Image: La sexta extinción

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Ensayo

La sexta extinción

Elizabeth Kolbert

3 abril, 2015 02:00

Elizabeth Kolbert

Traducción de Joan Lluís Riera. Crítica, 2015. 320 pp, 21'90€ Ebook: 12'99€

El bucardo, el ostrero negro canario, el ratón de Malpaís, el león del Atlas y el zebro habitaron la Península, y hoy únicamente subsisten en los museos. Al listado podrían sumarse en breve la foca monje, el lince ibérico, el quebrantahuesos, el oso pardo, el ferreret o el lagarto de La Gomera... por mencionar algunas de las 552 especies de animales y plantas amenazadas de extinción en España. El sombrío panorama se repite en todas partes. La Tierra ya conoció cinco catástrofes similares: la primera, en el Paleozoico, acabó con el 95% de las especies; y la quinta se llevó por delante a los dinosaurios en el Cretácico. Todas tuvieron causas naturales (cambios climáticos, meteoritos, erupciones volcánicas...). La autoría de la sexta extinción, en cambio, corresponde al ser humano.

Pero, ¿realmente las cosas pintan tan negras? ¿De veras somos los responsables? De ahondar en esas cuestiones se encarga Elizabeth Kolbert, especialista en ciencia de The New Yorker. Y lo hace con un exhaustivo libro-reportaje que lleva la marca de la casa: investigación propia, contacto directo con su tema y un enfoque crítico digno del mejor periodismo estadounidense. La sexta extinción se lee como un relato de viajes intercalado con pasajes sobre evolución, paleontología, genética de poblaciones... Arranca en un centro científico de Panamá, en el que se examina, a través de la muerte de las ranas doradas, la situación del grupo animal más amenazado, los anfibios, cuyo ritmo de extinción es 45.000 veces superior a la media.

Segunda parada: el Museo de Historia Natural de París, un entorno evocador del descubrimiento del fenómeno de las extinciones por Cuvier. Otro capítulo nos lleva a Reikiavik, a contemplar el único alca gigante embalsamado, el pingüino cazado por los marineros hasta su fin. De allí a la Gran Barrera de los Arrecifes, y luego a los Andes amazónicos, al instituto Max Planck de Leipzig, y a la isla napolitana de Castello Aragonese.

Los vívidos ejemplos impiden hablar de alarmismo. Para apreciar cómo hemos arrinconado a los demás seres vivos, basta con recordar que sus hábitats se han reducido a la décima parte de su extensión previa a la irrupción del hombre. Las cifras cantan: de las 33.838 especies catalogadas en la Lista Roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, 905 se han extinguido (en 2006 eran 784), y 16.928 se encaminan a su desaparición. Las predicciones basadas son coincidentes: a mediados de siglo, entre el 20 y el 50% de las especies estarán funcionalmente extintas. Y eso sin hablar del impacto del calentamiento global. Agobiados por las penurias económicas, los españoles nos hemos olvidamos de la crisis ambiental. Este libro viene muy a cuento para advertirnos que no podremos desatender mucho tiempo más nuestro entorno. Vivimos encima de un bomba de relojería, y, para hacer audible su tictac, Kolbert concluye con un cita del ecólogo Paul Ehrlich: "Empujando a las demás especies a la extinción, cortamos la rama sobre la que nos sentamos".