Francisco Cerro, arzobispo de Toledo.

Francisco Cerro, arzobispo de Toledo. Maja Mikosz

Toledo

El arzobispo impidió la llegada de las HAM a Toledo meses antes de conocerse las denuncias por abusos

Se encontraban desde septiembre de 2024 en la localidad de Escalona, pero también han tenido que abandonar el lugar.

Más información: La Archidiócesis de Madrid destituye a la cúpula de las Hijas del Amor Misericordioso tras varias denuncias por abusos

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La polémica ha estallado ahora, pero fue hace ya ocho meses cuando el Arzobispado de Toledo actuó con contundencia. Al conocer que la asociación religiosa Hijas del Amor Misericordioso (HAM) estaba siendo investigada por presuntos abusos de conciencia y de carácter sexual, en diciembre de 2024 impidió su instalación en el convento de las Capuchinas de la capital toledana.

Las HAM se encontraban desde septiembre de 2024 en la localidad toledana de Escalona, "de forma temporal y a la espera de una decisión definitiva sobre su posible establecimiento en la ciudad de Toledo", según detalló este lunes la Archidiócesis en un comunicado. Su objetivo era instalarse de manera permanente en el histórico convento de clausura del Casco, cerrado desde hacía años.

Pero todo cambió cuando se tuvo conocimiento de que la asociación estaba siendo investigada por el Arzobispado de Madrid a raíz de denuncias por presuntos abusos de conciencia y de carácter sexual. Aunque aún no se ha determinado la gravedad exacta de los hechos, el proceso instruido por el Tribunal de la Rota ha concluido que las denuncias tienen "verosimilitud".

En consecuencia, el arzobispo de Madrid, José Cobo, ha destituido a toda la cúpula de la asociación y ha nombrado a una comisaria extraordinaria para revisar su funcionamiento interno: desde el gobierno y la formación hasta la vida comunitaria y las finanzas.

Al hacerse público, la Archidiócesis de Toledo ha recordado que ya el 19 de diciembre de 2024 comunicó personalmente a las responsables de las HAM que no podrían establecerse en el convento de las Capuchinas.

Una decisión adoptada de forma preventiva, tras confirmarse que la superiora general, María Milagrosa Pérez Caballero, estaba siendo investigada y que se le habían impuesto medidas cautelares, como la suspensión de nuevas fundaciones.

A finales de abril, tras un proceso de discernimiento y consultas, también se decidió no renovar su presencia provisional en Escalona. Así se les notificó por escrito el 5 de mayo mediante una carta del arzobispo Francisco Cerro, que les concedía un plazo de dos meses para abandonar el inmueble una vez terminado el curso.

Presencia en Ocaña

Actualmente, las HAM mantienen su actividad en una casa de espiritualidad en Ocaña, ubicada en el antiguo convento de las Carmelitas Descalzas, aunque allí no residen de forma estable. Según la Archidiócesis toledana, el uso de ese inmueble les fue concedido en 2017 exclusivamente para actividades apostólicas.

El caso ha provocado una notable repercusión también en redes sociales. En la red X, el propio Arzobispado de Toledo ha compartido este lunes una entrevista al experto en sectas Luis Santamaría del Río, quien ha alertado sobre posibles comportamientos sectarios en el seno de esta asociación:

"Hablar de secta es hablar de un grupo autónomo, independiente. Por lo que no podemos llamar secta a un grupo que esté dentro de la Iglesia católica (o de cualquier agrupación religiosa o de otro tipo). Pero claro que hay comportamientos sectarios. Lo puedo afirmar sobre la base de los testimonios de varias familias afectadas por las HAM que han acudido a mí pidiendo orientación y ayuda en los últimos años", ha asegurado.

"Familias católicas que, tras la ilusión inicial porque una hija se plantea la vida consagrada en un grupo atrayente de entrada, ven cómo esa joven se aleja progresivamente de ellos, en un proceso vocacional nada transparente que se hace a sus espaldas, restringiendo notablemente el contacto y la comunicación, llevando a cabo un control cada vez mayor de su vida. Su mayor miedo es que su hija lo esté haciendo todo manipulada, sin libertad. Y, por desgracia, parece que así es", ha denunciado.

Mientras tanto, la intervención decretada por el Arzobispado de Madrid mantiene suspendidas las nuevas vocaciones en las HAM, ha paralizado los procesos formativos de primer año y ha limitado toda actividad pastoral sin autorización expresa. Todo ello en una comunidad que tenía previsto instalarse en pleno corazón de Toledo.