Pasajeros dormidos en el interior del tren en las primeras horas del martes 1 de julio.

Pasajeros dormidos en el interior del tren en las primeras horas del martes 1 de julio. Cedida por Ale Yuste.

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Ale Yuste, pasajero del tren Madrid-Málaga varado en la provincia de Toledo: "Hemos estado abandonados"

"Había gente fuera del vagón, gente dormida y gente con el móvil", cuenta el viajero sobre el largo parón que ha sufrido junto a sus alumnos de Bachillerato.

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La interrupción del tráfico ferroviario de alta velocidad entre Madrid y diferentes ciudades del sur peninsular ha provocado retrasos y reubicaciones. Alejandro Yuste, monitor de un centro de estudios de Málaga, es uno de los centenares de usuarios afectados: el tren en el que viajaba de vuelta a casa ha permanecido más de trece horas detenido en la provincia de Toledo.

El AVE entre Madrid y Málaga en el que se montó Yuste partió de la capital de España con media hora de retraso. Apenas diez minutos después, sufrió un primer parón, poco más que un paréntesis. "Estuvo un minutillo más o menos. Y continuó", cuenta el viajero a EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM.

Un suspiro después, el convoy que había de terminar su itinerario a orillas del Mediterráneo quedó varado en un punto ignoto de la comarca de La Sagra, en la provincia de Toledo. Yuste sitúa el momento exacto de la detención en las 20:21 horas, un instante capturado por otra pasajera que viajaba a su lado.

Desde que se inició el parón hasta que el tren fue remolcado de regreso a Atocha, poco antes de las 10:00 horas del martes, los pasajeros se afanaron por "sobrevivir", rememora Yuste con sarcasmo.

En esas trece horas de tránsito interrumpido, los viajeros trataron de pasar el tiempo de la forma más ligera posible. "Había gente fuera del vagón, gente dormida y gente con el móvil".

Yuste ha viajado con un grupo de alumnos de Bachillerato a su cargo. En los últimos días, han participado en un voluntariado. "He estado sin dormir por estar un poco pendiente de los chavales, que son menores de edad", añade.

Su batería externa le ha permitido mantener la comunicación con las familias de los jóvenes. Los móviles de muchos otros pasajeros se apagaron ante la imposibilidad de recarga por la caída del tendido eléctrico.

La incertidumbre por el "cuándo arrancamos, en qué momento" minó el ánimo de la expedición conforme el parón se dilató en el tiempo. El retorno a Madrid, escala del regreso definitivo a Málaga, insufló esperanza en el decaído convoy.

Al propio Yuste, guardián de los alumnos malagueños, la inoportuna parada le refrescó el recuerdo de otra que sufrió en un punto parecido de la ruta hace tres años. "Era en el mismo horario: creo que llegué a casa a las 3.00 horas, tuvimos que hacer transbordo", recuerda.

Soledad y críticas

El educador afea el aislamiento que han padecido durante su estancia involuntaria en el territorio toledano. "Información a nosotros no nos han dado", insiste Yuste.

De regreso a Málaga, a donde espera llegar sobre las 15:00 horas, el usuario afea la falta de atención con que las autoridades, de forma generalizada, han respondido a esta crisis. "Hemos estado abandonados".

En todo caso, agradece a "ese par de chavales" que ya de noche aparecieron "con bocadillos", a los "sanitarios voluntarios" que vendaron la mano de una de sus alumnas y a los efectivos de Protección Civil que permanecieron junto a ellos.

También aplaude la labor de la pareja de guardias civiles que "sí vinieron" y que, incluso, "se disculparon" por lo sucedido. "Por favor, vosotros no tenéis culpa ninguna", asegura Yuste que les dijo.