Miguel Ángel González. Foto: Injuve

Premio Café Gijón. Siruela. Madrid, 2016. 196 páginas, 14'90€. Ebook: 7'99€

Miguel Ángel González (Madrid, 1982) ha publicado hasta la fecha una novela corta, una novela de humor y varios libros de cuentos, además de guiones y textos teatrales. Con Todos los miedos ganó el Premio de Novela Café Gijón 2015. En ella se cuentan dos historias diferentes con muchos aspectos comunes. Las dos van precedidas de un poema de Carver, "Miedo", que anuncia el tema de ambas. Un breve "Prefacio" del autor completa la explicación del origen de ese "miedo" a partir de de "la forma casi imperceptible en que los acontecimientos de nuestra vida logran modificar para siempre el concepto que tenemos sobre el mundo que nos rodea."



En la primera historia, "¿Quién teme al lobo feroz?", se trata del secuestro de una esposa y madre contado por su hijo, que la visita cuando ella está en el hospital. La madre estuvo secuestrada algo más de tres días. En su cautiverio fue violada y torturada hasta que, finalmente, la abandonaron desnuda, en una cuneta. El relato va dosificando la información e intercalando detalles relevantes como la muerte de Isadora Duncan por accidente, la victoria electoral de Kennedy a partir de su debate televisado con Nixon o las investigaciones sobre la subjetiva percepción humana del tiempo según las circunstancias. Al final la visión de la madre al salir del hospital ante su marido en una situación que le recuerda su secuestro desata el pánico que hace comprender que para ella nada podrá ser igual. Y el acierto del relato radica en la pertinencia de los pequeños detalles, hábilmente distribuidos en la narración, y en la eficacia estilística de su prosa sencilla, con frases cortas en párrafos nunca largos y en capítulos de reducida extensión.



La segunda historia, "Lo que sé del olvido", precedida del poema "El mayor perdedor del mundo", de Bukowsky, tiene como protagonista y narrador a un enfermo terminal que cuenta sus peripecias, con muchas preguntas y pocas respuestas acerca de la vida, para sobrellevar el cansancio de vivir con el miedo a la muerte. El relato también está organizado en capítulos breves, en algunos de los cuales la narración ha sido sustituida por sendas fotografías que ilustran lo contado en los capítulos anteriores. Y también hay bastantes historias intercaladas con las cuales se refuerza la idea de cómo a menudo la vida de las personas resulta modificada por la influencia de pequeños acontecimientos aliados con el azar y la casualidad.



La reunión de estas dos novelas cortas en el mismo libro compone un díptico en el que resultan unidas por lazos temáticos y estructurales, desde "los miedos" del título hasta la encarnación del miedo en cada uno de sus narradores y protagonistas (miedo a afrontar el futuro en la primera, bajo el peso del horror vivido en el secuestro, y miedo a la muerte en la segunda, con la expectativa del final cercano), pasando por la narración en primera persona por dos voces con importantes rasgos comunes, entre los que destacan la frialdad y la técnica de la brevedad con que se prodigan ambos narradores, si bien con mayor acierto en la primera que en la segunda, que resulta más dispersa.