Aún no había cumplido los treinta e Inge Feltrinelli –Schönthal, de soltera– ya era una codiciada periodista que había hecho fotos exclusivas a Hemingway borracho en su finca de la Habana y a Picasso en su mansión de Cannes, además de retratos icónicos a Billy Wilder, Anna Magnani o Greta Garbo. La foto a esta última, en una acera de Nueva York, le trajo una de las primeras alegrías durante la época relativamente breve en que desempeñó el oficio.
Ingemaus. La primera vida de Inge Feltrinelli
Marco Meier
Traducción de Miquel Izquierdo
Anagrama, 2025
352 páginas. 22,90 €
Heredera de la teoría de Cartier-Bresson sobre el instante decisivo, Inge estaba haciendo fotos por Manhattan cuando vio a una mujer resfriada, con un pañuelo en la mano, que le recordó a Greta Garbo. ¿Sería ella? Nadie la miraba, todo el mundo pasaba de largo a su lado.
Inge aprovechó el semáforo en rojo, se puso la Rolleiflex a la altura de la tripa y disparó. Al revelar la foto, vio que era ella. Al igual que Gay Talese en su célebre reportaje sobre el constipado de Sinatra, la imagen de Garbo, algo borrosa, logra captar a la estrella en un momento de vulnerabilidad.
Fue una foto importante para la joven reportera alemana, que se había ido a Nueva York con la intención de abrirse camino como freelance. Con aquel robado ganó sus primeros cincuenta dólares, logró entrar en la nómina de colaboradores de Life y –más importante– aprendió una lección clave que le serviría el resto de su vida: “Mi éxito se debe al hecho de que la gente mira normalmente en la dirección equivocada, esto es, dentro de sí misma, en lugar de hacia fuera”, diría tiempo después.
El retrato a la Magnani, con la actriz italiana recogiéndose el pelo mientras sostiene un cigarrillo en la comisura de los labios, no solo capta el instante decisivo del que hablaba Bresson, sino que muestra la pericia técnica de Inge, fotógrafa autodidacta, para buscar el enfoque que mayor dramatismo aporta a la imagen.
Inge Feltrinelli junto a Ernest Hemingway. Foto: archivo Inge Feltrinelli
Ingemaus, la biografía de Marco Meier (Sursee, 1953), se detiene cuando Inge se casa con Giangiacomo Feltrinelli, cuyo perfil queda esbozado en el último tercio del libro. Meier describe el romance entre el editor y la reportera, que va en paralelo al fulgurante despegue de Feltrinelli como referente de la edición europea.
La editorial milanesa llevaba solo cuatro años en marcha cuando Inge conoció a Giangiacomo en 1958. Heredero de una de las familias más ricas de Italia, Giangiacomo era, para dolor de su madre, un comunista convencido, pero también era e iba a ser el orgulloso editor de algunas novelas que desafiaban la ortodoxia del PCI, como Doctor Zhivago, que desencadenó un agrio conflicto diplomático entre Occidente y la URSS, o El Gatopardo, considerada por gran parte de la izquierda una novela burguesa y reaccionaria.
Las vidas de Inge y de Giangiacomo no podían haber sido más dispares. Ella era hija de un judío –y por tanto “mestiza” y por tanto ciudadana de segunda– que tuvo que huir de Alemania durante el Tercer Reich. Criada bajo el régimen de Hitler, padeció de joven la durísima posguerra alemana, durante la cual salió adelante a base de carisma, talento y trabajo duro.
Él, por su parte, poseía una cultura exquisita y había vivido rodeado de lujo y facilidades. Un ejército de institutrices se había ocupado de su educación y al principio se comunicaba con Inge en el perfecto alemán que hablaban en su casa.
La primera vida de Inge Schönthal justifica con creces una biografía como esta: una historia de Inge antes de Feltrinelli. De hecho varios periodistas y escritores, entre ellos Isabel Allende, se habían postulado para escribirla antes que el periodista suizo. Pero solo a este le dio ella su beneplácito.
Quedan por contar los cuarenta años durante los que esta mujer extraordinaria dirigió, con eficacia e inteligencia, una de las editoriales más prestigiosas del siglo XX. Pero esa es otra historia. Esta, la de su formación, termina en 1959, cuando se compra una gramática italiana mientras Giangiacomo, su prometido, lidia con el terremoto causado por la publicación en Italia de la gran novela de Borís Pasternak.
