Montaje con varias fotos de Brazatortas y en primer plano el alcalde, Pablo Toledano.
El plan de Toledano, alcalde del PP en Ciudad Real, para 'irse' de la España vaciada: cheque bebé de 1.000 € y placas solares
"Si no hay trabajo, no hay hijos", expresa el alcalde de esta pequeña localidad de Ciudad Real que ha crecido en habitantes.
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España ha perdido en los últimos diez años más de 100.000 nacimientos anuales y septiembre de este 2025 anotó otro mínimo histórico con tan solo 28.597 alumbramientos en todo el país, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Además, la edad media para tener el primer hijo ha aumentado progresivamente hasta situarse en los 32,6 años.
Esta crisis de natalidad se mezcla con una tendencia implacable: la despoblación de las zonas rurales, el triste fenómeno de la España vaciada. El informe 'Evolución de la percepción de los avances en el medio rural' de Next Educación presentado este 31 de marzo en el Senado alerta que la mitad de las provincias españolas seguirán perdiendo población hasta 2040, especialmente en regiones como Castilla-La Mancha, Castilla y León, Aragón y Galicia.
Siguiendo la misma línea, el Congreso Interdisciplinar sobre Despoblación y la REDR (Red Española de Desarrollo Rural) alertaron recientemente que más de 4.000 municipios españoles sufren un acusado descenso de habitantes y 1.840 pueblos están ya en riesgo de extinción demográfica.
"Más del 84% de los españoles vive hoy en solo el 16% del territorio"
En mitad de esta problemática, el pequeño municipio de Ciudad Real que lleva por nombre Brazatortas ha saltado a la actualidad por su nueva medida que concede a sus vecinos empadronados (nacionales y extranjeros) un cheque de 1.000 euros por nacimiento o adopción con carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2025.
Esta localidad de tan solo 1.034 habitantes se sitúa en pleno Valle del Alcudia, una de las zonas más extensas y despobladas de Castilla-La Mancha. Esta comarca, marcada históricamente por la ganadería y la minería, enfrenta desde hace décadas un grave declive demográfico: la falta de empleo estable, el éxodo juvenil y el cierre de servicios públicos están vaciando sus casas y calles.
Gran mural urbano relativo al Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona.
Martina es uno de los tan solo tres bebés nacidos este año en la localidad castellanomanchega y, de momento, no parece que vaya a aumentar esa cifra al no haber más vecinas embarazadas. Su padre, Alfonso, atiende por teléfono a EL ESPAÑOL de Castilla-La Mancha para dar testimonio de primera mano de qué supone esta ayuda económica promovida por el Ayuntamiento.
"Es algo positivo y que nos ha venido bien, pero se va rápido entre pañales, ropa y alguna visita privada al médico. Al final es un plus, pero no te permite conciliar ni te resuelve", afirma.
Este padre primerizo en el medio rural considera que lo fundamental sería facilitar esa conciliación y proporcionar servicios básicos. "Aquí no hay guardería, ni pediatra, nos tenemos que desplazar una hora en coche", lamenta.
Entrada oeste al casco urbano de Brazatortas.
Alfonso lanza un mensaje inquietante a la vez que rompedor: "Ojalá sirva para animar a más gente, pero las escuelas se vacían y en las calles cada vez hay menos gente".
Esta fórmula se repite en otros lugares como Zamora donde este año han lanzado una subvención de hasta 2.000 euros por bebé, compatible con ayudas autonómicas y estatales. Sin embargo, las declaraciones de Alfonso y los estudios reflejan que estos pequeños empujones financieros alivian los costes iniciales, aunque no bastan para revertir una tendencia de fondo que depende más del empleo y la calidad de los servicios.
El alcalde de Brazatortas, Pablo Toledano (PP), ratifica esta postura en conversaciones con EL ESPAÑOL: "Si no hay trabajo, no hay hijos. Aunque tengamos servicios dignos y conectividad, necesitamos actividad económica real y oportunidades".
El caso de Brazatortas es un rayo de luz esperanzador para otros pueblos asolados por el fantasma de la despoblación. No solo no han perdido habitantes, sino que han ganado cerca de 30 vecinos en los últimos años, pasando de 1.005 a 1.034 personas censadas.
Pablo Toledano, ante la gran subestación del Red Eléctrica Española que canaliza la energía de las fotovoltaicas de la zona.
Toledano achaca este crecimiento principalmente a la instalación de numerosas placas solares en parcelas rústicas en desuso. Esta apuesta por la energía fotovoltaica ha retribuido considerables ingresos económicos y ha creado nuevas oportunidades laborales que han atraído a familias y trabajadores.
El Ayuntamiento no se ha quedado ahí, ha impulsado rebajas fiscales como situar el IBI urbano al mínimo legal, facilitar el acceso a vivienda e impulsar proyectos de emprendimiento agrícola y turístico. "No queremos que el cheque de los 1.000 euros sea una medida aislada, sino parte de un paquete más completo", detalla el regidor.
La rehabilitación de un albergue municipal, la promoción del turismo de naturaleza y la apertura de rutas arqueológicas y miradores en la sierra han supuesto un impulso en todos los sentidos.
Una de las zonas del yacimiento arqueológico 'Cruz de Mayo' de Brazatortas.
"Queremos formar un entorno atractivo y a la vez generar puestos de trabajo. Por eso, hemos desarrollado un polígono agrícola para el almacenamiento y transformación de productos de aquí como la miel, la carne de caza o el pistacho", desgrana Toledano.
Otra de las piedras en el camino para Brazatortas y otros municipios de la España vaciada es la falta de mano de obra en el campo y el relevo generacional. Al respecto, Pablo Toledano y su equipo se fijaron en el exitoso proyecto de la escuela de pastores de Covas de Pozoblanco, una pedanía del municipio de Pozoblanco (Córdoba, Andalucía).
Espacio habilitado como zona de despiece de carnes.
"Vimos que de los 16 que hicieron el curso, casi todos hombres subsaharianos, 13 se quedaron trabajando en la zona y luego trajeron a sus familias. Eso nos pareció un modelo a seguir para nuestras fincas y explotaciones", resalta.
En este diario hemos publicado varios casos donde la población inmigrante es la que está sosteniendo las explotaciones y negocios, tales como Torre del Burgo (Guadalajara) donde los búlgaros han encontrado en el cultivo del espárrago su modo de vida.
Después de mantener reuniones con responsables del proyecto, Brazatortas ha decidido adaptar el modelo localmente. "La selección de los alumnos la hacemos a través de Cruz Roja, el Ayuntamiento financia la formación y así creamos una bolsa de empleo estable para el sector ganadero y agrario del Valle de Alcudia", explica el alcalde.
Gran mural urbano relativo a la trashumancia y el pastoreo tradicional, a la entrada de la pedanía de La Estación.
Esta escuela de pastores se erige como una posible solución para esa escasez de trabajadores y en un aliciente para que familias nuevas puedan formar su hogar allí y optar también a ese cheque bebé. "Nuestro objetivo es atraer vecinos que puedan participar activamente en la vida y economía del pueblo", subraya.
El alargamiento de la esperanza de vida, que supera por primera vez los 84 años, unido a la salida de jóvenes hacia la ciudad, crea un círculo vicioso que no augura un buen presagio al medio rural. Esto se une a que las familias valoran cada vez más la conciliación y el acceso a servicios a veces inexistentes en los pueblos.
Pese a todas las propuestas y proyectos impulsados en Brazatortas, Pablo Toledano reconoce que "los avances son mínimos y el reto demográfico sigue siendo el mayor desafío".
Vista parcial del pantano de Carboneras, que da nombre al complejo turístico y alojamientos en la naturaleza cercano a Brazatortas.
Tras más de 20 años al frente del consistorio torteño, tiene claro que "los incentivos puntuales pueden ayudar, pero necesitamos políticos que miren a largo plazo. Los ayuntamientos no pueden quedarse parados esperando a que el problema se resuelva solo. Debemos movernos y ser la iniciativa".
Lo dice un alcalde que ha conseguido que su municipio aumente en vecinos. "Superar la barrera de los mil habitantes nos llena de orgullo y demuestra que las políticas que estamos implementando funcionan". El cheque bebé de 1.000 euros es solo la última portada de un libro titulado Brazatortas que no quiere cerrarse para seguir escribiendo la palabra hogar en el corazón de niños y familias.