Vivimos en un momento extraño y cambiante, lo que antes podían ser certezas han pasado a ser incertidumbres...

Todo es tan distinto a como era antes… Pero es lo que es...

Quizás sea tiempo de descubrimientos...

Podemos conocer personas y después de un tiempo no saber ni que cara tienen, verlas con sus mascarillas puestas y aunque no veamos esas sonrisas de nariz para abajo los ojos aún sonríen… no es lo mismo, pero nos tendrá que valer…

Podemos incluso conocer personas de forma virtual y tan solo a través de la palabra sentirlas cercanas, e incluso sentir su apoyo como algo mucho mas real que otros que puedan estar físicamente mucho más cerca.

Durante el confinamiento nació una pequeña en la comunidad de vecinos, es curioso, claro está, ella no ha conocido otra cosa que gente con mascarilla mas allá de su núcleo familiar, su instinto mas claro y sin duda mas lúcido que el nuestro ha hecho que sea capaz de ver normalidad en lo que para nosotros no es ni chispa de normal y aunque no nos vea la cara, ser capaz de interpretarnos y regalarnos la sonrisa mas alegre, cálida y sincera…

Ayer hablaba con una amiga sobre la necesidad imperiosa que tenemos ahora mismo de abrazos y cercanía física, que aunque antes podía no parecer tan necesario, ahora pues va a ser que sí lo parece y se echa profundamente de menos...

Tendremos que ir aprendiendo a sonreír más con los ojos, en la distancia abrazarnos aunque sea con las palabras y así ser capaces de darnos ese calor que de momento no podemos darnos de otra manera.