Ken Follett. Foto: Jake Curtis

Ken Follett. Foto: Jake Curtis

Letras

Vuelve el mejor Ken Follet con 'La armadura de la luz', el final de 'Los pilares de la tierra'

La obra que cierra la saga mantiene la misma agilidad narrativa de las anteriores, pero tiene unos argumentos articulados con mayor sutilidad.

2 octubre, 2023 01:01

Mientras leía La armadura de la luz experimentaba ese regusto literario de entrar en un universo pleno de resonancias históricas y sociales. Los personajes con quienes se hila el argumento piensan, viven existencias regidas por la voluntad y la inteligencia y luchan por sobrevivir y superar los condicionamientos sociales. El narrador cuenta una historia y entabla una charla con el lector mientras el argumento fluye como un río verbal. ¡Qué distinto del guirigay servido por los medios sociales, un palique hecho con miles de voces desafinadas!

La armadura de la luz

Ken Follet

Traducción de Anuvela. Plaza & Janés, 2023. 832 páginas. 24,90 €

El talento literario de Ken Follett (Cardiff, 1949) resulta raro en los tiempos actuales. Él sabe cómo expresar las emociones humanas y presentarlas en un contexto apropiado. Una normalidad perdida en la mayoría de las sociedades actuales, porque seguimos la pauta sociocultural de Estados Unidos, donde han conseguido disociar las emociones personales de la realidad.

Follett busca precisamente ofrecer una narrativa original: contar la verdad histórica envuelta en una ficción plena de verosimilitud. El propio autor ha explicado el papel que jugó en su destino literario la fascinación sentida por las catedrales de Gran Bretaña. Un día en que, terminado su trabajo de periodista, esperaba la hora del tren de regreso a Londres, se acercó a visitar la catedral de la ciudad de Peterborough.

El magnífico edificio gótico le deslumbró, llevándolo a reflexionar sobre la dificultad de construir semejante obra en el siglo XII. El deslumbramiento fue un momento de iluminación motivado, pues, por tan inmensa iglesia, un monumento a la grandeza cívica y religiosa nacional, que despertó su deseo de adquirir conocimientos históricos y de aprender sobre los desafíos arquitectónicos y técnicos de su construcción. A la vez, avivó su interés por las gentes de aquella sociedad y por la carga que imponían los de arriba a los de abajo.

En fin, que no se redujo a hacerse un selfie ante tamaña obra de arte. Los lectores del primer Follett, célebre autor de novelas de suspense, encontrarán en La armadura de la luz, la obra que cierra la serie de Los pilares de la tierra (1991), compuesta por otras cinco, la misma agilidad narrativa de las anteriores, pero con un carácter histórico-cultural de notable calidad y unos argumentos articulados con mayor sutilidad.

[Ken Follet publicará la quinta entrega de la serie de 'Los pilares de la Tierra']

La armadura de la luz transcurre entre 1792 y 1824, es decir, en el comienzo de la revolución industrial, “La máquina de hilar”, hasta la llegada de "la Paz” en Europa, tras la derrota de Napoleón en Waterloo. Este trasfondo histórico tiene como escenario una ficticia ciudad, Kingsbridge, donde también hay una extraordinaria catedral. Allí viven los personajes divididos en clases sociales diferenciadas, y el argumento va conjugando la lucha de los ciudadanos por conseguir mayores libertades democráticas, inspiradas en parte en lo sucedido en la Revolución francesa.

Los dueños de los telares quieren trabajadores baratos, y la creciente mecanización debida a la maquinaria a vapor los hace menos necesarios. Los obreros vienen encarnados en personajes estupendos, como Sally Clitheroe, una mujer del pueblo cuyo hijo Kit personifica la inteligencia y la voluntad. Ambos conseguirán, tras mil peripecias, subir en la escala social.

Con la agilidad narrativa típica de Follett, la novela muestra una notable calidad 

El elenco de personajes de la novela resulta inmenso, y todos aparecen bien caracterizados. Casi estoy tentado de decir que la estructura de esta novela resulta un tejido de episodios, en el que juegan un papel importante los citados Sal y Kit, el noble Will Riddick, y su aliado, el rico empresario Hornbeam. Por no mencionar los amores cruzados de los personajes, como la mujer del obispo que se enamora de un tejedor, Spade, con quien tendrá un hijo. Poco a poco, la trama muestra la aparición de la justicia social.

Por debajo de la historia vamos comprendiendo cómo un grupo de personajes de Gran Bretaña se va transformando en ciudadanos del mundo. Sabemos gracias a los estudios antropológicos de Joseph Henrich, entre otros, por qué los europeos, nuestra cultura y nuestra ciencia, han dominado el mundo a lo largo de los siglos. Según Henrich, el carácter diferencial se fue desarrollando a partir de la invención de la imprenta (1453) y de Lutero, que forjó un tipo de hombre cuyo cerebro se desarrolló siguiendo unas pautas concretas, marcadas por la lectura y el compartir los saberes adquiridos mediante la experimentación.

La lectura de la Biblia, esencial para el protestantismo, y la divulgación de los libros, crearon un tipo de sociedad que intercambió ideas, dando lugar al desarrollo de la ciencia. Los españoles compartimos esa característica con el desarrollo de los conocimientos necesarios para el descubrimiento de América, conseguido gracias a las nuevas técnicas de navegación.

La revolución industrial inglesa y la era del vapor, que elevaron el poder empresarial europeo, se extendió enseguida por Norteamérica, y gracias a los departamentos de investigación universitarios logramos descubrimientos científicos excepcionales. Este mural antropológico y cultural dota al texto de profundidad y singulariza el logro de los personajes.

Lo extraordinario de esta historia contada por Follett es cómo Kit, por ejemplo, hijo de unos trabajadores del campo sometidos a las leyes más estrictas e injustas del feudalismo, aprenderá gracias a la insistencia de la madre a leer, estudiará, y así formará una mente inquisitiva. Terminará siendo diseñador de máquinas de tejer modernas, y al tiempo se unirá a su gran amigo y pareja el noble Roger Riddick. En fin, la novela cuenta los logros de la sociedad moderna, que hoy corren el peligro de ser olvidados.