Talavera de la Reina. Foto: E.C.

Talavera de la Reina. Foto: E.C.

Opinión LAS CARGA EL DIABLO

Talavera de la Reina ya tiene por fin un camino de futuro claro y definido y ojalá nos salga bien

Publicada
Actualizada

Es imprevisible y nadie sabe lo que puede pasar. Pero de un tiempo a esta parte, no sabría cuantificarlo, he empezado a pensar que Talavera de la Reina, mi ciudad, mi cuna, mi favorita, tiene por fin un tesoro que tal vez estuviera perdido décadas atrás: un camino, un proyecto, un eje centrado de batalla. No hablo de política, sino de estructura de ciudad. De tener un horizonte al que perseguir y poder apostar por un sendero claro.

¿A qué me refiero? Desde luego no a los detalles ni las coyunturas. Ni a los gobiernos de hoy, ni los de ayer y mucho menos a los de mañana. Tan sólo hablo de la brújula de la que siempre he lamentado que Talavera no ha tenido y que ahora, hoy en día, enero de 2025, quiero intuir, es verdad que con un cierto voluntarismo optimista, que comenzamos a otear: un lugar al que dirigirnos como ciudad que sabe lo que quiere y debe luchar por ello. Táchenme de ingenuo sin remedio, pero voy a lanzarme doble contra sencillo en esa señal del cielo. O de lo que sea.

Y ese presunto paraíso, ¿donde habita? Lo quiero ver claro: en la firme apuesta tecnológica y de inteligencia artificial de la ciudad. Me llamarán incauto y bobo, probablemente con razón, pero me he propuesto creer en ello durante una temporada. A ver qué pasa, a ver adónde vamos: llegado el caso, siempre habrá tiempo para recuperar la negación. Yo también recelo y desconfío, tengo dudas, pero quiero pensar que el lanzamiento en su día de Talavera como sede del Centro Regional de Innovación Digital y todo lo que ese proyecto está moviendo alrededor pueden ser, y así lo estoy deseando, un germen de algo mucho más grande y de futuro: un polo tecnológico de referencia.

O sea, un camino de futuro de verdad. Pensado, trazado y en marcha. Hay que reconocerle al presidente Emiliano Garcia-Page este enfoque para Talavera y a los alcaldes Tita García y el actual José Julián Gregorio por apostar y mantener viva esta estela, y ojalá que los próximos años consoliden ese futuro de empleo, de riqueza, de desarrollo y de calidad de vida que la historia nos ha negado a la ciudad en los últimos treinta años. Es verdad también que por culpa de muchos malos gobernantes acumulados en el tiempo y la incapacidad.

Me alegra sentir que Page y Gregorio, los dos dirigentes actuales en la Junta y el Ayuntamiento, tienen clara esta visión y van a seguir esa estrella en su ilusionante recorrido. Galaxia de esperanza. El satélite de Meta parece de momento el gran motor de esa hipótesis que, si todo sale bien, puede sacar a la ciudad a la que tanto queremos de largos años de decadencia y falta de ambición y objetivos. Soy consciente: también hay otras muchas cosas por hacer y otros grandes frentes a los que atender, pero ojalá, amigos, ojalá. 

Lo sé: peco de ingenuidad y de ilusión, tal vez de injustificado entusiasmo. Pero prefiero ser un animoso sin causa que un triste sin esperanza. Un apasionado antes que un gafe, y un encendido vehemente por encima de un mohíno nihilista, que, como se sabe, es un defecto de la melancolía muy talaverano. Venga otra ronda y crucemos los dedos.