Guillermo Fernández Vara, en una imagen de Europa Press

Guillermo Fernández Vara, en una imagen de Europa Press

Región LAS CARGA EL DIABLO

Del campanazo de García-Page al “que se lo metan por el culo” de Fernández Vara

Simulación, mentiras y cintas de video. 

26 septiembre, 2022 14:08

Ya todo es impostación y teatro. Posturitas. Faroles y fuegos artificiales mirando a mayo. Los barones socialistas con poder y caché en sus territorios, como García-Page en Castilla-La Mancha y Fernández Vara en Extremadura, un suponer, le han dado a la manivela creativa de la política-ficción y han empezado a pegar campanazos a ver qué pasa. No quieren que Sánchez, ese hombre, les arruine sus expectativas y se han lanzado a construir su propio relato en estos tiempos cansinos de posverdad y anestesias sociales. Luego ya se verá qué termina por suceder, pero ahora mismo todo pasa por evitar el naufragio general y mantener su parcela. La suya. Sus dos mayorías están bien armadas y no correrían peligro si la ola antisanchista no se hubiera empezado a poner tan de moda, pero en este otoño incipiente de 2022, a tiro de piedra de medio año largo, un escalofrío recorre los palacetes autonómicos y temen que la fiesta se termine por arruinar. El dueño del Falcón ahora mismo no es bienvenido.

Es una triste pena que el mundo de hoy haya perdido el respeto por la verdad y cada uno se busque la vida y las ambiciones políticas intentando colar sus misiles de propaganda y construyendo una novela autobiográfica de consumo masivo, acrítico y narcotizante. Por ahí van los tiros, es lo que hay. Por eso los primeros de la clase ya han empezado su juerga particular y prometen enredarse así los próximos ocho meses, que llevan todas las trazas de ser temerosos y horrendos para el común, pero apasionados para nosotros los periodistas y otras canallescas al uso. El campanazo anchisanchista de Page del otro día, con triple salto mortal de elogio admirativo a Feijóo, ha tenido un replicante este lunes en el presidente extremeño, Fernández Vara, que más o menos ha mandado a medio país a la mierda. A su estilo, tan elegante: “El desprecio con el que tratan a Extremadura que se lo metan por el culo”. Qué maravillosa puesta en escena, dos partes de una misma función con el título de “El salvavidas”.

Los del PP ahora están más tranquilos probablemente porque la ola les pilla en la cresta, pero si alguien empieza a apearles del burro tendrán que inventarse sus particulares historias animadas de ayer y de hoy. De momento han pillado el trantran de la bajada de impuestos, que mola mucho, y se han puesto a adorar a Feijóo y sus dos principales apóstoles, Díaz Ayuso y Juanma Moreno, que son dos cracks con mucha pegada y gol por la escuadra. Y entre unos y otros anda España atribulada y trágicamente manoseada, dividida últimamente entre “ricos y pobres” y sometida a un bombardeo insultante que no se merece. Llegará la primavera y dirá lo que tenga que decir, pero sería maravilloso, queridos, que este infame ruido cesase y el silencio empezara a ocuparlo todo. Qué mar en calma imposible.