales de la montaña de Tianmen se encuentran las pasarelas de cristal, a través de las cuales podrás contemplar el enorme vacío bajo tus pies. Hay tres tramos por los que se puede caminar: el Paseo de la Fe, la pasarela del Este y la pasarela del acantilado del Dragón Enrollado.

La primera es el viaducto original, inaugurado en el año 2011. Se encuentra a 1.400 metros de altura y conduce a otra pasarela colgante, situada en el Valle Fantasma y, finalmente, al templo de Tianmen.

A esta le sigue la del Este, que se encuentra en el lado más alejado de la montaña, por encima de la Puerta del Cielo. Y por último, la más nueva es la del Dragón Enrollado, construida en 2016. Recibe este nombre porque el acantilado del que cuelga recuerda a un dragón que se enrolla sobre sí mismo.

El número mágico

Curiosamente, para llegar a la famosa montaña hay que atravesar una carretera con 99 curvas cerradas de pronunciadas pendientes, cuya función es llevar a los turistas desde el pie del monte hasta la cima del mismo. Este recorrido se conoce como las 99 curvas

Una vez allí, para llegar al impresionante hoyo se deben subir un total de 999 escalones, ascenso tras el cual uno siente que ha dejado atrás su mundo para formar parte de otro totalmente distinto. No obstante, para los menos deportistas las escaleras mecánicas siempre son una opción.

Teniendo en cuenta el trayecto, uno puede pensar que la repetición del número 9 parece cosa del destino, y más en este lugar tan inaudito. Y esta creencia se refuerza si se es conocedor de que, en la cultura china, este número significa eternidad y buena suerte y está asociado a las celebraciones y también al emperador.

No es de extrañar que, dada su increíble historia, sus paisajes y la repetición del número 9, Tianmen sea de esos lugares en los que leyenda y realidad hacen un pacto para regalar un espectáculo natural único de presenciar.