Los delanteros viven más que ningún otro jugador de momentos de forma. A ellos se les juzga principalmente por el gol y suelen ser los más señalados porque son los encargados de poner la esencia del fútbol, lo que al fin y al cabo da espectáculo y proporciona puntos a sus equipos.

Por eso, hasta hace muy poco la temporada de Rodrygo estaba en entredicho. El escaso balance anotador que registraba el brasileño después de un número considerable de partidos disputados hizo saltar muchas alarmas. El cambio de sistema de Carlo Ancelotti parecía haber apagado su chispa, como si no terminara de encontrarse.

Por si fuera poco, aquellas declaraciones en Brasil en las que confesó que no le gustaba jugar como '9', algo parecido a lo que estaba haciendo con el nuevo 4-4-2 en rombo, se entendieron como una muestra de disgusto por su novedoso papel. 

Rodrygo celebra su gol ante el Cádiz. REUTERS

Eso sí, Ancelotti insistió con él, le siguió dando minutos pese a no marcar goles y empezar a levantar algunas críticas, y el tiempo le ha terminado dando la razón al técnico italiano. Rodrygo ha resurgido y ya está volviendo a ser el que era. Desborda, asiste, se siente importante y lo que es más importante, marca goles.

Además es agradecido, porque en muchas ocasiones al primero que ha ido a buscar para celebrar un gol ha sido a su entrenador. Su confianza ciega ha sido fundamental y ahora empieza a recoger los frutos. Lo que hizo en Cádiz este domingo es el último gran ejemplo de que hay Rodrygo para rato en su faceta goleadora.

La exhibición de Cádiz

No hay ningún tipo de duda, el hombre más destacado del partido que jugó el Real Madrid ante el Cádiz fue Rodrygo. Fue el encargado de decantar el choque a favor de su equipo con dos goles y una asistencia, es decir, estuvo omnipresente en todas las acciones de peligro que protagonizó el conjunto blanco. Una auténtica pesadilla para Fali y compañía, desquiciados por su capacidad de desborde.

Lo que hizo en el Nuevo Mirandilla (antiguo Ramón de Carranza) tuvo más mérito si cabe atendiendo de dónde venía Rodrygo. El plan inicial de Carlo Ancelotti era dejarlo en el banquillo y darle descanso salvo que fuera estrictamente necesario. Venía de un viaje largo y de jugar dos partidos exigentes con la selección de Brasil, así que tan sólo había tenido tiempo para completar una única sesión de entrenamiento suave con el equipo desde que regresó a Madrid.

[Rodrygo hace bailar al Real Madrid en Cádiz y deja a los blancos líderes de La Liga]

Sin embargo, Brahim Díaz se vio afectado por una infección estomacal y a Ancelotti no le quedó más remedio que activar el plan de emergencia con Rodrygo. Lo normal era que estuviera cansado, que acusara la ventana internacional, pero parece que a sus 22 años está fresco para aguantar carros y carretas. 

A los 15 minutos ofreció su primer destello diferencial. En asociación con Bellingham (no son en absoluto incompatibles) recibió el balón dentro del área, empezó a sortear rivales con una facilidad pasmosa y para culminar la acción clavó el esférico en la escuadra con una calidad inmensa. Fácil para él, casi imposible para cualquier otro que lo intente. 

Momento del disparo de Rodrygo en su gol ante el Cádiz REUTERS

No contento con eso, en la segunda mitad llegó el segundo. Esta vez con espacios, de nuevo a lo Juan Palomo, él se lo fabricó todo. Uno, dos y hasta tres rivales por el camino hacia el área y un disparo ajustado para batir a Ledesma, una acción maravillosa que confirmó que el maleficio goleador de Rodrygo esta temporada ya ha pasado a mejor vida. 

Por si fuera poco, Rodrygo es alguien que marca y desborda, pero también que hace jugar. Con su asistencia, generoso, le puso el gol en bandeja a Bellingham para matar el partido.

En el top de goleadores

En el recuerdo de cualquier aficionado del Real Madrid están las noches mágicas de Rodrygo en la última Champions League conquistada por el conjunto blanco. Sin embargo, el arranque de esta temporada estaba muy lejos de aquellas sensaciones, de esa conexión increíble con el gol. 

Con el peso de tener que sustituir gran parte de los goles que dejaba la salida de Karim Benzema al fútbol árabe, Rodrygo marcó en la primera jornada de La Liga en San Mamés pero ahí se abrió una sequía de dos meses y medio sin ver puerta que duró hasta el encuentro de Champions contra el Sporting de Braga.

Desde entonces se ha destapado el tarro y el delantero ha vuelto a ver puerta hasta el cinco ocasiones más. Otra vez ante el Braga, y por partida doble tanto contra el Valencia como ante el Cádiz. 

[Ancelotti, firme sobre el debate en la portería: "Si Kepa está bien, volverá a jugar contra el Granada"]

Así ha pasado el brasileño de tener la pólvora mojada a ser el máximo goleador del Real Madrid esta temporada superado tan sólo por Jude Bellingham. El inglés suma 15 goles, pero es que Rodrygo ya tiene en su cuenta 7 repartidos entre La Liga y la Champions League. Por detrás, con uno menos, se sitúa su compatriota Vinicius, el otro gran socio del ataque para suplir los goles que faltan sin la figura de Benzema.

Rodrygo ha vuelto y está enchufado. Va a terminar el año en un estado de forma impresionante y parece que el cansancio o las lesiones, por el momento, no van con él. Es uno de los grandes tesoros que tiene Carlo Ancelotti.