Tras años de polémicas y olvidos, la semana que viene se presenta oficialmente la versión digital del Diccionario Biográfico de la Real Academia de Historia, con 50.000 biografías, y acceso libre y gratuito. Me cuentan que las últimas revisiones han sido muy rigurosas, que se ha multiplicado la presencia de la mujer de la prevista en el proyecto original de 1999 -ridículamente escasa-, y que las entradas que hace años provocaron tanta controversia fueron radicalmente modificadas. Aún así, no descarto la polémica.

No dirán que no se lo advertí: de aquí a la Feria del Libro de Madrid se van a multiplicar las novedades de grandes autores porque parece que las ventas responden, y lo que viene no es menor: Siete cuentos morales de Coetzee; Una vida en palabras, de Auster (en realidad, un libro de entrevistas); La bruja Leopoldina, cuento inédito de Delibes; Recuerdos durmientes, primera novela postNobel de Modiano; La hermana menor, la biografía irreverente que sobre Silvina Ocampo ha escrito Mariana Enríquez, que ya sabemos que no le tema a nada. Y no sigo para no abrumarles... por ahora.

Carmen Maura estuvo casi tres décadas sin pisar un escenario español. Tras ese prolongado lapso, finalmente se animó con Mihura en el Centro Dramático Nacional, pero no pasará tanto tiempo hasta que podamos verla de nuevo. En septiembre estará en el Teatro Real Coliseo Carlos III del Escorial, para defender el texto de uno de los autores nacionales de mayor pegada hoy, Guillem Clua (Smiley), que en Las golondrinas reflexiona sobre naturaleza humana a partir del atentado en la discoteca Pulse en Orlando en 2016.

El norteamericano Gus Van Sant, emblema de la transgresión en el celuloide, desembarca en junio en Madrid. La Casa Encendida le dedicará una retrospectiva que no solo abordará su figura a través de su filmografía sino que también expondrá una extensa selección de sus Polaroids. También se mostrarán algunas de las pinturas y los dibujos que el realizador hizo en diferentes momentos de su vida, así como algunos de los collages que datan de la década de los 70, lo que proporciona un complemento inesperado al ecléctico universo artístico del autor de Mi Idaho privado.