El anuncio de una entrevista con Michel Houellebecq (Saint-Pierre, 1956) viene acompañado de un aviso a navegantes. Nos advierten de un carácter difícil e impredecible, cosa que, junto al cinismo que destilan sus novelas y sus —muy— polémicas opiniones en temas de actualidad, nos hace ser poco optimistas en cuanto al devenir del encuentro.
Es complicado definir a Houellebecq. Al autor de Serotonina (Anagrama, 2019), Sumisión (2015) o Plataforma (2001), celebradísimo tanto dentro como fuera de su país, es más fácil describirlo por lo que no es. No es un hombre con demasiada presencia: de aspecto un tanto contrahecho, parece uno de esos individuos grises que van dando tumbos por sus novelas.
Pero ante todo no es, como aseguraban las malas lenguas, un viejo gruñón deslenguado. O quizás sea más acertado decir que ya no lo es. "La edad amilana", me comentan sottovoce.
Quizás sean los años, que ya le pesan, pero lo cierto es que Houellebecq se comporta con una amabilidad irreprochable. A menudo, para sellar una réplica, deja escapar una sonrisa tímida como la de un muchacho que dice una travesura y no sabe cómo la va a encajar su interlocutor.
Su mirada, atenta pero aparentemente inocentona tras unas gafas de pasta, queda muy lejos de la lascivia que uno esperaría encontrar en los ojos de quien ha escrito páginas de una crudeza pornográfica difícil de olvidar.
El escritor galo Michel Houellebecq durante la entrevista con El Cultural. Foto: Javier Carbajal
Pregunta. ¿Se considera un autor obsceno?
Respuesta. No. Hay quien me ha calificado así, pero cuando escribo no me veo de esa manera. Cuando me lo dicen a veces digo: "Bueno, sí, puede ser". Quizás hay algo que no debería haber escrito. Los comentarios de la gente me hacen dudar, cuestionarme.
P. En sus novelas sus personajes tienden a encontrarse en una búsqueda frustrada de consuelo en el placer, en el hedonismo, que al fin y al cabo es el último refugio de un mundo ateo. ¿Es usted nihilista?
R. No. El nihilismo es un movimiento político que se dio en Rusia entre 1840 y 1870 que afirmaba que había que destruir la sociedad rusa de aquel entonces. No había un proyecto definido porque se consideraba que todo lo que viniera después sería mejor.
»Pero esa idea original del nihilismo desapareció en buena medida. Lo que queda de este movimiento es muy residual. Podemos encontrar algunos nihilistas en manifestaciones, pero no es lo habitual porque la mayoría sí que cuentan con un proyecto político de una forma u otra.
»No soy realmente nihilista. Podría decir que soy antinihilista. No me gusta la idea bastante extendida entre los ecologistas radicales según la cual el ser humano no tiene nada de superior respecto al resto de los seres vivos.
"La eutanasia es un retroceso a una época pasada en la que la vida carecía de valor"
»También estoy radicalmente en contra de la legalización de la eutanasia. Es un tema bastante en boga en Francia en los últimos años y la posición que he tomado a este respecto es claramente antinihilista. Alguien que no encuentra placer en la vida no es nihilista. Es alguien que está en una situación de fracaso, que imagina una meta positiva en su vida pero que por alguna razón no logra alcanzar.
P. ¿Qué es lo que le lleva a oponerse a la legalización de la eutanasia?
R. Para mí es un retroceso a una época pasada en la que la vida carecía de valor. Con ese acto desafiamos lo que significa la propia vida.
P. ¿Su literatura desprende algún tipo de código moral?
R. Sí, sin ninguna duda. Hay quien lo ha negado y ha afirmado que no tengo ninguna moral a nivel sexual. Pero Kant nunca habla de sexualidad, no está dentro de la moral para él, está fuera del tema. Así que sí, hay una moral muy clara en mis libros.
P. En su escritura hay trazas de Dostoievski, Bukowski e incluso Céline. ¿Considera que ha heredado algo de estos autores? ¿Qué opinión le merecen?
R. De Dostoievski sí, seguramente, pero también tengo influencia de muchos otros escritores del siglo XIX, sobre todo de la tradición novelesca del siglo XIX francés: Balzac, Flaubert... Céline menos. No me gusta como escribe. No me gusta su puntuación. Tiene una prosa que me irrita.
P. En sus obras los sueños cada vez cobran más importancia, ¿pero qué significan?
R. No creo que signifiquen nada en particular. Son creaciones de la imaginación que existen en todo el mundo. No son fáciles de utilizar. He conservado relatos de sueños durante muchos años pero no sabía muy bien cómo usarlos porque no se parecen a nada. No se pueden comparar con ninguna otra cosa. Creo que es una buena idea hacer soñar a mis personajes, porque todo el mundo sueña.
El 7 de enero de 2015 Michel Houellebecq publicó en suelo francés la novela Sumisión. En ella fabulaba con la posibilidad de que un partido político islamista se hiciera con la presidencia en Francia.
Sin embargo, el mismo día en el que estaba programado el lanzamiento del libro, los hermanos Saïd y Chérif Kouachi perpetraron el conocido atentado terrorista en la redacción de la revista Charlie Hebdo, asesinando a 12 personas. Pese a que Houellebecq suspendió la promoción de la novela, la coincidencia temática de esta con los ataques hizo que recibiera una atención mediática con muy pocos precedentes.
Para contestar a la siguiente pregunta, relacionada con este tema, se quita las gafas y se coloca una de las patillas entre los labios para rumiar la forma más adecuada de responder. Es un asunto delicado y, aunque ya ha hablado de esto largo y tendido en varias ocasiones, hay que tener precaución con lo que se dice. No vaya a ser.
Houellebecq en un momento de la entrevista con El Cultural. Foto: Javier Carbajal
P. Es conocida la coincidencia de la publicación en Francia de su libro Sumisión (2015) con los atentados terroristas de Charlie Hebdo. ¿Cómo cree que ha evolucionado la situación a este respecto en los últimos años?
R. Los terroristas han alcanzado su objetivo. Hoy no se podría hacer lo que hacía Charlie Hebdo. Sus bromas hoy en día parecerían insultantes, incorrectas. Burlarse de otra religión es algo que en el presente se debería evitar.
P. Durante años usted defendió la causa sionista. ¿Los acontecimientos de los últimos años en territorio palestino le han hecho cambiar de parecer?
R. No.
"Por culpa de Hamás ahora es imposible una solución diplomática al conflicto palestino"
P. ¿Cree que hay alguna solución diplomática al conflicto?
R. No. Hubo un principio de solución diplomática. Israel firmó un tratado de paz con varios países árabes (Jordania, Marruecos, Arabia Saudí...), pero los atentados de Hamás del 7 de octubre han dado al traste con todo eso. Por su culpa ahora es imposible una solución diplomática al conflicto palestino, al menos de momento.
P. ¿Qué piensa de las posturas de Europa y, específicamente, Francia con respecto al conflicto?
R. Nada.
P. ¿Y frente a la invasión de Ucrania?
R. Nada. La posición de Francia no importa nada. Hay que ser realistas. No es un país importante.
P. ¿Cree entonces que la Unión Europea y Francia son invitados de segunda en el mundo de hoy?
R. Sin ninguna duda.
El escritor francés Michel Houellebecq durante su conversación con El Cultural.
P. Usted ha proclamado su rechazo a la cultura woke. ¿Dónde cree que se encuentra Occidente en este aspecto ahora mismo? ¿Estamos igual que en los primeros años del movimiento?
R. No me asusta. En realidad no he conocido a nadie woke. He oído hablar de ello. Pero no creo que exista realmente. Es un poco como una leyenda.
P. Usted es conocido por ser un hombre sin pelos en la lengua tanto en su vida como en su obra. ¿Cree que aun así existe autocensura en sus textos?
R. Sí, por supuesto. Hay muchas cosas que no se pueden decir. Y yo no las digo.
P. ¿Pero usted se calla muchas cosas?
R. Muchísimas.
P. ¿Qué piensa de Donald Trump?
R. Los ataques hacia el Capitolio me han decepcionado mucho. No fue un comportamiento digno. Tendrían que haberlo depuesto. Aparte de eso, tiene ideas interesantes.
P. ¿Como cuáles?
R. Estados Unidos es un país que ha intervenido demasiado en los asuntos internacionales. En concreto, aquellos políticos que querían reconstruir el Medio Oriente tomaron medidas que han sido un desastre. Trump ha querido corregir esa postura. No es una persona que me interese mucho, pero creo que ha innovado de forma positiva en cosas como esa. Me gustaría que lo dejara aquí, que no fuera a más.
"Las cosas no cambian tan rápido como la gente cree. Cuando era joven los cambios eran más acelerados"
P. Abría su primera novela, Ampliación del campo de batalla (Anagrama, 1994), con una cita de Claude Bernard: "Pase lo que pase, el amor existe, porque se puede observar sus efectos". ¿También en estos momentos? ¿Después de varias novelas en las que ha retratado a hombres cínicos y descreídos, todavía cree en el amor?
R. Sí, no ha cambiado un ápice mi postura. Me parece que en realidad las cosas no cambian tan rápido como la gente cree. Cuando era joven los cambios eran más acelerados. Me parece que hoy hay un estado generalizado de extenuación. No ocurre nada reseñable.
P. Su país ya va por el quinto Primer Ministro en dos años. ¿Qué opinión le merece la situación política y social francesa?
R. Hay una especie de bloqueo político. El sistema está diseñado para tener dos grandes partidos: derecha e izquierda. El contenido de cada bloque puede moverse un poco. Pero lo importante es que haya dos bloques y que el poder alterne entre ambos. Ahora hay tres, así que ya no funciona. Hay una fisura en el sistema. De ahí que haya una inestabilidad ministerial. No sabemos salir de esa contradicción.
Houellebecq en su entrevista con El Cultural. Foto: Javier Carbajal
»Pero quizás es mejor no dramatizar tanto. Algo muy curioso ocurrió en Francia hace unos meses. Fue después de las elecciones legislativas. El Presidente de la República no conseguía formar gobierno porque no había una mayoría. La situación duró unos seis meses.
»En aquel momento los periodistas se dedicaron a difundir el miedo, alarmándose ante la ausencia de un gobierno. Pero mi impresión fue que a los franceses les daba igual. Incluso parecía que les gustaba la idea. Eso significa algo que puede ser muy problemático. Ya no confían en nadie para liderarles.
"Tarde o temprano el Frente Nacional llegará al poder"
P. ¿Cree que el Frente Nacional puede llegar a gobernar en Francia?
R. Sí, su popularidad cada vez crece más y no deja de lograr buenos resultados. Tarde o temprano llegará al poder.
P. ¿Qué cree que significará eso para su país?
R. Nada. Ya se produjo algo así en Italia, y ha cambiado entre poco y nada.
P. Ha opinado en varias ocasiones respecto al fracaso de las políticas de inmigración francesas. ¿Cree que España puede cometer errores parecidos, si es que los hay?
R. Es lo mismo en todos los países europeos: Noruega, Inglaterra, Alemania, Italia... Son los mismos errores y tiene los mismos resultados.
"La poesía es como un sueño, no sabes de dónde viene, simplemente aparece"
P. Ha tenido varios escarceos en el cine, ¿qué ve en este medio que no encuentre en la narrativa?
R. Nada. La gente ve en mí un actor, cosa que yo no entiendo, me parece una locura.
P. ¿Y en la poesía?
R. Ese es otro tema. Es un tipo de escritura que no requiere trabajo. Viene o no viene. La narrativa sí que necesita mucho esfuerzo.
P. ¿La poesía es simplemente inspiración entonces?
R. No, viene de otra fuente, pero no sé muy bien cuál. A veces en la novela vas caminando por un sitio y te viene la inspiración. Lo mismo cuando conoces a alguien y ves un personaje. Hay fuentes en la vida que te pueden servir de inspiración. La poesía es como un sueño, no sabes de dónde viene, simplemente aparece.
