Cuando se hace muy tarde y toca caminar por calles oscuras y desiertas para llegar a casa, es casi inevitable experimentar una sensación de inseguridad, sobre todo si pasamos por algún barrio conocido por su alta criminalidad. Pero esta inseguridad muchas veces no se relaciona siempre con el peligro real de ser atracado o agredido.

Los estudios de criminología diferencian entre una seguridad objetiva, que se puede conocer a través de los datos estadísticos sobre criminalidad, y una subjetiva, que tiene que ver con la percepción que tienen los ciudadanos sobre su seguridad.

En este último caso, según los datos nacionales más recientes sobre inseguridad, extraídos de la Encuesta Social General de España de 2015, la ciudadanía piensa que el principal problema de inseguridad son los robos en viviendas y locales o en la calle.

[Interior registra 375.506 cibercrímenes en 2022, 1 de cada 5 delitos cometidos en España]

Otros problemas preocupantes que enumeraron son los robos con violencia, las agresiones físicas, seguidos del robo de vehículos y las agresiones sexuales. El conflicto relacionado con la venta y consumo de droga en las vías públicas también es motivo de preocupación de la sociedad española. 

Inseguridad construida

Las personas “analizan las noticias que les llegan sobre un determinado y las interpreta, en función de lo cual se sentirá más o menos seguro”, señalaron varios investigadores que analizaron la inseguridad real y subjetiva en la localidad vasca de Errentería. Y, de acuerdo con ellos, la raíz de la inseguridad se encuentra en el miedo, que muchas veces es “más amplia que el propio miedo al delito”.

Así, la inseguridad ciudadana percibida se correlacionaría con aspectos relacionados con la calidad de vida, como la exclusión social, la inestabilidad laboral o la soledad. Y, con problemas derivados, “como el desempleo, la multiculturalidad, estilos de vida diferentes al propio, la marginación social, entre otras”, explican en el estudio.

[La inseguridad y la suciedad se sitúan como los principales problemas para los barceloneses]

Muchos especialistas en criminología coinciden en que existe una inseguridad construida a través de la percepción. Sin embargo, existe una falta de datos actualizados sobre los principales temores que tiene la ciudadanía. Hasta 2007, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) realizaba encuestas de victimización donde se exploraba esta cuestión.

Ahora, la única forma de conocer si los españoles están preocupados por la seguridad es mediante los barómetros, donde se les preguntan sus tres principales preocupaciones. O bien a través de encuestas autonómicas. 

¿Calles menos seguras?

Lo cierto es que España tiene un índice de criminalidad bastante bajo: 49 delitos por cada mil habitantes. Sobre todo si lo comparamos con los valores en otros países europeos. En el Reino Unido se sitúa en 80, en Alemania en 61, Dinamarca en 54 y en Bélgica 75, por cada mil habitantes.

Si analizamos la evolución anual de los delitos, se percibe un aumento. No obstante, en lo que respecta a algunos delitos convencionales, como pueden ser los robos, hurtos y la sustracción de vehículos, se ha dado un ligero descenso. En estos casos, los españoles estamos más seguros.

Se observa una tendencia completamente opuesta a este tipo de delitos en las agresiones sexuales. Respecto a 2019 (13.545 casos registrados), el pasado año se han registrado un total de 17.389 agresiones sexuales, un incremento del 28,4%. También han crecido los delitos de tráfico de drogas: un 14,4 por ciento respecto al mismo período.

La inseguridad subjetiva no solamente se relaciona con la percepción de los ciudadanos sobre los delitos que se cometen. “La opinión del nivel de actuación y de eficacia de la policía, así como los niveles de los servicios de salud o de educación, son factores que contribuyen a aportar angustia al estado de inseguridad”, explican los investigadores del estudio sobre la localidad Errentería.

Ellas

El acoso callejero es la razón por la que muchas mujeres evitan caminar a casa solas de noche. Y esto es un hecho consumado. El estudio Safer Cities For Girls, realizado por la oenegé Plan Internacional, documentaba a partir de 879 experiencias de jóvenes que 8 de cada 10 de Madrid, Sevilla y Barcelona han sufrido acoso callejero. 

Y la razón que identificaban más de la mitad de las personas encuestadas era, simple y llanamente, por su género. Mientras que un 18% expresó que habían sido agredidas por su edad. Desde hace poco, el acoso callejero está tipificado como delito en el Código Penal.