El queso manchego es una de las principales referencias de la región en el mercado estadounidense.

El queso manchego es una de las principales referencias de la región en el mercado estadounidense.

Economía EMPRESAS

El órdago de Trump amenaza un millón de euros diario de exportaciones desde Castilla-La Mancha a Estados Unidos

Entre enero y abril, se han vendido bienes a la primera potencia mundial por valor de 111,5 millones, un 7,2 % menos que en el mismo periodo de 2024.

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El fantasma de los aranceles regresa tras dos meses de paréntesis. La amenaza de Donald Trump a España por la negativa del Gobierno a incrementar su esfuerzo defensivo anticipa una eventual guerra comercial que, en el caso de las empresas de Castilla-La Mancha, supone un negocio aproximado de un millón de euros diarios.

Las ventas de las mercantiles de la región a Estados Unidos durante el primer cuatrimestre de 2025 han supuesto 111,5 millones de euros de factura. Se trata de una cifra apenas inferior a la del año anterior. Las exportaciones acumuladas en los cuatro primeros meses de ambos ejercicios arrojan una leve caída interanual del 7,2 %.

Por tanto, el primer anuncio de Trump de elevar los aranceles a las mercancías procedentes de la Unión Europea, una intención desvelada en abril, no ha producido efectos de gran calado en el negocio que las empresas castellanomanchegas tienen al otro lado del Atlántico.

Las dudas crecen respecto al anuncio más reciente, el que formuló la tarde del pasado miércoles en La Haya (Países Bajos). Trump aseguró que España pagará "el doble" en aranceles por su rechazo a elevar el presupuesto de defensa como se comprometió junto al resto de miembros de la OTAN.

Más allá de la declaración, no se ha concretado ninguna medida al respecto. También se desconoce cuáles serían los productos más afectados.

En todo caso, el dato parcial de 2025 solo es inferior al del pasado año y al que arrojó 2020. Entre enero y abril del año en que se desató la pandemia, se expidieron mercancías por valor de 146,3 millones, el registro más elevado de la serie histórica.

En el inicio del año, los bienes de equipo han sido la principal referencia de Castilla-La Mancha en los mercados de la primera economía mundial. La venta de estos artículos ha aportado 40,2 millones a las empresas de la comunidad autónoma en Estados Unidos.

La industria agroalimentaria ha añadido 39,8 millones de facturación. Dentro de esta actividad, el mayor interés se ha correspondido con los lácteos, cuyas ventas han alcanzado los 21,4 millones. El queso manchego se adivina como uno de los productos de la despensa regional más valorados por el consumidor estadounidense.

Desde 2020, las compañías castellanomanchegas han vendido mercancías por valor de 1.685 millones a Estados Unidos. La cifra anual más alta se registró el pasado año, con casi 348 millones de factura.

La tendencia de fondo confirma el peso creciente de este mercado para las mercantiles de la región. Con carácter general, las ventas en los primeros dos mil sumaban unos 100 millones anuales.

Mediada la segunda década del siglo, la relación comercial con el país norteamericano despegó, con el consiguiente aumento de la facturación. En 2012, se expidieron bienes por valor de 123 millones; cinco años después, en 2017, la cuenta se disparó hasta los 291 millones.

La atonía de la demanda interna impulsó la búsqueda de nuevos mercados por parte de las empresas radicadas en la comunidad autónoma. El proceso de devaluación interna favoreció la competitividad frente a terceros países.

A partir de aquel salto, impulsado por la recuperación posterior a la crisis, las cifras de ventas se han mantenido en torno a los 300 millones anuales, lo que supone, aproximadamente, un negocio de un millón diario.

Los empresarios recelan de "todo el cambio económico que está promoviendo Trump y que no sabemos en qué va a terminar", según asegura Manuel Madruga, secretario general de la Federación Empresarial Toledana (Fedeto).

A la inquietud de la patronal por las normas que regirán el comercio internacional, y que auguran un hipotético final de la globalización, se le unen los riesgos derivados de los conflictos abiertos, especialmente en Ucrania y Oriente Próximo.