Olifante. Zaragoza, 2013. 96 páginas.



Con una extensa y siempre intensa obra poética, en la que la muerte es uno de sus centros, Ángel Guinda (Zaragoza, 1948),presenta ahora este (Rigor vitae), así, entre paréntesis, como marcando límites, y rehaciendo la expresión acuñada para nombrar la severidad, el frío de la vida, como si fuese una metáfora de la muerte.



"Elegía es el mundo" es el comienzo de uno de los poemas y podría servir para caracterizar la palabra de este poeta, que ama la vida, que padece el dolor y la muerte de los otros, inmigrantes, crucificados, etc., por la violencia, por el desvarío deshumanizado, y no deja de acusar a los indiferentes, a los profetas, a los verdugos. Cuando escribe "¡La realidad mata!" no sólo está diciendo lo que acabo de señalar sino también un principio de su poética, la del visionario, la de quien teniendo ante los ojos el horror del pasado y del presente ha de renunciar a expresarse con la lengua plana, la cotidiana -que banalizarían lo dicho-, para construir imágenes, irracionales se podría decir, que continúan la tradición del Apocalipsis y que, en su distorsión de lo nombrado, lo hacen más presente.



No falta en este libro el uso de la contradicción, de la paradoja, "¡Ya te veo mejor porque no estás!", por ejemplo, frases que si activan el discurso, no dejan de tener una poderosa significación. (Rigor vitae) da vida a la palabra de la muerte.