Terrazas de la Peraleda en Toledo.

Terrazas de la Peraleda en Toledo. Javier Longobardo

Toledo

Las terrazas de la Peraleda en Toledo adaptan sus negocios para reducir el ruido ante su apertura este fin de semana

Levantar los muros de las fachadas del negocio hasta 3,5 metros de altura y repartir más altavoces por el local con menor potencia son algunas de las medidas llevadas a cabo.

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Las terrazas de la Peraleda están terminando de adaptar sus negocios para cumplir con la normativa exigida por el Ayuntamiento en Toledo en relación con la contaminación acústica ante la inminente apertura de sus instalaciones este próximo fin de semana.

Dentro de la estrategia municipal para controlar esta problemática que enfrenta a vecinos y empresarios del ocio nocturno, además de los dispositivos de medición del ruido en continuo instalados por el Gobierno local en San Pedro el Verde y Parapléjicos, las medidas correctoras impuestas a los establecimientos se han endurecido por los servicios técnicos de medio ambiente.

Las medidas correctoras están siendo llevadas a cabo en conjunto entre cada adjudicatario de las terrazas y los técnicos municipales. En algunos casos, como el del 'Summerland', han levantado un muro de 3,5 metros de altura en la fachada principal "para evitar que se propague el ruido", ha comentado el empresario David Soriano.

"Junto con los ingenieros y técnicos municipales llevamos 20 días trabajando para aplicar esta y otras medidas correctoras y este miércoles vendrán a hacer las mediciones correspondientes para poder abrir este sábado", ha señalado a EL ESPAÑOL-EL DIGITAL CLM.

Soriano también ha explicado que otra de las medidas correctoras que ha incluido está relacionada con la posición de los altavoces. Ha ubicado más puestos de sonido, más altavoces, pero con menor potencia con el objetivo de que la música se propague más en el interior del local, pero registre menos ruido.

El empresario ha afirmado que "nos preocupa más no molestar" que la promoción de nuestro negocio porque, además, el pliego dejaba muy claras las condiciones para optar a la explotación de la terraza "y ya lo teníamos presupuestado".

Otras medidas

El pliego que regula la actividad de las terrazas exigía que cada una de ellas llevara a cabo de manera previa a la apertura, un estudio de campo para evaluar y caracterizar los diversos ruidos con la finalidad de introducir los datos en un software de simulación que defina la afección para ejecutar las medidas correctoras necesarias.

El texto también recogía que los limitadores sonoros deberán mantenerse en perfecto funcionamiento y ajustado al nivel de emisión establecido por los servicios técnicos de medio ambiente, no superior a 90 decibelios.

Además, las terrazas deben contar con un sistema de verificación de decibelios que almacene los datos al menos durante quince días para que estén disponibles ante las posibles inspecciones municipales.