Castilla-La Mancha perdió la marca Caja Castilla La Mancha (CCM) cuando fue absorbida después de que la interviniera el gobierno de Zapatero por la situación en la que se encontraba, aunque después se demostró que no era peor, ni mucho menos, que la de otras cajas del sector.

Pese a todo lo ocurrido desde entonces, el grupo resultante de la fusión que dio lugar a Liberbank ha mantenido la fidelidad de una parte importante de la antigua clientela. En la actualidad muchos castellano-manchegos, sobre todo los más jóvenes, ya no relacionan el nuevo banco con la desaparecida CCM. Y menos aún lo van a relacionar a partir de ahora.

La fusión de Unicaja y Liberbank no solo va a reducir la oferta bancaria en España sino que supondrá la desaparición de una marca. Unicaja, la entidad dominante en la operación, eliminará la marca comercial Liberbank, lo que afectará a 600 oficinas, una buena parte de ellas de Castilla-La Mancha ya que fue la que mayor número de sucursales aportó a la fusión. Este proceso se llevará a cabo de forma gradual.

Pese a que en principio se planteó mantener la marca, finalmente la cúpula ha decidido eliminarla. Todo ello paralelo al ajuste de la red. De momento ya han anunciado el cierre de 300 oficinas, que supone alrededor del 20% de la red de sucursales conjunta.

La entidad ya ha previsto que las clausuras se producirán mayoritariamente en Andalucía, Castilla y León y Castilla-La Mancha porque es donde están ubicadas cerca del 70% de las sucursales de ambas entidades.

De esta forma, se va a crear el quinto banco español más importante por activos, con un balance superior a los 110.000 millones de euros. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ya ha autorizado con condiciones mínimas la fusión, lo que supone un paso más para cerrar su fusión legal en este mes de julio.