Tras la DUI y  la aplicación del 155, se han escuchado barbaridades, pero también declaraciones sensatas. Del lado de los independentistas: "No estábamos preparados. No se ha dicho toda la verdad. Con esta base social, este no es el camino. No deberíamos haber llegado hasta aquí" (...). Estas declaraciones contienen una cierta autocrítica y una cierta empatía.

Del bando constitucionalista: "Después del 21, se debe hablar. El PP tiene que cambiar la idea que tiene de España. Una parte de los catalanes desean cambios, y no pueden ser ignorados. Aunque los políticos que están en la cárcel, lo están porque se han saltado las leyes, los queremos fuera" (...).

Tras el terremoto con epicentro en el 1 de octubre, y pasados los primeros días y oídas las primeras lamentaciones, y las declaraciones sensatas ya mencionadas, vimos que la gente corría para "parapetarse en las trincheras o resguardarse en los refugios". Vimos que la campaña había comenzado.

De esta campaña tenemos mensajes destacables. De un socialista: "Antes de cerrar las heridas hay que desinfectarlas". Esto, en referencia al indulto mencionado por Iceta. De un profesor de Universidad: "Ser repugnante con los esfínteres dilatados", contra un político que ni es independentista, ni inmovilista. De un cómic: "Mala Puta". Refiriéndose a una tal Inés. De un grupo de españolistas: "¡Parad ya! ¡Estáis arruinando Cataluña!”.