Mariano Rajoy este martes en un mitin en Santander

Mariano Rajoy este martes en un mitin en Santander Vincent West Reuters

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Rajoy admite por primera vez que necesitará un pacto con Ciudadanos para gobernar

El PP buscará tras el 20-D un acuerdo de "estabilidad" de Gobierno que no se limite exclusivamente a la investidura del presidente.

15 diciembre, 2015 21:37

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Mariano Rajoy sigue su agitada campaña electoral con un objetivo marcado en el calendario: conseguir el 20-D el 30% de los votos para intentar formar gobierno. A cinco días de la cita con las urnas, el presidente del Gobierno ya reconoce que necesitará un pacto de gobernabilidad, no solo de investidura, para poder seguir siendo presidente y para que España “tenga estabilidad”.

En un encuentro informal con periodistas a su llegada a Santander, el candidato del PP no se aventuró a pronosticar quién será el líder de la oposición tras las próximas elecciones generales: si Pedro Sánchez o Albert Rivera. Según las encuestas que maneja el PP, su partido cada semana se consolida como la fuerza más votada y al PSOE “se le complica” mantener el segundo puesto.

Con este escenario sobre la mesa, el socio natural del PP para formar ese Gobierno estable que pide el presidente sería Ciudadanos. Desde que Pedro Sánchez se presentó en el cara a cara con Rajoy con el “cuchillo en la boca”, el PP ha puesto toda la maquinaria en marcha para rematar a un PSOE que pierde votos a borbotones. Desde que empezó la campaña electoral, el líder del partido conservador se ha referido a los partidos emergentes como jóvenes sin experiencia a los que no conviene depositar el voto. Pero como "ruin, mezquino y miserable" solo se ha referido a Pedro Sánchez.

Escenario incierto

El escenario tan incierto de futuro va modificando los mensajes que los populares lanzan contra sus adversarios. No obstante, los ataques directos a Albert Rivera se han suavizado por parte de todos. Desde la dirección nacional del PP prefieren no adelantarse a los acontecimientos y esperarán al escrutinio final para empezar a mover fichar. En privado, reconocen que el socio natural será Ciudadanos, sobre todo tras el ataque final en el 'cara a cara' del PSOE, a quien dan por amortizado y con “muchos nervios” por las encuestas que vaticinan que pueden quedar como cuarta fuerza más votada.

Pase lo que pase, lo que más preocupa a los conservadores es que los resultados sean tan igualados que "el Parlamento se convierta en un sitio ingobernable, donde no se pueda sacar adelante nada y solo se pueda resolver disolviendo las Cortes y volviendo a convocar elecciones".

La decisión de Ciudadanos

Las intenciones de Ciudadanos, no obstante, son radicalmente distintas a las del PP. Albert Rivera se ha propuesto que su partido sea la lista más votada el 20-D y evita por activa y por pasiva pensar en quién ayudará a ser presidente si no lo es él. Si no hay un cambio de timón en la estrategia cuando se celebren las elecciones, el líder de la formación naranja siempre ha presumido de que “ni Mariano Rajoy ni Pedro Sánchez” serán presidentes con su apoyo. Todo dependerá de quién sea el líder más fuerte.

Mariano Rajoy ha empezado su gira por la parte norte de España este martes. Tras presidir el funeral de Estado por las víctimas españolas del ataque en Kabul, el presidente del Gobierno ha llegado a Santander y, tras dar su tradicional paseo por las calles de la ciudad, ha ofrecido seguridad y empleo ante 2.000 personas que le escuchaban. “Seguiremos apoyando a los agricultores y ganaderos porque creemos que el sector tiene futuro. Por eso hemos dado la batalla en la Unión Europea”.

La primera salida tras el bronco 'cara a cara' contra Sánchez fue durante la mañana de este martes en Logroño. El presidente se mostró algo alicaído, aunque por la tarde negó que se sintiera cansado. Las largas jornadas electorales hacen mella en el candidato, que se ha sentido profundamente ofendido con los ataques que recibió directamente del líder de la oposición, a quien acusó de haberle hecho la acusación más dura en los 30 años que lleva encadenando puestos públicos. La batalla, a cuatro días de la cita con las urnas, se recrudece.