No fue la noche del Manchester City. Tampoco la de Pep Guardiola. De hecho, muchos sitúan ya lo vivido en el Santiago Bernabéu como una de sus experiencias más dolorosas desde que dio el salto a los banquillos. En rueda de prensa, el propio técnico del equipo citizen lo negaba recordando alguna caída de peso con el Barça. Pero seguramente se intentaba engañar a sí mismo o trataba de opacar lo que el Real Madrid acababa de hacer. 

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Lo visto en el coliseo blanco quedará, una vez más para los anales de la historia. Pero esta victoria, este pase a la final y esta heroica remontada, una más en esta Champions, tienen un indudable sabor especial al ser ante Pep Guardiola, un técnico sobre el que hacen falta explicar pocas cosas sobre la rivalidad que tiene con el Real Madrid. Son su espíritu culé y su rechazo a España los principales motivos que le sitúan siempre en el disparadero, pero no los únicos. 

En el Santiago Bernabéu nunca han gustado ni su falsa humildad ni sus lecciones futbolísticas desde el púlpito que sus palmeros le han creado. Sin embargo, esta vez sorprendió a todos quitándose el sombrero y descubriéndose ante un Real Madrid que tirando de ADN le dejó con la miel en los labios. Cuando Pep y sus jugadores ya se veían camino de París apareció un Rodrygo estelar para aguarles la fiesta. Tal fue la decepción quel técnico de Santpedor no encontró consuelo ni explicación.

"Los jugadores del Madrid lo habían vivido, nosotros no habíamos vivido esto". Así lo reconocía el entrenador de un equipo que lo tenía todo de cara para jugar su segunda final de la Champions consecutiva. El pasado año cayeron derrotados ante el Chelsea de Thomas Tuchel y en esta ocasión les esperaba otro equipo inglés, el Liverpool de Jürgen Klopp. Sin embargo, ese duelo que se está produciendo en la Premier League no se repetirá en Europa, ya que el Real Madrid va camino de la Decimocuarta. 

Pep Guardiola siguiendo el Real Madrid - Manchester City desde la banda del Santiago Bernabéu Reuters

El entrenador catalán comparaba esta derrota con otras sufridas en su carrera y no hallaba explicación posible a lo vivido: "He tenido derrotas muy duras en Barcelona como la del Chelsea... pero ahora estábamos tan cerca... en esta competición es normal". El catalán no encontraba consuelo y se quedaba al menos con haber dejado una buena imagen, sobre todo tras el descanso: "En la segunda mitad jugamos mejor. Nos encontramos con el buen juego. Desafortunadamente, no hemos conseguido nuestro objetivo".

Era evidente que el City de Pep no había conseguido su objetivo y así se lo recordaba Thibaut Courtois tras el partido. Hay muchos equipos que ganan millonadas para intentar conquistar la Champions, pero no pueden comprar ese gen especial que tiene el Real Madrid, venía a decir el meta. Casemiro lo llamaba "no rendirse nunca". Los miles de millones invertidos por el equipo que cuenta con el potencial económico de los Emiratos Árabes Unidos siguen persiguiendo su Champions después de haber visto cómo se les escapa una oportunidad única. 

Guardiola tendrá que esperar, al menos, hasta el próximo año, aunque ahora no quiera hablar de ello: "Estoy muy feliz aquí. Hemos hecho grandes cosas, nos ha faltado la final. Estamos aún aquí, ya veremos en el futuro". El exentrenador de Barça y Bayern ni siquiera se atrevía a afirmar si habían merecido un premio mayor después de lo visto en la ida y en la vuelta: "No sé si merecíamos más. Es lo que hay".

El golpe del Madrid

De lo que no tenía duda es de que había sido un auténtico mazazo. El Real Madrid ha estado contra las cuerdas desde que Kevin de Bruyne adelantó a los suyos en el Etihad Stadium en el minuto 2 del partido de ida. Desde entonces y hasta que Rodrygo consiguió el 2-1 en el minuto 91 del partido de vuelta, los blancos siempre habían estado eliminados virtualmente. Pero un club con este espíritu y esta historia va mucho más allá de eso. 

"Estuvimos brillantes en toda la eliminatoria, pero esto va de quién hace más goles. Es un golpe duro, es normal. Pero nos ha faltado juego en la primera mitad, no hemos tenido continuidad. Después, cuando mejor estábamos...". Pep se echaba las manos a la cabeza y ni siquiera era capaz de terminar su reflexión. Se le entrecortaba la respiración pensando en cómo demonios el Real Madrid había conseguido levantarse una vez más cuando estaba muerto. Esta vez, más muerto que nunca. 

Pep Guardiola protesta al árbitro Daniele Orsato Reuters

Una vez los blancos olieron sangre, aunque fuera ya con el minuto 90 casi cumplido, no dudaron en hacerse con su presa hasta ponerse de nuevo por delante en el electrónico: "Estábamos sufriendo un acoso del Madrid. Sabíamos que lo habían hecho en su historia y nos lo han hecho. Cuando mejor estábamos, nos han remontado. Lo teníamos controlado, pero han metido mucha gente arriba y han encontrado los goles".

El Real Madrid le dio la vuelta con mucho más corazón y alma que fútbol. El Manchester City venía con ese 4-3 de la ida que se afianzó gracias al golazo de Mahrez tras una contra de libro. Estaba siendo el partido de Bernardo Silva y no de Casemiro, Kroos o Modric, que terminaron en el banquillo. De hecho, 'Carletto' lo intentó a la desesperada con un Valverde fundido, un Asensio en versión de enganche y un Camavinga estelar. 

Tampoco fue la noche de Benzema, desaparecido. Ni siquiera de un Vinicius que se midió a un hueso duro como Walker. Pero cuando todo estaba perdido, apareció ese ADN irreductible para meter al equipo en una final de Champions que va camino de la leyenda. Ya han caído, PSG, Chelsea y City. Tres equipos que se sostienen gracias a las inyecciones de capital de grandes propietarios y estados. Y el próximo podría ser el Liverpool, aunque no podrá ser en Madrid, lugar habitual de las gestas. 

A pesar de que todos daban por muertos a los blancos, Guardiola reconoce que no llegó a verse nunca en la gran final porque sabe lo que sucede en este tipo de noches en este estadio: "Por experiencia en este campo no te ves en la final, pero lo teníamos muy cerca. Tenían que hacer dos goles, pero son capaces de hacerlo, su historia lo dice. Felicitarles a ellos y al Liverpool".

Guardiola solo había perdido un partido en el Santiago Bernabéu como entrenador y nunca jamás olvidará este segundo. Ahora, ya sin la Champions en juego, a los citizen solo les queda reponerse e intentar levantarle la Premier League al Liverpool de Klopp: "Tenemos tiempo ahora, estos días antes del fin de semana para reponernos. Estuvimos realmente cerca, pero esto pasa en la historia de los deportes. Hemos estado dominados por muchos problemas creados por ellos". El Real Madrid en Champions es así.