A 20 minutos de Ciudad Real, en Carrión de Calatrava, se encuentra una de las ciudades islámicas más antiguas de la Península. Citada ya en tiempos de Abderramán I, en el año 785, este lugar alcanzó un gran esplendor en el siglo IX al convertirse en capital de una amplia región musulmana. 

Se trata de Calatrava la Vieja, que aprovechó el río Guadiana -con mucho mayor caudal en el medievo- para constituir un sistema defensivo hidraúlico, transformándose en una verdadera isla entre las aguas. 

Por Calatrava pasó, hasta mediados del siglo XIII, la ruta principal entre Córdoba y Toledo, y también los caminos de Mérida a Zaragoza y del Atlántico a Levante, lo que generó en torno a ella un intenso tráfico comercial y la convirtió, al mismo tiempo, en punto clave del sistema defensivo de la Meseta.

Fue el lugar más poblado entre Córdoba y Toledo

La primera noticia documental de su existencia data del año 785. En época omeya, desempeñó un papel decisivo tanto en las luchas civiles que enfrentaron a los muladíes de Toledo con el poder central cordobés como en las diversas rebeliones beréberes de los siglos VIII y IX.

Su importancia aumentó a raíz de su destrucción por los rebeldes toledanos en el año 853 y de su inmediata reconstrucción por orden del emir Muhammad I. A partir de esa fecha, y como capital de una extensa región dividida en numerosos distritos, se convirtió en el principal punto de apoyo del poder central cordobés en la zona, siendo el lugar más poblado entre Córdoba y Toledo hasta principios del siglo XIII.

Calatrava la Vieja. Turismo Castilla-La Mancha

Tras la abolición del califato de Córdoba, en 1031, Calatrava gozó de cierta autonomía, al tiempo que los reinos taifa de Sevilla, Córdoba y Toledo se disputaban su posesión; finalmente cayó en la órbita de este último. Con los almorávides pasó a ser el núcleo islámico más importante frente al ya para entonces Toledo cristiano.

Tomada por Alfonso VII en 1147, se convirtió en la plaza cristiana más avanzada frente al Islam y perteneció al reino de Castilla hasta que los almohades la recuperaron. Alfonso VIII la retomó definitivamente pocos días antes de la batalla de las Navas de Tolosa, pero, a partir de entonces, inició su decadencia. Lejos de la nueva frontera y situada en un lugar malsano, no era ya la sede adecuada para la Orden, cuya cabeza se trasladó en 1217 al castillo de Dueñas, rebautizado como Calatrava la Nueva. 

Un yacimiento visitable

En la actualidad, Calatrava la Vieja es uno de los yacimientos arqueológicos de origen islámico de mayor relevancia en el territorio español. Se trata de un lugar abierto al público y el precio de la entrada, que incluye servicio de visita guiada, es de 4 euros para los adultos y de 2 euros para los niños de hasta 14 años. 

Respecto a su estructura, consta de una muralla rodeada por 44 torres. El propio asentamiento se divide en dos zonas separadas: el alcázar y la medina, quedando en el exterior los arrabales.

De las mezquitas, baños y comercios se pueden encontrar restos de habitaciones y calles pavimentadas. Además, en el alcázar se pueden observar las sucesivas ampliaciones islámicas, el ábside templario que no llegó a concluirse y la iglesia que erigió la Encomienda de Calatrava.