Darryl F. Zanuck, Louis B. Mayer y Jesse Lasky, entre otros, en un homenaje a Adolph Zukor (1936)

Varios traductores. Confluencias Almería, 2016. 691 páginas, 29€

Publicado en 1988, llega, por fin, a España un libro fundamental para conocer y comprender desde sus orígenes la historia del cine norteamericano y la historia del cine en general. Un imperio propio. Cómo los judíos inventaron Hollywood no es solamente un formidable tratado histórico, rebosante de datos y de acontecimientos, sino un relato literario magistral, cuajado de anécdotas, personajes y escenas memorables, fruto de los ocho años que el crítico, cineasta y profesor universitario Neal Gabler (Chicago, 1950) dedicó a la investigación exhaustiva y de su enorme pericia como narrador.



Judíos emigrantes, en general procedentes del centro y del este europeo, sin recursos económicos familiares y rechazados a causa de su raza por los magnates de la industria y del comercio neoyorkinos se fueron instalando en Los Ángeles y, a comienzos del pasado siglo, comenzando por reconvertir las barracas de feria en suntuosos palacios de trazas operísticas para la proyección de películas, levantaron los imponentes estudios de Hollywood y dieron forma y carta de naturaleza al gran negocio y arte del espectáculo y del entretenimiento del siglo XX, el cine, creando pautas y estableciendo reglas que pervivieron durante décadas.



E hicieron algo más, mucho más. No sólo elaboraron las características narrativas de los géneros cinematográficos y fueron dotando a las películas de constantes novedades tecnológicas, sino que, con el concurso del talento de directores, escritores, fotógrafos, músicos y, por supuesto, de las estrellas que ellos impulsaron, fueron capaces de formular y proponer desde las pantallas lo que conocemos como el estilo de vida y el gran sueño americanos, todo ello en conexión o en pugna con sus raíces culturales.



En la primera parte de su libro, Neal Gabler se concentra en el retrato y en la peripecia vital y fundacional de seis gigantescas figuras: el húngaro Adolph Zukor, el alemán Carl Laemmle, el también húngaro William Fox, el polaco Samuel Goldwyn y el bielorruso Louis B. Mayer, los hermanos de origen alemán Harry y Jack Cohn y los hermanos polacos Jack, Albert, Sam y Harry Warner. Con sus nombres y apellidos verdaderos cambiados y americanizados, en varios casos, estos hombres irrepetibles crearon, respectivamente, las siguientes compañías y estudios (o sus inmediatos antecedentes): Paramount, Universal, Twentieth Century Fox, Metro Goldwyn Mayer, Columbia Pictures y Warner Brothers.



Gabler, con ayuda de una caudalosa bibliografía y de multitud de fuentes, completa los apasionantes y rugosos perfiles biográficos de estos personajes y de sus allegados y colaboradores y narra, basculando entre la intimidad y la escena pública, su épica y epopéyica aventura (de todo hubo), plaga de incidencias, sobresaltos, buenas y malas artes. Insistiremos aquí en la habilidad de Gabler, en consonancia con el mejor periodismo americano, para combinar, con ritmo constante, la calidad literaria, la amenidad irrenunciable y el rigor documental que requieren los hechos y los personajes contemplados.



En la segunda parte, fijados y desarrollados los hitos básicos, Gabler va ampliando el foco a otros aspectos no menos sustanciales de la trayectoria de sus protagonistas y de sus adláteres -alguno tan importante como Irving Thalberg-, a los vaivenes y problemas surgidos en el camino, a sus interesantísimas y accidentadas relaciones familiares y sentimentales, a su estilo de vida, a sus creencias y prácticas religiosas, al modo de desenvolverse en la política y, por ahí, van apareciendo la evolución y la transformación de una industria y de un país, el zarpazo desestabilizador del inquisidor Comité de Actividades Antiamericanas y, al fin, el declinar de unas vidas y de una manera de hacer y entender el cine.



Confluencias ha editado muy bien el libro, con una cantidad suficiente y apetitosa de fotografías relevantes -siempre hubiéramos querido más- y, eso sí, sin el muy aconsejable para la consulta índice final de nombres, que sería extensísimo y encarecería, ay, el precio del libro.



El crítico e historiador Román Gubern prologa la obra, y el también crítico e historiador Diego Moldes ha hecho un excelente trabajo de edición, con una extensa y utilísima introducción y con un apéndice en los que termina completando informativamente la actividad hasta hoy mismo, en todos los frentes profesionales, de los judíos en el cine norteamericano.