Samsung Galaxy S5: Análisis y experiencia de uso

Samsung Galaxy S5: Análisis y experiencia de uso

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Samsung Galaxy S5: Análisis y experiencia de uso

6 mayo, 2014 21:05

Durante el Mobile World Congress ocurrió algo que ya parecía insólito. Samsung se decidió otra vez a presentar su buque insignia entre el resto de fabricantes, aunque todo sea dicho, en una feria de la que parece que cada vez más se quiere escapar y donde algunos ya deciden no presentar, como ha hecho HTC con el One M8, por poner un ejemplo.

Y así llegó la presentación oficial del Samsung Galaxy S5, entre aplausos, coreanos y miles de personas que llenaron un enorme pabellón en el MWC de Barcelona, eso sí, fuera de la feria. Desde entonces se ha puesto a la venta, se ha visto por muchos sitios y nosotros lo hemos estado probando a fondo, para poder contar la experiencia completa.

Review del Samsung Galaxy S5

El Samsung Galaxy S5 ha sido mi smartphone principal durante las últimas semanas, y tengo que decir que nunca había disfrutado así de un Galaxy desde el S2, que para mi sigue siendo uno de los hitos más importantes en la evolución de los smartphones con Android. Todavía hoy me parece un teléfono funcional, y decir eso a estas alturas es mucho decir, pocos teléfonos de 2011 han llegado hasta aquí con la cabeza bien alta.

Pero no todo son cosas buenas con el Samsung Galaxy S5, y es que el día que un fabricante presente el smartphone perfecto… ¡apaga y vámonos! Poco quedaría que hacer. Aunque no nos engañemos, somos muchos tipos de usuario diferentes, y el smartphone perfecto no existe, cada uno tiene sus necesidades y exigencias.

Y sin más dilación, vamos a por el análisis del Samsung Galaxy S5.

Materiales y diseño

Empecemos por los materiales, que es lo que más llama la atención. Si el SGS5 fuese un terminal perfecto en todos sus aspectos, el material sería la mayor pega que le pondríamos y lo que funcionaría como motivación para Samsung a la hora de presentar un nuevo modelo que mejore este.

Volvemos con los materiales plásticos, llamado con clase y estilo policarbonato, que le sigue dando un aspecto que no acaba de convencer del todo. Mucho hemos discutido a lo largo del tiempo de los materiales de un smartphone y del uso del plástico, y está claro que a algunos os gusta mucho y otros no podéis ni verlo, pero hay que reconocer que tiene sus pros y sus contras.

Por un lado, el uso del plástico en el Samsung Galaxy S5 hace que el teléfono sea mucho más ligero, y si lo comparamos con el Sony Xperia Z2, en este sentido la diferencia es abismal. Con una pantalla solo 0.1″ superior en el Sony, este pesa 163 gramos frente a los 145 gramos del Samsung. Eso sí, el Sony tiene una batería de 3200 mAh frente a la 2800 mAh del Samsung, que es uno de los componentes más pesados, pero no podemos negar que el plástico es una ventaja en cuanto a peso del terminal se refiere, y es que este es uno de los aspectos más críticos.

La misma comparación de peso podemos hacer enfrentando al S5 con el nuevo HTC One M8, que se va hasta los 160 gramos de peso, algo más ligero que el Xperia Z2, pero bastante más pesado que el SGS5. En el caso de HTC se decidió optar por el metal como material de acabado para su nuevo smartphone, y aquí el peso vuelve a pasar factura.

Desde luego el SGS5 gana esta batalla de peso, pero como decíamos, con sus pegas. Y es que el material plástico sigue siendo poco elegante y no acaba de transmitir el aspecto premium que buscamos en un smartphone de gama alta con un precio de este sector. Ni mucho menos el S5 es cutre, pero comparativamente está por debajo del Xperia X2 o del HTC One M8 en acabado.

En este mismo sentido es algo menos justificable el bisel lateral, un perfil algo extraño que no acabamos de entender, y que francamente me gustó más en el Samsung Galaxy S4. Encontramos una especie de doble bisel con un aspecto mucho más de plástico que el resto del teléfono, y donde posiblemente más tenga que mejorar Samsung su diseño y acabado.

La solución más elegante posiblemente sea optar por un material metálico en esta parte. Estoy seguro que Samsung puede seguir usando plástico en las partes frontal y trasera sin problema, pero el lateral tiene que mejorarlo, porque es una parte que llama mucho la atención. Seguramente cambiando este pequeño detalle ganarían muchísimo, y estoy seguro que será una de las evoluciones que veamos en un futuro próximo, pero por ahora nos tenemos que quedar con este que no acaba de convencer.

En el lateral izquierdo tenemos los botones de volumen y en el derecho el de encendido, la más clásica y para mi mejor configuración en terminales de pantalla grande, ya que permite un acceso sencillo a los botones que más usamos, especialmente al de encendido.

La parte superior queda reservada para el jack de auriculares y un puerto de infrarrojos escondido, y la inferior para el conector microUSB 3.0, que queda oculto por una pestaña, porque recordemos que el Samsung Galaxy S5 es sumergible con una certificación IP67.

Hablando de la capacidad de sumergir y mojar el Samsung Galaxy S5, es buen momento para recordar qué significa la IP en este sentido. El primer número es la resistencia al polvo, y el segundo al agua, cuanto mayor sean, más resistente a cada uno de estos elementos. Es decir, un móvil como el SGS5 con IP67 tiene más resistencia al polvo pero menos al agua que por ejemplo el Sony Xperia Z2 que tiene IP58.

La parte trasera se ha llevado un cambio más que considerable. Del tipo de material plástico del GS4, Samsung pasó al acabado imitación de cuero del Note 3, que parecía el más probable para este S5, pero finalmente se ha optado por un material plástico perforado que da un aspecto bastante interesante al terminal.

Lo más curioso que hemos detectado en este terminal, es que el tacto de la parte trasera es diferente para cada color. El blanco y el cobalto parecen algo más de plástico que el dorado y el azul, más similares al metal en aspecto y más blandos cuando los tocamos, que resulta muy agradable. En general el acabado de la parte trasera es muy bueno, y francamente una mejora notable respecto a modelos anteriores.

Esta tapa, siguiendo una de las mayores tradiciones de la firma coreana, se puede quitar, y deja al descubierto una batería extraíble y las ranuras para microSIM y microSD. Esto será muy agradecido por aquellos a los que os guste cambiar de batería, no solo cuando la original deje de ofrecer todo su rendimiento, si no cuando estéis de viaje o simplemente porque vuestras jornadas intensivas requieren más de un ciclo completo de descarga. Importante destacar que, aunque la microSD se puede poner y quitar sin retirar la batería, no ocurre lo mismo con la microSIM, para la que es necesario extraerla.

Curioso es el detalle de la tapa trasera por la parte interior, ya que tiene una membrana que impide el paso del agua y es capaz de crear el compartimento estanco que evita que el teléfono se moje en su interior cuando lo sumergimos. Esto hace que las carcasas oficiales o de marcas de fiar tomen una gran relevancia con este terminal, y es que yo no me la jugaría con una carcasa trasera demasiado barata, posiblemente esta membrana ni la lleve o si la tiene no funcione como debería. La membrana rodea la parte de la batería, microSIM, microSD y conectores para carcasas inteligentes, pero deja al descubierto cámara, sensor de pulso, flash y altavoz, que ya llevan su propia protección.

En general el diseño del SGS5 es bueno, y nos encanta que por fin Samsung fabrique terminales sumergibles, imprescindible para no perder un teléfono tan caro en un accidente tonto, pero hay detalles en los materiales, la parte frontal y el bisel que hay que mejorar para conseguir que Samsung ofrezca por fin el aspecto premium que todos esperamos de sus terminales de gama alta.

Software

Aunque es lo lógico y lo que deberíamos esperar, es necesario contar que efectivamente el Samsung Galaxy S5 viene con la versión 4.4.2 KitKat de Android, que es la última versión del sistema operativo móvil de Google. Esto es importante porque contamos con lo último de Android, pero más importante es ver cómo sigue el ritmo de actualizaciones Samsung con su nuevo buque insignia. En los últimos tiempos hemos visto que los fabricantes están cada vez más pendientes de estas actualizaciones, y el problema de la fragmentación es cada vez menor, por lo que no debería suponer un gran problema, especialmente en la gama alta.

Como siempre en Samsung contamos con TouchWiz, la interfaz propietaria de la firma coreana. En general sigue siendo prácticamente igual, pero nos encontramos una gran novedad. Samsung ha decidido darle un cambio total a los botones de ajustes, que ahora tienen un aspecto diferente, basados en circunferencias de colores, bastante más atractivas que los iconos de ajustes de toda la vida. Sin embargo este cambio sabe a poco, y es que desde las primeras filtraciones de la interfaz habíamos esperado ver un enorme cambio en este aspecto dentro del SGS5, pero que finalmente no ha llegado.

La interfaz lleva años siendo casi igual, con muy pequeños cambios. En ciertos aspectos es muy funcional, pero en otros ya empieza a ser algo aburrida y poco innovadora. Hay detalles que no cambiaría por nada, muy bien pensados, pero otros, sobre todo estéticos, que necesitan una actualización bastante urgente.

Empezando por la barra de notificaciones, este es uno de los mejores aspectos de la interfaz del SGS5, y teniendo en cuenta que además vemos aquí los nuevos iconos de ajustes, de los más novedosos. Cuando desplegamos la barra de notificaciones nos encontramos con una barra deslizable dedicada a ajustes rápidos. Esta va directamente unida al botón superior derecho de la barra de notificaciones, que despliega un menú completo, el cual podemos reordenar y afectará igualmente en este sentido a la barra anteriormente citada. El menú de ajustes rápidos lo podemos desplegar también tirando con los dos dedos desde la parte superior, igual que en muchos otros Android.

Hay Ajustes para todos los gustos y colores, y raro será no encontrar lo que necesitemos desde aquí. Es una forma muy rápida y sencilla de activar y desactivar funciones, y se agradece tenerlo tan accesible. Uno de los ajustes que podemos activar desde aquí es el modo ultrahorro de energía, del que hablaremos más a fondo en la sección de batería.

La pantalla de bloqueo es muy sencilla, y además de la hora, fecha y un pequeño widget del tiempo, lo único que encontramos es un acceso directo para la cámara que simplemente tenemos que deslizar para abrirla, el cual se agradece mucho porque al no tener un botón dedicado a la cámara que nos de ese acceso directo es necesario tenerlo situado en otro lugar, en este caso en la pantalla de desbloqueo.

La pantalla principal peca del mismo problema que muchos otros launchers de fabricantes en Android, y es que solo tenemos cuatro columnas de iconos, tanto en los escritorios como en el cajón de aplicaciones (drawer). Ni mucho menos es esto el fin del mundo, pero sería de agradecer que nos permitiesen la opción de aprovechar más el espacio de una pantalla de más de 5″ con la posibilidad de tener 5 columnas de iconos, lo cual además haría posible tener más aplicaciones, widgets e iconos a mano.

Y por último, el drawer de aplicaciones. Nada revolucionario aquí, y lo único destacable que encontramos son las opciones de personalización que permiten editar el orden de las aplicaciones, crear carpetas dentro de este menú, filtrar solo por aplicaciones descargadas, desinstalar directamente desde aquí y ocultar aplicaciones.

Hardware y rendimiento

El interior del SGS5 es, como cabría de esperar, lo último que podemos encontrar hoy en día en cuanto a hardware:

  • Chipset Qualcomm MSM8974AC Snapdragon 801
  • Procesador Quad-core 2.5 GHz Krait 400
  • GPU Adreno 330
  • 2GB de memoria RAM

Lo único que tal vez llame la atención cuando vemos sobre el papel las características técnicas del SGS5 es que tengamos 2GB de RAM y no 3GB. ¿Por qué es algo extraño? Porque ya Samsung había apostado por la RAM de 3GB con el Note 3 y porque su principal rival actual, el Xperia Z2, sí tiene 3GB de RAM. ¿Es esto un punto flaco para el GS5? Eso ya es una discusión más complicada, pero en principio no debería serlo.

Después de muchas horas de uso con teléfonos de alta gama de 2GB de RAM, es casi imposible notar la diferencia cuando usamos uno de 3GB de RAM, y notar si van diferente es una labor tan minuciosa que apenas es posible apreciarlo. Eso sí, con el paso de tiempo y el aumento de los requisitos para mover software por parte de los smartphones, no dudéis que 3GB se convertirá en el estándar, e incluso memorias RAM superiores.

Dejando a un lado el tema de la memoria RAM, por lo demás podréis imaginar que el SGS5 es pura potencia, y no tiene ningún problema para mover cualquier aplicación o juego, por potente que sea. En este sentido el SGS5 ofrece una experiencia de usuario casi perfecta, salvo por un detalle, el lag.

Parece mentira que a estas alturas, después de tantos dispositivos y con cuatro núcleos de procesador acompañados de 2GB de memoria RAM, Samsung todavía no se haya podido deshacerse del lag que tanto tiempo le ha acompañado. Es ya marca de la casa, y aunque cada vez estemos más acostumbrados, es un delito que siga ahí dadas las prestaciones tecnológicas a las que hemos llegado.

No podemos decir que el lag sea enorme, pero encontrarnos con unos instantes de retardo cada vez que encendemos la pantalla o desbloqueamos el teléfono es algo que ya no debería ocurrir. Lo mismo ocurre con algunas aplicaciones, sobre todo con las propietarias de Samsung, siendo la galería de fotografías uno de los casos más notables.

¿Estamos exagerando mucho el tema del lag? Bueno, cuando tenemos un smartphone que ronda los 700€ y cuenta con este tipo de procesador tan potente, lo que esperamos al abrir una fotografía en la galería es que esta aparezca de manera inmediata, no tras unos instantes de espera. Puede que le estemos dando demasiada importancia, pero es un punto flojo para Samsung que más que suponer un problema enorme, es un problema que se ha dilatado ya demasiado en el tiempo y que necesitamos ver solucionado lo antes posible.

Pantalla

El Samsung Galaxy S5 cuenta con una pantalla de 5.1″ de tamaño con una resolución de 1080 x 1920 píxeles, lo que nos ofrece una densidad de 432 píxeles por pulgada. Cuenta con tecnología SuperAMOLED y protección Gorilla Glass 3.

Una de las mayores preocupaciones que me rondaban la cabeza antes de probar el SGS5 a fondo con respecto a la pantalla era hasta qué punto la resistencia al agua afectaría a las pantallas de una marca que siempre han destacado por su buena calidad. No sería raro que los ángulos de visión se redujesen y el brillo y contraste fuesen mucho peores debido a la protección contra el agua.

Sin embargo parece que Samsung ha hecho un gran trabajo aquí, y la pantalla sigue siendo igual de buena que en modelos anteriores. Gozamos de unos ángulos de visión más que suficientes para un dispositivo móvil de este tamaño, y tanto brillo como contraste son muy buenos, ningún problema en este aspecto.

Lo que sigue siendo algo molesto es la alta presencia del color azul en la pantalla debido al uso de la tecnología AMOLED, que tiende a esta tonalidad. Por un lado es una estrategia empleada para disminuir el consumo de batería de la pantalla, ya que los LED azules consumen menos, pero por otro los colores no son tan reales como deberían. Eso sí, cuando solo usamos un SGS5 es fácil y rápido acostumbrarse, así que es un mal menor. Además, si comparamos con los primeros Samsung con AMOLED, la mejora desde entonces en tonalidad azul ha sido brutal.

Cámara

Sin lugar a dudas uno de los mayores aciertos del Samsung Galaxy S5 es su cámara. Con este nuevo dispositivo, la firma coreana ha decidido dar un cambio considerable, y es que después de mucho tiempo apostando por los sensores Sony para sus cámaras, en esta ocasión son de fabricación Samsung, por lo que sus terminales se acercan cada vez más a una fabricación Samsung 100%.

Este detalle es importante porque hasta ahora podíamos comparar las cámaras de los Samsung y Sony de una forma muy interesante, ya que nos permitía ver las diferencias entre fotografías tomadas en situaciones idénticas con el mismo sensor y diferente procesado de imagen, una parte clave en la fotografía digital.

El resultado de las fotografías tomadas con el SGS5 es excelente, y elegir entre este dispositivo y el Sony Xperia Z2 es francamente complicado. Notamos que en algunas condiciones se defiende mejor el Sony y en otras el Samsung, pero la tónica general es que el GS5 tiene un procesado digital de imagen superior al Xperia Z2.

Ese procesado se aprecia sobre todo en la reducción de ruido y en la definición de las imágenes, posiblemente culpa de una compresión algo defectuosa. Sin embargo la cámara del Xperia Z2 sigue siendo superior en muchos aspectos, por lo que se compensan unas cosas con otras.

En definitiva, aquí os dejamos algunos ejemplos de fotografía hechas con el Samsung Galaxy S5:

Me han gustado mucho los diferentes modos de captura con los que cuenta el Galaxy S5, y es que no suelo ser usuario de este tipo de fotografías, pero hay que reconocer que están muy conseguidos y algunos son muy llamativos. Sin lugar a dudas tenemos que destacar el modo de enfoque selectivo, en el que podemos elegir la parte enfocada de la imagen una vez hecha.

Otro modo que funciona muy bien y ofrece resultados interesantes es el que han traducido como «disparo y más», en el que podemos hacer una fotografía de un objeto en movimiento y nos ofrecerá a posteriori diferentes opciones, como la de hacer borroso el fondo y conseguir una fotografía de acción, es decir, una fotografía en la que aparece muchas veces el objeto en movimiento, mostrando el recorrido de este en una sola instantánea.

Además de estos modos tenemos el de beauty face, que permite aplicar un filtro de difuminado cuando detecta una piel para eliminar imperfecciones, el de panorama que funciona muy bien, la cámara dual para hacer fotografías con la cámara principal y la frontal a la vez, y una opción imprescindible, el acceso a un mercado de aplicaciones extra para conseguir más modos y funciones para la cámara.

Va a ser interesante poner cara a cara en una prueba a fondo las cámaras del Xperia Z2 y la de este Galaxy S5, que son sin lugar a dudas las dos que mejor pinta tienen de la temporada de smartphones.

Sonido

Dividimos el sonido en dos apartados diferentes, el del altavoz externo y el de la salida de jack. Empezando por el altavoz externo nos llevamos una muy grata sorpresa, y es que pese a lo que el aspecto del altavoz pueda dar a parecer por lo pequeño que es y lo escondido que está, además de situarse en la parte trasera, el sonido es alto y claro, con una calidad más que aceptable.

Hemos visto desde el HTC One que sin lugar a dudas la solución que mejor calidad ofrece es el doble altavoz estéreo frontal, idea que ha seguido Sony con el Xperia Z2, y que desgraciadamente no hemos visto en el SGS5. Sin embargo esto afecta mucho menos de lo que podríamos esperar, especialmente cuando tenemos el altavoz apoyado sobre una superficie plana.

Sí es cierto que cuando lo sujetamos en la mano la diferencia entre un doble altavoz frontal y uno simple trasero se acentúa mucho más, pero hay que reconocer que el que lleva el Galaxy S5 es francamente bueno.

Si pasamos al audio interno que viene de la salida de jack, estamos en las mismas. Samsung ha sido una de las marcas que mejor calidad de sonido ha dado siempre en este aspecto, y con el S5 se mantiene.

Hemos hecho la prueba como siempre con unos Shure SE215 para comparar en igualdad de condiciones, y el sonido que viene de la salida de jack del SGS5 es alto, claro y bastante limpio. Por supuesto no llega a igualar a reproductores de audio de alta fidelidad, pero para lo que necesitamos en un smartphone tenemos más que suficiente. El balance de frecuencias es bueno, y notamos la moda del punch en los graves que tanto gusta ahora.

Batería

No sabéis la alegría me da escribir dos análisis seguidos de teléfonos de última generación y poder destacar la batería como uno de los mayores pasos adelante. No hay duda de que todavía no hemos alcanzado un nivel de autonomía de batería que revolucione el mercado de los smartphones, pero sin lugar a dudas lo que estamos consiguiendo con esta última generación de móviles inteligentes es ya algo más que decente, y es que por fin podemos hablar de un día entero real de duración, es decir, de 24 horas.

Esto que no parece un cambio enorme, era en realidad algo imposible solo un año atrás con la anterior generación de gamas alta, y por lo tanto un paso evolutivo muy importante. Quizás el hecho de que todos esperamos una autonomía totalmente revolucionaria sea lo que no nos ha permitido apreciar tanto lo ocurrido, pero tenemos que valorar la importancia de que, con la misma tecnología de batería, podamos aguantar mucho más.

La batería del Samsung Galaxy S5 es una auténtica maravilla, y he conseguido aguantar 24 horas con un uso bastante intensivo. Es decir, usándolo como tracker de GPS para rutas largas, navegando, reproduciendo música y algún vídeo, redes sociales, etc. Y cuando pasamos a un uso moderado es muy fácil pasar de las 24 horas de uso sin problema.

Por supuesto el aumento del uso de horas de pantalla es lo que más afectará a la merma de la batería, por lo que como en cualquier otro smartphone podemos ver cambios significativos si usamos más o menos la pantalla. Eso sí, el SuperAMOLED es conocido por ofrecer un menor consumo de batería, aunque no es fácil medirlo.

Lo que es sorprendente de la batería del SGS5 es que, con 2.800 mAh de capacidad, casi iguale la autonomía que conseguimos con el Sony Xperia Z2, que tiene una batería de 3.200 mAh. Aunque la batería del Xperia Z2 sea superior a la del GS5, esto afecta en el tamaño y el peso del teléfono, por lo que posiblemente sea preferible reducir las dimensiones y peso de la batería, y por tanto del teléfono, aunque sea a costa de perder algo de autonomía cuando seguimos manteniéndola tan alta como es en el caso del Galaxy S5.

Dentro del apartado de batería se merece mención especial el modo «ultrahorro de energía», que permite entrar en una especie de estado de hibernación en el que solo damos acceso a red a ciertas aplicaciones, y el resto quedan completamente desactivadas. Pero no solo eso, porque además pasaremos a tener una interfaz en blanco y negro que ayudará a aumentar de forma drástica el ahorro de consumo de batería.

De hecho con este modo hemos conseguido llegar a extremos tales como consumir el último 3% de batería en 10 horas de uso, dando acceso a llamadas, SMS, internet, Twitter, WhatsApp y Reloj. Como curiosidad, cuando la batería está al 100%, la estimación de duración de batería según el teléfono en este modo es de 12.5 días.

Conclusiones

El Samsung Galaxy S5 es sin lugar a dudas un merecedor heredero del Galaxy S4, aunque hay algunos detalles de los smartphones de la firma coreana que siguen sin convencernos. Aunque en líneas generales el SGS5 es un smartphone excelente que sin lugar a dudas peleará por ser el mejor del año, nos gustaría que Samsung se decidiese por fin a llevar a cabo algunos cambios pequeños pero importantes.

Sin lugar a dudas nos referimos a los materiales y el diseño, que aunque no sean malos, se quedan solo en un aceptable. La parte frontal empieza a ser ya aburrida después de tres modelos casi iguales, y el bisel lateral se aleja mucho del acabado premium que esperaríamos de un smartphone de gama alta. Por no hablar del material plástico, que tiene la ventaja de ser ligero, pero que sigue sin acabar de convencer.

Ninguno de estos aspectos quita al SGS5 de las posiciones más altas del ranking, y es que sigue siendo un telefonazo, pero contamos los días para que se lleven a cabo cambios en este sentido.

Por otro lado hemos visto una evolución muy buena haciendo resistente al agua el smartphone, y es que aunque la finalidad de un móvil se aleje de sumergirlo bajo el agua para hacer fotografías, saber que contamos con un seguro frente a accidentes acuáticos en móviles de este rango de precios es un placer.

La cámara es uno de los puntos fuertes del SGS5, con un enfoque rapidísimo y una calidad excelente, y la altísima autonomía de la batería lo convierte en el móvil ideal para aquellos que necesiten un móvil que aguante lo máximo posible, especialmente si a esto le sumamos que podemos retirar la batería y cambiarla para volver a tener un móvil con la batería cargada al 100%.

En conclusión, Samsung ha hecho un gran trabajo con el SGS5, y aunque este año las nuevas generaciones no brillen por una innovación enorme, no podemos desprestigiar la importancia de la enorme mejora en la autonomía de la batería, la resistencia al agua o lo mucho que están mejorando las cámaras de los smartphones. Sin lugar a dudas el SGS5 llegará a fin de año como uno de los máximos aspirantes a mejor smartphone del año.