A veces, no sólo "nos queda la palabra", Blas de Otero dixit. A veces, queda también la voz. Y la voz de poeta, si es Octavio Paz, sacude el mundo. La Residencia de Estudiantes lanza uno de sus audiolibros (Madrid, 2014, 72 pp., 14'25 e.) con el recital de Poemas del Nobel celebrado en julio de 1989, en el que Paz presenta cada poema"como respuestas concretas a situaciones concretas". De los poemas de la ciudad a "Como quien oye llover" y "Árbol adentro", la voz de Paz sobrecoge. ¿Cabe celebración mejor de su centenario?



Vaso Roto sigue recuperando poetas de valor poco conocidos en España. Así, tras el espléndido Decreación de Anne Carson, lanza en edición bilingüe Desde el balcón del cuerpo (160 pp., 13'30 e.), de Antonella Anedda (Roma, 1955), galardonado con los premios Napoli al libro del año y el Stephen Dedalus. Poeta de asombrosa intensidad, Anedda se asoma "al balcón del cuerpo", "culpable" porque "ama el placer". Y va más lejos, le pide a la palabra que la "borre", porque nada puede ante el miedo. Como el deslumbrado lector.



Una senda en la penumbra (La isla de Siltolá, 136 pp., 14 e.), de Mª Ángeles Robles (Cádiz, 1965) es, como indica su subtítulo, un viaje hacia "el corazón de Japón". Autodefinido como "dietario emocional", Robles se conmueve ante "todo lo que pudo ser, lo que nunca será". Mishima, Mizoguchi o el monte Fuji y el paisaje se convierten en estas páginas en haikus y delicadas meditaciones.