El Real Madrid llegaba al partido de cuartos de final de la Copa del Rey contra Valencia Basket con cuatro lesionados. Anthony Randolph y Carlos Alocén de larga duración, y con Rudy Fernández y Alberto Abalde que sí han viajado a Badalona con la esperanza de poder participar en la competición en algún momento. 

Sin embargo, quien parece que no se vestirá más de corto es Sergio Llull. El escolta del Real Madrid ha sufrido una lesión en su rodilla izquierda que, a falta de pasar más pruebas, ha hecho saltar todas las alarmas en el conjunto blanco. El miedo a una nueva rotura del ligamento cruzado de su articulación hizo acto de presencia y le dejó paralizado. 

Todo ocurrió en el ecuador del segundo cuarto. Llull solo llevaba 4 minutos y 39 segundos sobre la pista. Eso fue todo lo que jugó en el partido de cuartos de final de la Copa del Rey y eso parece que va a ser todo lo que va a jugar en el torneo tal y como ha dejado caer Chus Mateo tras el encuentro. Las sensaciones no son nada buenas. 

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Retomando la acción de la desgracia, Llull peleaba un balón en el aro rival cuando sin querer, Klemen Prepelic le caía sobre su pierna izquierda. El peso del escolta esloveno sobre su extremidad hizo que esta se doblara y que la rodilla quedara en una fea posición. Rápidamente, Llull se agarró su pierna, comenzó a golpear el parqué del Olimpic de Badalona y se retorcía por la pista. 

Malos recuerdos para Llull

Si alguien sabe de lo que es sufrir durante meses por una rodilla ese es él, lo que provocaba que la alerta fuera mayor. El de Mahón se rompió el cruzado de su rodilla derecha en agosto de 2017 jugando un partido con la Selección. Todo se calmó cuando 'Sergi' fue capaz de levantarse y de ponerse en pie. Sin embargo, se marchó cojeando al banquillo. Fue la última vez que se le pudo ver en la pista. El hecho de que se marchara erguido hacía pensar que había sido un simple susto. Un golpe. Nada importante. 

Pero después llegó lo realmente llamativo. Las cámaras de Movistar consiguieron cazar un diálogo entre el propio Llull, un fisio del conjunto blanco de su máxima confianza y el doctor del equipo, el hondureño Walter Alexander Meléndez Russell. Llull, con claro gesto de preocupación, le preguntaba a su fisio lo que a todos los madridistas les rondaba la cabeza en ese momento: "¿Está roto?". Una cuestión que heló el corazón de todos. Pero peores fueron las respuestas, ya que ni el fisio ni el médico sabían descartar a ciencia cierta una lesión grave. 

Los "no lo sé" de los galenos y especialistas blancos hacen temer lo peor. Llull no se movió del banquillo pues quería ver el desenlace del encuentro junto a sus compañeros, pero nunca más se vistió de corto. Después se marchó al vestuario y tras pasar por la ducha, dejó otra imagen preocupante. Abandonó el Pabellón Olimpic de Badalona en muletas para elevar todavía más la alerta.

Tras la victoria merengue sobre Valencia Basket, Chus Mateo pasó por rueda de prensa y confirmó que la preocupación con el capitán es real: "Es bastante probable que no pueda formar parte del equipo en el resto de la Copa del Rey". Llull se va a someter a pruebas en las próximas horas para definir el alcance de la lesión con la esperanza de esquivar esa tortuosa rotura del ligamento cruzado.