La presidenta del Gobierno de Castilla-La Mancha entre 2011 y 2015, María Dolores de Cospedal, ha sido entrevistada en directo este martes en CMM, la radiotelevisión pública regional, con motivo del 40 aniversario del Estatuto de Autonomía. Del Estatuto ha hablado poco pero sí lo ha hecho de otros asuntos de interés, sin dejar nada en el tintero de todo aquello que le preguntaron.

Cospedal ha reivindicado y puesto en valor su mandato como presidenta de Castilla-la Mancha, ha mostrado su actual posicionamiento ideológico, ha dado su opinión sobre tres dirigentes del PP y ha hecho un anuncio sobre sí misma. La entrevista ha dado mucho de sí.

Sobre su mandato dice que sufrió mucho, pero que dejó la región mejor de lo que la encontró. Considera que estuvo "absolutamente condicionada por el contexto económico", recordando que en junio de 2015 se encontró "una deuda de 12.000 millones de euros, 800.000 facturas sin pagar y un déficit del 6,5 %, que de haber seguido por ese camino habría llegado al 12 % al finalizar el año". Hubo recortes, claro, “pero es que no teníamos dinero para pagar la deuda y el único plan era salvaguardar los servicios públicos”. La región tenía prohibido emitir más deuda pública y no se podían pagar los 5.000 millones de euros a los autónomos y Pymes ni los 7.000 que se adeudaban a la banca: "Sufrí mucho. Teníamos que arreglar muchos destrozos y no sabía cómo hacerlo porque no teníamos dinero. Tuve que tomar muchas decisiones que no eran agradables”.

Por otra parte, Cospedal, que mantiene su militancia en el PP y sigue la vida política muy de cerca, aunque sin participar directamente en ella, ha defendido en la entrevista que Vox es un partido "tan democrático como cualquier otro" y que "no tiene que pedir perdón por pensar como piensa". Considera abiertamente, al contrario que otros muchos de su partido, que "si se tiene que gobernar con Vox, pues se gobernará con Vox". No le parece mal un posible pacto del PP y Vox para gobernar España porque cree que "los votantes lo entenderían". "Incluso podría ser más sencillo que el que los militantes del PSOE hayan visto bien un acuerdo con Bildu, ERC o con los comunistas".

Una parte llamativa de sus declaraciones han sido las referencias a tres dirigentes de su partido. Contrastan sus palabras sobre Pablo Casado y Paco Núñez con las que ha dedicado a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Sobre el líder nacional del PP y el de Castilla-La Mancha se ha limitado a señalar que “tienen que seguir su propio camino, tomar sus decisiones y ganarse el reconocimiento de la militancia y de los votantes, que es algo muy difícil de hacer". Es decir, ha considerado que ninguno de los dos tiene aún el reconocimiento de la militancia ni de los votantes. Por contra, Cospedal ha elogiado sin tapujos a la presidenta de la Comunidad de Madrid como una política "valiente" y "decidida a la hora de apostar por lo importante”.

Cospedal también ha hecho un anuncio que más o menos estaba claro. Preguntada sobre su posible vuelta a la política activa, ha asegurado que, "aunque nunca se puede decir que de esta agua no beberé" y a que sigue "teniendo vocación", sabe que "nunca más" se volverá a dedicar a ella.

Quizá sea el momento de empezar a ver su mandato con perspectiva y objetividad y no con los clichés que sus rivales han creado sobre su gestión y que el PP de Castilla-La Mancha no ha ayudado en nada a combatir.