Berna González Harbour

RBA. Barcelona, 2015. 221 páginas, 17€

En ocasiones uno no tiene muy claro lo que ve, duda unos minutos y, rápidamente, otro asunto ocupa su atención. Hasta que un día, mucho tiempo después, el recuerdo golpea a traición y cierra la garganta con un inexplicable nudo. Es lo que le ocurre a Carmen, la economista en paro que protagoniza la última novela de la periodista, corresponsal y ya experimentada escritora de noir Berna González Harbour (Santander, 1965). Hace quince años Carmen vio algo raro cuando conducía en soledad por la carretera que atravesaba un antipático bosque de urbanizaciones. Se trataba del cadáver de un robusto camionero que había salido despedido de su vehículo tras un accidente. Pronto acabó el incidente, y el mal trago. Pero ahora, de pronto, le asaltan uno a uno los detalles y se da cuenta de que aquello no fue un accidente. No, fue un asesinato.



González Harbour edifica con estos mimbres, tan prosaicos como inquietantes, la clásica novela negra que crece, y se enriquece, del mismo modo que los buenos vinos ganan cuerpo con los años. La vida de la investigadora sobrevenida da un vuelco... mientras su vida cotidiana sigue soplando velas, su hijo cumple años, las perspectivas laborales se marchitan con episódicos momentos de esperanza y su familia sobrevuela... con todas las consecuencias. Los ciervos llegan sin avisar es una de esas estupendas novelas negras que pasan rápido, y divierten, pero se quedan encendidas en tu cabeza.