La guerra interna desatada en el PP a nivel nacional tendrá consecuencias en todos los territorios, donde los barones temen que les pase una dura factura en las próximas elecciones autonómicas y municipales en mayo del próximo año.

La situación se ha vuelto extrema para el Partido Popular después de que el secretario general del PP, Teodoro García Egea, anunciara ayer la apertura de un "expediente informativo" a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por realizar "acusaciones gravísimas y casi delictivas" contra el presidente nacional del partido, Pablo Casado. Egea compareció en la sede de la calle Génova tras las declaraciones realizadas por Isabel Díaz Ayuso, en las que denunció que el PP ha puesto en marcha un plan para destruirla, acusándola de corrupción "sin pruebas", con información facilitada desde La Moncloa.

La situación no puede ser más tensa y todo indica que uno de los dos contendientes -Casado o Ayuso- no sobrevivirá en el partido a esta cruel guerra política que se ha desatado internamente. En cualquier caso, las consecuencias pueden ser catastróficas para los intereses electorales del PP. Algunos estiman que el asunto solo podrá resolverse con la convocatoria de un congreso nacional en el que se elija una nueva dirección.

Mientras tanto, el miedo y la incertidumbre se ha instalado en las organziaciones regionales y provinciales del partido de centro derecha, donde temen los daños que pueden sufrir políticamente si se mantiene por mucho tiempo esta situación tan anómala. El caso de Castilla-La Mancha puede ser paradigmático. No hace muchos meses todo indicaba que el PP podía llegar a gobernar de nuevo en la región. Tendría que hacerlo con el apoyo de Vox, pero recuperaría el gobierno que ya tuvo en 2011 con María Dolores de Cospedal. Sin embargo, en poco tiempo parecen estar disipándose esas esperanzas del PP castellano-manchego a raíz de los enfrentamientos de la presidenta de la Comunidad de Madrid con la dirección nacional del PP encabezada por Pablo Casado y la imagen tan negativa que se está proyectando sobre los votantes.

El resultado de las elecciones de Castilla y León ha creado mayores dudas aún sobre el futuro electoral del PP, a pesar de haber sido el partido más votado en aquella Comunidad. La puntilla acaban de darla con el espectáculo de este jueves que enfrenta a cara de perro al líder nacional del partido, Pablo Casado, con el mayor activo electoral del PP, Isabel Díaz Ayuso.

La falta de un liderazgo sólido ha terminado abocando a esta situación. Y por eso mismo se producen hechos puntuales en provincias como el que está ocurriendo en Toledo, donde el Grupo del PP en la Diputación mantiene una guerra abierta con el presidente provincial del partido. Similar problema, salvando las distancias, que a nivel nacional: Enfrentamiento interno en el que cualquier solución a corto y medio plazo será nefasta para el PP e influirá muy negativamente en sus expectativas electorales.