Image: Fragmentos sobre el libro

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Poesía

Fragmentos sobre el libro

Stéphane Mallarmé

19 diciembre, 2002 01:00

Stéphane Mallarmé

Trad. Juan Gregorio. Colegio de aparejadores de Murcia. 2002. 133 páginas

Mallarmé representa el sueño y la angustia de una idea: la del texto como partitura, y la del libro como arte total. Algo que, según Hugo Friedrich, tiene su origen en la filosofía de la composición de Poe, encarna en Les fleurs du mal de Baudelaire, genera la música de Wagner y determina la simetría y el sistema del Cántico de Jorge Guillén.

Fragmentos sobre el libro reúne opiniones de Mallarmé que dan cuenta de su proyecto de escritura. Articuladas en cinco secciones dedicadas al "Arte Poética", su "descenso a la nada" motivado por "el solo acto de escribir", las relaciones de la escritura con las otras formas de expresión artística, el ámbito familiar del escritor y la materialidad del libro y el fenómeno futuro que es un proceso sin principio ni fin.

Francisco Jarauta explica la obsesión de Mallarmé por encontrar el "verso que exprese y diga el imposible instante de las cosas" y su intento de construir un libro que objetive el drama de la lengua y que no sea fruto "de las inspiraciones del azar". El deseo del libro va siempre acompañado de su doble, "la conciencia de su imposibilidad".

Fragmentos... es una poética. Para Mallarmé -como para Nietzsche- "Todo método es una ficción" cuyo instrumento es el lenguaje limitado en su propia referencia. De ahí su necesidad de que las palabras "se reflejen las unas sobre las otras". Para Mallarmé la Ciencia es la Gramática y la Retórica en los que ha encontrado su confirmación. Sólo le queda otra confirmación: la del lenguaje. Por eso definirá la poesía como "la expresión, por el lenguaje humano devuelto a su ritmo esencial, del sentido misterioso de algunos aspectos de la existencia". De ahí su concepto de "la Ley misteriosa de la Rima", de una dialéctica del verso, no ajena a la que luego Eliot buscará, y de su apuesta no por la naturaleza sino por el arte: éste "no tiene más que Partenones". Imagina dos libros: Beauté y Allégories somptueuses du Néant. Da cuenta de su necesidad de sobreexcitaciones que le permitan salir de su "patria monótona y vivir en la edad de las obras maestras". La "gran Noche" aparece transcrita y prefijada aquí. De ahí su esbozo de "un poema hace tiempo soñado", comparable a una bailarina que es una metáfora, y que sostiene "una escritura corporal". Y de ahí también esta exigencia: "hablar de manera distinta que los periódicos". Mallarmé piensa en una especie de "ópera hablada" que reproduzca y cree una cierta imagen teatral: la de la obra dramática que "muestra la sucesión de las exterioridades del acto sin que en ningún momento conserve realidad y sin que pase, en definitiva, nada". Lo que busca es "un misterio que sabe que no existe". "Pintar, no la cosa, sino el efecto que produce" resume su Hérodiade tanto como la "eliminación" y la "impersonalidad" definen su proceso de escritura: la obra exige "la desaparición elocutoria del poeta, que cede la iniciativa a las palabras, movilizadas por el contraste de su desigualdad". Desde allí sigue aún su negro sobre blanco: la más rigurosa línea de cuantas fundan nuestra modernidad.