Hugo Mujica. Foto: Círculo de Poesía

Visor. Palabra de honor. Madrid,2016. 100 páginas. 18€

En 2013, Hugo Mujica (Buenos Aires, 1942) publicó Del crear y lo creado. Poesía completa.1983-2011, aunque precisó que más bien se trataba de su obra "esencial". Ese mismo año apareció Cuando todo calla (Premio Casa de América) y ahora este nuevo libro que ahonda en una poética sustantiva, perfectamente delineada. En él, poemas muy breves, ubicados tipográficamente a pie de página, que suelen constar de una parte descriptiva (a modo de iluminación, vislumbre o epifanía), basada en el poder de la mirada, y de otra donde se hace evidente una sentencia o lección, en tono aforístico casi siempre.



Los poemas van numerados y sin título y el primero es una suerte de poética: "toda poesía es barro / barro de sed partido. / Plegaria". Lo religioso, de diversas tradiciones, es connatural a esta poesía meditativa donde el blanco de las páginas evidencia un silencio, otra de sus claves: "Solo el silencio / dice lo otro / y tanto más / que lo que hemos callado". "El silencio da a escuchar / y en lo que se oye / calla". De ahí el sabio uso de la elipsis ("Llueve, y se es niño") que da, en su economía verbal, una delicada atmósfera de insinuación, veladura o sugerencia a lo escrito. La desnudez -despojamiento, lo ascético- es aquí norma, y no sólo física: "es la de quien es / por fuera su / adentro".



Tras el vacío y la nada ("la nada que somos / es el todo que buscamos"), lo otro ("Todo es siempre lo otro, / su más acá y allá de sí") y los otros ("y es siempre en la vida de otros / que entrevemos / la más propia" o "es desde afuera / que la vida / se encarna: es unos a otros / que nos estamos creando". Crear, sí, es otra de las preocupaciones de Mujica: "no es ni un saber / ni una certeza, / suele ser un tal vez / y un presentir, / es la espera y la intemperie".



En esta poesía del pensamiento, lo paradójico, por natural, es inevitable. Así cuando leemos: "Es cuando no buscamos / que lo desconocido llega, / es cuando viene lo otro / que nos trae lo que somos". Porque "lo que buscamos no existe, / al vivirlo lo creamos". En esta poesía de corte humanista no puede faltar el cálculo sobre nuestra propia condición: "bastaría no quererlo todo, / bastaría hacer casa / en la herida que somos". Ni tampoco la presencia de la muerte: "ese miedo es la muerte: / ese miedo a la vida", leemos. Y en otro sitio: "No basta con saber / que moriremos, / a la muerte hay que escucharla".



Con palabras sencillas, Mujica logra acercarnos al misterio, y nos consuela: "saber que no habrá victoria / es lo que da grandeza al combate". Abrazados el dolor y el amor, entre la renuncia y la ausencia, el poeta nos desvela "la gracia de la desnudez" mencionada por Broch.