Víctor Balcells

Alfabia. Barcelona, 2013. 446 páginas, 16'50 euros

Hay libros que parecen ofrecer entre líneas un retrato robot de sus autores. Le ocurre a esta primera novela de Víctor Balcells (Barcelona, 1985), que además de desvelarnos un mar de influencias literarias -de Gombrowicz a Bolaño, pasando por Vila-Matas, quien es además tío del autor-, nos habla de una fijación por lo formal, la pretensión poética y el afán de no tomarse el mundo demasiado en serio.



La novela empieza con una contundencia que atrapa. Es obvio que estamos ante un autor que conoce los mecanismos de la ficción, es brillante en los diálogos, presenta personajes bien construidos... La trama parte del encargo que recibe Pablo Scarpa de escribir la biografía de un escritor. Para cumplir su objetivo se desplaza éste hasta Cracovia o París, intentando conseguir para su libro un material que nunca termina de llegar.



La novela se estructura en cuatro partes, separadas por largos lapsos temporales. En la segunda, el hijo del biografiado descubre su identidad a través de un amigo, que lee la susodicha biografía. La tercera parte, la más pretenciosa, se articula a través de tres voces en primera persona y nos adentra en los pormenores del mundo literario. Y en la cuarta, un congreso literario permite a los protagonistas del embrollo resolver sus conflictos metafísicos. La novela es muy ambiciosa. Apunta alto y en ocasiones da de lleno en el blanco. En otras, se hace prolija y redundante en exceso. He aquí una estupenda primera novela. Demasiado buena para no esperar de su autor mucho más.