La periodista María Manjavacas.

La periodista María Manjavacas. Cedida

Cultura PERIODISMO Y COMUNICACIÓN

María Manjavacas: "Los premios Legado Quijote nos van a dar la oportunidad de reforzar la identidad manchega"

La reconocida periodista, directora de la primera edición de estos galardones, llama a "pregonar a los cuatro vientos" la universalidad de los valores quijotescos.

Más información: Ciudad Real lanza 'Legado Quijote': un proyecto para hacer del hidalgo un orgullo manchego y un motor cultural

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María Manjavacas (Campo de Criptana, Ciudad Real) es hija predilecta de Castilla-La Mancha desde 2019 y referente del periodismo español; principalmente como informadora especializada sobre la Casa Real para la Cadena SER, pero también como cronista social en diferentes programas de televisión. Ahora, además, dirige la primera edición de los Premios Nacionales de Periodismo y Comunicación 'Legado Quijote'. Unos galardones impulsados por la Diputación de Ciudad Real que llegan para celebrar el rigor, la honestidad y la vocación.

Manjavacas asume esta tarea desde una convicción profundamente castellanomanchega: la necesidad de que la región pierda complejos. "Durante muchos años, los manchegos hemos tenido cierta timidez a la hora de presentarnos al mundo", ha lamentado durante una entrevista concedida a EL ESPAÑOL de Castilla-La Mancha. Dirigir estos galardones es, para ella, un compromiso personal con sus raíces: "La palabra honor se me queda corta. Y orgullo también".

'Legado Quijote' reivindica, en un tiempo de ruido y desinformación, los principios que sostienen el oficio: la verdad, la decencia y la responsabilidad social. Valores que, como recuerda Manjavacas, enlazan directamente con el espíritu cervantino: "La honestidad con uno mismo y con la profesión es lo que nos conecta con el Quijote".

En esta primera edición se reconocen las trayectorias de grandes figuras como Miguel Ángel Mellado, Cristina García Rodero, Casimiro García-Abadillo, Tomás Roncero, Luz Sánchez Mellado, Ángela Vallvey y Roberto Brasero. Todos ellos ciudadrealeños y, desde sus diferentes facetas comunicativas, representantes de lo mejor de la profesión. La gala de entrega se celebrará este miércoles 26 de noviembre en el Paraninfo Ernesto Martínez del Rectorado de la UCLM, en Ciudad Real.

El proyecto se completará próximamente con los "Encuentros Legado Quijote", cuatro citas culturales en Tomelloso, Alcázar de San Juan, Puertollano y Valdepeñas. Su objetivo es llevar este espíritu a toda la provincia, conectar Cervantes con el periodismo y la divulgación, y reforzar la identidad cultural de un territorio que reivindica su lugar en el mapa.

Esta es la primera edición de los Premios Nacionales de Periodismo y Comunicación "Legado Quijote". ¿Qué supone para usted dirigir unos galardones de tanto nivel que nacen en su provincia?

Desde que me marché a estudiar a Madrid con 18 años, porque antes no teníamos la suerte de tener una Facultad de Comunicación como la que hoy tiene la Universidad de Castilla-La Mancha, siempre me ha preocupado un poco no haber podido regresar, sobre todo periodísticamente.

En la Mancha somos muy de afectos familiares, muy hospitalarios, y siempre he acabado volviendo, como dice Almodóvar en su película, con la que me siento perfectamente representada y con la que me identifico totalmente. Pero nunca he sabido si iba a tener la oportunidad de volver también profesionalmente a esta tierra, que me encanta.

"Con la dirección de estos premios he podido unir mis dos grandes pasiones: mi tierra y el periodismo"

Ahora, con la dirección de los Premios Nacionales de Periodismo y Comunicación Legado Quijote, he podido unir mis dos grandes pasiones: mi tierra y el periodismo. Para mí es un reto apasionante y el mejor broche que le puedo poner a mi carrera. Ya tengo ya una edad, 60 años, y aunque me queda mucho por delante, llegar al final de mi carrera uniendo mi tierra y mi profesión me parece un broche de oro, un caramelo.

La palabra honor se me queda corta. Y orgullo también. Yo, que siempre ando en temas reales, lo del orgullo lo tengo siempre en mente, pero es que no encuentro otra palabra mejor para definir lo que siento.

La Diputación aspira a que Legado Quijote se convierta en una palanca cultural e identitaria para Ciudad Real. Desde su mirada periodística, ¿cómo pueden la cultura y el Quijote cohesionar y proyectar la provincia?

A mí me parece un pecado que en esta tierra hayamos tenido siempre delante de nosotros tal universalidad de Cervantes y del Quijote y que no lo hayamos terminado de ver. Quizá haya sido por ese complejo de la gente manchega, que siempre tendemos a quedarnos siempre en la retaguardia, a pensar que nosotros no somos los importantes.

Cuántas tierras, cuántas comunidades, cuántos países hubieran pregonado a los siete vientos esta hazaña que nosotros tenemos. El Quijote no representa a los catalanes ni a los andaluces; representa a toda la gente manchega. Y, al igual que nos vemos reflejados en sus páginas, este legado tiene una dimensión universal, comparable únicamente con la Biblia.

"Los manchegos siempre hemos sido tímidos al presentarnos al mundo y eso se ha terminado"

Durante muchos años, los manchegos hemos tenido cierta timidez a la hora de presentarnos al mundo. Hoy, eso ha terminado y empezamos a hacer gala de nuestros valores manchegos, siempre sin soberbia. Es momento de ejercer un patriotismo sano, ese orgullo que nace de nuestras raíces y sin complejos.

Los premios Legado Quijote nos van a dar la oportunidad de reforzar la identidad manchega, la identidad de Ciudad Real.

El jurado, en esta primera edición, ha distinguido a periodistas con trayectorias muy diferentes. ¿Qué criterios han guiado la elección de los premiados y que valores comunes comparten los galardonados?

Amor por la profesión. Entusiasmo, honestidad y un compromiso libre y auténticamente profesional. Es gente que hace un periodismo riguroso, de excelencia.

Tenemos plumas excelentes como Luz Sánchez-Mellado, reconocidas escritoras como Ángela Vallvey, una fotógrafa conocida mundialmente como Cristina García Rodero, divulgadores excepcionales como Roberto Brasero, Miguel Ángel Mellado, Casimiro García-Abadillo, Tomás Roncero...

Son gente que trabaja el periodismo desde la opinión, desde el reportaje, desde la investigación… Todos tienen una carrera brillante, fantástica, y es una carrera en la que se deben inspirar las nuevas generaciones que vengan a aportar algo al periodismo y a la comunicación.

Queremos que, para los periodistas que premiemos en un futuro, sean un espejo en el que mirarse. Que los futuros periodistas y comunicadores que galardonemos se parezcan a ellos.

Entre los premiados está Miguel Ángel Mellado, criptanense como usted y maestro de periodistas como director del máster de EL ESPAÑOL. ¿Qué representa su reconocimiento?

Es un periodista pata negra, de raza. Lo tenemos en Castilla-La Mancha y en Ciudad Real, para orgullo mío y de todos los que hemos aprendido de él. Ha trabajado todos los géneros: prensa escrita, reportaje, análisis minucioso… Ha hecho la orfebrería del periodismo y este premio es más que merecido.

Como compañera suya durante muchos años, me ha servido de referencia. En Castilla-La Mancha, donde hemos carecido de facultad de Periodismo, no salíamos muchas hornadas de periodistas. Miguel Ángel siempre ha sido un reflejo del buen periodismo, alguien a quien mirar y decir: "Va por delante de mí".

"Es una maravilla que Mellado esté aprovechando su carrera para enseñar y formar a nuevas generaciones; no hay nada mejor que eso"

Ahora está aprovechando su carrera para enseñar, y no hay nada mejor que eso: transmitir lo que uno ha aprendido y formar a nuevas generaciones. Me parece una maravilla.

Estoy encantada de ver a alguien así premiado en esta categoría de excelencia. Evidentemente, Miguel Ángel Mellado tenía que estar ahí.

La vicepresidenta primera de la Diputación, María Jesús Pelayo, ha sido una de las impulsoras de Legado Quijote.¿Qué horizonte han imaginado conjuntamente para estos premios y cómo esperan que evolucionen en futuras convocatorias?

Pretendemos que duren muchos años. Apostamos por la estabilidad y por la permanencia. Estos galardones representan al Quijote, que ha perdurado siglos y que sigue vigente en su filosofía de legado. No concebimos que sean efímeros.

María Jesús Pelayo, Miguel Ángel Valverde como presidente de la Diputación de Ciudad Real y todos los que estamos implicados tenemos una mirada a largo plazo. Son premios que nacen hoy, pero esperamos que continúen y que perduren muchos años.

Cuando algo nace con una voluntad tan firme, no veo difícil que estos galardones se mantengan. Si queremos honrar al Quijote y al legado Quijote, nuestra intención tiene que ser esa: seguir y aspirar a que sean universales, como el propio Quijote. Ese es el camino que nos marca, y la permanencia es fundamental.

El periodismo atraviesa un momento especialmente complejo: desinformación, fake news, inteligencia artificial, saturación informativa. ¿Qué valores quijotescos considera imprescindibles hoy para ejercer la profesión con rigor y credibilidad?

La honestidad. La honestidad con uno mismo y con la profesión. Para mí, eso es lo que nos conecta con lo que queremos honrar con estos premios y lo que nos entronca con el Quijote. La honestidad, el rigor y la profesionalidad son los valores que deben presidir este proyecto, y más ahora que estamos viendo comportamientos deshonestos por todas partes.

"La honestidad, sin duda, es el apellido que más vincula a nuestra tierra y a lo que queremos hacer"

Este proyecto nos une con nuestra tierra, y si hay alguna tierra honesta, es la nuestra. Ahí está mi orgullo patrio. Ser honesto contigo mismo y con la profesión te permite apartarte de muchos vicios y atajos. La honestidad, sin duda, es el apellido que más vincula a nuestra tierra y a lo que queremos hacer.

Sus raíces están en Campo de Criptana. ¿Qué valores de su infancia han marcado su forma de entender la vida y el periodismo?

La hospitalidad. Creo que somos gente hospitalaria, muy honesta, muy humilde. Esa humildad, a veces, ha sido un defecto: por modestia no hemos sabido abrirnos al mundo con la categoría que deberíamos. Nos hemos quedado un poco parcos.

Yo vengo de una familia de agricultores, muy pegada a la tierra y a los valores. Me inculcaron muchísimos valores, y sobre todo el primero: ser honesto, ser buena gente. Y ser buena gente es algo que se dice mucho, ¿verdad? Para mí significa buscar la verdad, sin soberbia, con humildad y con honestidad.

Siempre que hablo de mi tierra, de mi familia, de mis raíces, por encima de todo me sale la palabra honestidad. Contigo mismo, con tus creencias, con tu familia y con tu profesión. Si eres honesto, ya tienes un camino hecho. La clave está ahí.